Ante los grandes desafíos que depara el futuro, hoy al matriculado se lo podría definir como un profesional altamente especializado, que debe capacitarse en forma permanente, tal como ocurrió en el último Congreso que se realizó en Mar del Plata.
El matriculado óptico trabaja sobre el diagnóstico del paciente, en donde interpreta la receta profesional y realiza el control de los cristales y el armado de los lentes, que sigue siendo un trabajo artesanal.

Además, asesora sobre la calidad de los anteojos de sol, que tengan los filtros correspondientes de UV, en detrimentos de la propagación de la venta ilegal callejera, que no tiene ningún tipo de control. Porque utilizar anteojos inadecuados trae aparejado problemas visuales a largo plazo.

«Estamos a favor de la salud visual y por ello nuestro Colegio se comprometió también junto con el CUCAIBA a concientizar a la población para que donen las córneas, para extender la vida de otras personas con dificultades en la visión”, comentó el presidente, Luis Suárez.