Un vecino enamorado del cultivo de orquídeas

Federico Vives vive en Dock Sud y en su casa tiene más de mil tipos de especies de esta preciada planta

 

Hay de distintos orígenes y hasta construyó un invernáculo para las que necesitan un cuidado especial. Ya es un especialista en la materia: sabe todos los nombres científicos de esas plantas y asiste regularmente al encuentro de la “Unión de Aficionados a las Orquídeas”.

 

 

Hace seis años, su hijo Mariano llevó una orquídea a la casa y se le secó al poco tiempo. Luego probaron con otra y el resultado fue el mismo. Desde ese momento, empezó a hacer lo que más le gusta: investigar. ¿En qué resultó todo eso? Actualmente, Federico Vives (70 años) tiene en su hogar alrededor de mil especies de orquídeas. “Me había quedado dando vueltas en la cabeza por qué se habían secado esas primeras orquídeas que tuvimos, no lo podía entender, y desde ese momento lo tomé como un desafío; empecé a investigar y desde ahí no paré de adquirir diversos tipos de esta hermosa y llamativa planta”, contó a La Ciudad el vecino de Dock Sud.

 

 

En al amplio parque de su casa, “Fede” posee por todos lados diversos tipos de orquídeas: colgadas, en macetas, macetitas, adheridas a troncos o cortezas de palmeras y hasta construyó un invernáculo para las orquídeas que requieren una temperatura especial o “la luz” necesaria: “Las que tengo ahí se encuentran a 12° y las rocío una vez por semana, depende también del tipo de especie. Para las orquídeas demasiada agua es peligrosa, ya que son propensas a que su raíz se pudra”. Y enseguida, brindó un consejo: “Las orquídeas prefieren el agua libre de cal, por ejemplo, el agua de lluvia. Es sencillo sacar conclusiones de lo que necesita ese tipo de planta considerando su hábitat natural, o sea, no le gusta la tierra, la humedad estancada o demasiado fertilizante, ya basta con los nutrientes que se encuentran en un árbol”. Un crack.

 

 

Abuelo de cinco nietos y casado con Bety hace nada menos que 46 años, Federico tiene orquídeas hasta en su habitación, debido a que hay una especie que es “bastante ñañosa”. “A estas plantas les gusta la luz, pero no todas soportan la luz directa, pero para asegurarse que no las queme el sol en verano o primavera avanzada, es aconsejable colocarlas en un lugar donde no le brinde directamente. Entonces, a una especie ‘ñañosa’ que tengo la coloqué en la ventana de mi cuarto y crece perfecto”, contó entre risas y con la mirada picaresca de su mujer de fondo.

 

Además, “Fede” -quien es ingeniero ambiental y docente en la UTN – concurre todos los primeros sábados de cada mes a la Facultad de Ingeniería, ubicada en Paseo Colón (CABA), para el encuentro de la “Unión de Aficionados a las Orquídeas”, donde decenas de fanáticos se juntan “a cambiar información y a exponer diversas flores de orquídeas”.

 

No obstante, Vives va por más: “Hay 35.000 tipos de orquídeas, entonces obviamente es imposble tener todas, pero quiero sumar la mayor cantidad que pueda a mi colección. Ahora tengo oriundas de Bariloche, Salta, Misiones Brasil, Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador, Thailandia, Indonesia, Vietnam y Australia. Y ya tengo en mente mis próximas adquisiciones, que son las ‘Drácula’, que generalmente provienen de Ecuador y Perú y también quiero ‘Las bandas’, cuyo hábitat es el sudeste Asiático”.

 

En el fondo de su casa, entre el césped, macetones, vasijas y miles de tiestos de diversos materiales, Federico Vives encontró su nuevo mundo, sin buscarlo, entre sus orquídeas, tiene la mayor parte de su tiempo ocupado y, lo principal, siendo muy feliz.

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