Un mensaje por el Día Mundial del Enfermo

La Dra. Beatriz Gavier, directora asociada del Hospital Universitario Austral, explica cuál es el sentimiento de quienes trabajan todos los días por la salud en ocasión de celebrarse esta fecha tan especial. Además, nos acerca unas palabras del Sumo Pontífice.

El 11 de febrero de 1993 se celebró por primera vez la Jornada Mundial del Enfermo, fecha que había sido instituida en honor a la virgen de Lourdes en 1992 por el entonces Pontífice Juan Pablo II.

 

Desde ese momento cada año este día simboliza la voluntad de ponerse al servicio del otro, del prójimo, para ayudarlo y acompañarlo en su padecimiento.

 

El Papa Francisco, en su mensaje para la XXV Jornada Mundial del Enfermo 2017, refirió: “es una ocasión para prestar atención a la situación de los enfermos y de todos los que sufren en general; y, al mismo tiempo, es una llamada dirigida a los que se entregan en su favor, comenzando por sus familiares, los agentes sanitarios y voluntarios, para que den gracias por la vocación que el Señor les ha dado de acompañar a los hermanos enfermos”.

 

 

“La enfermedad y el dolor que ésta siempre conlleva es una realidad inherente a la naturaleza humana, de la cual nadie puede sentirse exceptuado. A todos, antes o después, nos tocará ser ‘pacientes’. Sabemos por experiencia que, generalmente, la falta de salud aparece de modo inesperado, poco oportuno, sorprendente. Así nos invade, afectando nuestras actividades habituales e impidiendo la realización de nuestros planes y proyectos”, señaló la Dra. Beatriz Gavier, directora asociada del Hospital Universitario Austral.

 

 

Como profesionales dedicados a asistir a los enfermos necesitamos reflexionar sin miedo sobre la disposición y actitud que tenemos ante la enfermedad, poder encontrar el sentido profundo y el valor que esta realidad tiene en la vida.

 

 

“Este es el único modo de poder atender a nuestros enfermos, como agentes de salud. La asistencia y cuidado de los pacientes exige de nosotros una actitud que requiere conocimiento, preparación seria y formación continua; pero también amor, disponibilidad, atención, comprensión, benevolencia, paciencia y diálogo”, remarcó la Dra. mencionando además que para el Hospital Austral el Día Mundial del Enfermo nos da “la posibilidad de tomar conciencia, nuevamente, sobre nuestra responsabilidad porque la tarea que nos ocupa las 24 hs., los 365 días del año, es de gran trascendencia”.

 

 

“Es una ocasión para mantener viva la vocación de servicio directo a la persona enferma que nos movió a elegir nuestra profesión: enfermeros, médicos, kinesiólogos, nutricionistas, bioquímicos, farmacéuticos, etc. Este día además nos recuerda que debemos cumplir con el ejercicio constante de los valores profundos de respeto a la dignidad de la persona y la defensa de la vida en todas sus etapas, desde la concepción hasta su fin natural”, añadió Gavier.

 

 

Comentó que el 11 de febrero en el Hospital se difunde por medio de Comunicación Interna el mensaje del Papa y se lo entrega impreso a los pacientes internados.

 

Para terminar, transcribimos un párrafo del mensaje del Papa Francisco para esta XXV Jornada Mundial del Enfermo: “Me gustaría animar a todos los enfermos, a las personas que sufren, a los médicos, enfermeras, familiares y a los voluntarios a que vean en María, Salud de los enfermos, a aquella que es para todos los seres humanos garante de la ternura del amor de Dios y modelo de abandono a su voluntad; y a que siempre encuentren en la fe, alimentada por la Palabra y los Sacramentos, la fuerza para amar a Dios y a los hermanos en la experiencia también de la enfermedad”.

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