Yésica Bopp: “Quiero ser la mejor, libra por libra”

La Piba de Oro de Wilde, estrella del Box femenino, dialogó con La Ciudad.

LA PIBA DE ORO DE WILDE, ESTRELLA DEL BOX FEMENINO
Es un miércoles lluvioso, y Yésica Bopp ingresa al gimnasio Physical Point – frente al Parque Domínico – con cara de sueño. Esta mañana húmeda y gris, la “piba de oro” aprovechó el mal tiempo para descansar un poco más que de costumbre.

Llega con su pelo apenas recogido, calzas negras, camperita blanca y las zapatillas al tono. Es que la Campeona mantiene el glamour hasta cuando se dispone a entrenar.
“Soy muy exigente conmigo misma, en el entrenamiento. Y además siempre cuido mi estética. Tengo que estar bien, divina”, dice Yésica, con la simpatía que siempre la caracterizó.

“El año pasado hice dos peleas, nada más. Y me hizo un click la cabeza. Porque entrené todo el año y sentía como que me faltaba algo. Para este año quería algo distinto, más allá de las defensas que pudieran surgir, me iba a mover para poder pelear más seguido, aunque no fuera por el título”, comentó “Tutti”, respecto de cómo planteó su agenda para este 2011.

Afortunadamente, la bella joven de Wilde arrancó el año como ella quería, defendiendo sus títulos de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) frente a una retadora de porte, la mexicana nacionalizada estadounidense Carina Moreno. “Ella vino muy confiada, diciendo que venía a la Argentina “de paseo” y se llevó un ojo hinchado y cortado”, sostuvo Bopp, con relación a la ex-campeona mundial, a quien derrotó por puntos y casi sin despeinarse, en el mes de enero.

Entre sus objetivos inmediatos, Yésica manifestó un gran interés por conseguir la chance de pelear con la actual campeona Minimosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), la japonesa Naomi Togashi, y adquirir, de esa manera, una triple corona.

También se ha gestado en los últimos tiempos una gran expectativa por que se dé algún choque entre “Tutti” y otros dos íconos del boxeo femenino actual como son la armenia Sussiana Kentikian – campeona Mosca de la (AMB) – y la mexicana Arely Muciño, también campeona en idéntica categoría, pero en la Federación Internacional de Boxeo (FIB).

Lo importante para Yésica es “tener más actividad, más peleas. Esperando que haya una buena retadora o ir a buscar a una boxeadora que esté en los primeros puestos del ranking”.

Asimismo, Bopp afirmó que “no necesita las peleas de algunos festivales para llegar a los diez puntos”. “Yo las uso como entrenamiento y fogueo. Mi cabeza está liberada y estoy relajada. Porque no tengo la presión de defender mis títulos. Entonces entreno con muchas más ganas y no me duele tanto el cuerpo. Cuando me entreno para un título mundial, un mes antes, ya siento una molestia acá, otra allá… Es psicológico, más que nada. Es la tensión que vos te generás por tener que defender algo que tanto te costó. Es jodido, no es fácil”, reconoció, auténtica, la “golden girl”.

Pequeña gigante
A la hora de repasar sus inicios en el mundo de los guantes, Yésica Bopp cuenta que comenzó a boxear “por casualidad”. “Fui a conocer el gimnasio. Y la verdad es que no iba con la intención de ser boxeadora. A la semana Delfino Pérez – su entrenador desde entonces – me empezó a enseñar unos pasos que para mí eran re aburridos. Miraba para los costados y me sentía una ridícula. Pero al tirar los primeros golpes y al ver que tenía facilidad para aprender lo que él me indicaba, justo se dio que había otra chica entrenando y empecé a guantear. Y terminé haciendo mi primer pelea con ella”, recordó la pugilista, que se inició como amateur en el año 2005.

“Al principio pensaba: que no me peguen mucho; que no me rompan la nariz; no quiero sufrir. Y mi viejos me decían que estaba loca, que era un deporte de hombres. Para ellos el boxeo era el de la tele: todo sangre, corte y nocaut. Yo les trataba de explicar que no era tan así. Y como dejé de fumar y de ir a bailar, me los metí en el bolsillo”, mencionó Tutti.

Desde que se subió al cuadrilátero, Yésica no paró de cosechar éxitos. En el amateurismo logró 3 títulos Panamericanos (2005, 2006 y 2007), que le permitieron clasificar a los mundiales de Rusia e India, donde obtuvo dignísimas medallas de bronce y plata, respectivamente.

En 2008, entendiendo que era un buen momento para crecer, se convirtió en boxeadora rentada y desde entonces, en su palmarés profesional, ostenta un record de 15 victorias -5 de ellas por nocaut- sin empates ni derrotas.

Dotada de una técnica envidiable, que la destaca como una de las mejores campeonas que en la actualidad posee la Argentina, Yésica Bopp (27 años, 1,53 m. de altura, 48,300 Kg. de peso) se siente madura y en la plenitud de su carrera.

Lejos está la idea de un retiro; y formar una familia y ser mamá son, por el momento, asignaturas pendientes hasta que se decida a colgar los guantes. “Hay tiempo – asegura – soy joven”. “Calculo que seguiré boxeando hasta los 30. No quiero tirar una fecha, porque hasta ahora nunca lo dije, desde que empecé. No programo mi futuro. Dejo que venga lo que venga. Así como vino este tren y me subí, y no me bajé más, así es mi vida”, afirmó, contundente y letal, como lo es con sus puños.

Fanática del baile, Tutti desfila por el ring al ritmo del reggaeton “Veo Veo, chequete chequete che”, su tema elegido para festejar junto a su público.
Sus dotes de bailarina, su belleza y su carisma sedujeron a Marcelo Tinelli, quien en 2008, la invitó a participar de Bailando por un Sueño. “Había hecho tanto sacrificio, que dije que no iba a meterme en ese ambiente, porque prefería que la gente me conociera y me valore, no por estar bailando, sino por boxear y por salir campeona. Y creo que si hacés una cosa, no hacés la otra. Además pensé que me iban a dar dos mangos, porque no me conocía nadie. (risas). Más adelante voy a tener la edad y el tiempo para hacerlo. Creo que hice bien, porque ese año logré ser la campeona mundial. Primero siempre está mi deporte”, aclaró la pequeña gigante, sobre su sabia decisión.

La mejor, libra por libra
Yésica entrena seis días a la semana, en doble turno. Por la mañana alterna saliendo a correr y haciendo musculación. Y la tarde la dedica a hacer boxeo. Con respecto a su alimentación, mantiene una dieta equilibrada. Y aunque confesó que su plato preferido son los canelones, aseguró que “no le cuesta mantenerse en su peso”.

Y hablando de su peso, estaría dispuesta a dar ventaja, subiendo a otra categoría:
“Me gustaría subir de categoría. Acá en Argentina, hasta 55 kg., les doy a todas”, desafía. (Risas). “Yo hablé con las demás campeonas argentinas para que peleemos entre nosotras. Porque más allá de los títulos, siempre es lindo que haya rivalidad a nivel local, porque son las peleas que la gente quiere ver”, añadió.

“Lo que en algún momento quise tener (mi casa, mi auto), eso ya lo tengo. Pero ahora quiero la gloria, quiero pelear con todas las mejores para ser la mejor, libra por libra”, sentenció.

“Los que me siguen en facebook, estarán enterados de lo que vaya a hacer. La verdad es que me gustaría mucho pelear en Avellaneda. Y a los que no me siguen, les digo que me van a tener que aguantar, porque hay campeona para rato”, concluyó.

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