Las noticias sobre esta nueva ola de ataques informáticos comenzaron a llegar desde Rusia y Ucrania, a lo que se sumaron luego empresas españolas, francesas y una importante compañía de Dinamarca, cuyas denuncias coincidían en que se trataba de un ransomware que exigía el pago del equivalente en bitcoins a 300 dólares para liberar los archivos infectados.
“Por lo que hemos estado viendo, (las infecciones en los distintos países) están relacionados con la misma familia de ransomware, “Discounter”, una familia muy similar a “Petya”, que cifra el sector de arranque de la máquina y después cifra los archivos”, explicó en diálogo con Télam el jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica, Camilo Gutiérrez Amaya.
Si bien por la novedad del ataque la información de la que dispone ESET es limitada, “por como se va propagando, se parece a WannaCry”, el ransomware que a comienzos de mayo afectó a cientos de miles de computadoras en todo el mundo, y comparte con éste “características de gusano: se propaga a otras máquinas dentro de la red”, detalló el especialista.