Un grupo de amigos recorre el país en caravana desde hace 15 años

Con el espíritu de un viaje de egresados o como una versión moderna de “Los Campanelli”, 36 amigos de Avellaneda, Lanús y Florencio Varela se fueron juntos de vacaciones por 15º año consecutivo, esta vez, a Puerto Madryn y a Bariloche.

“Todo comenzó un fin de semana de marzo de 1993, cuando con un grupo de gente desconocida hicimos lo que se denomina Encuentro para Novios, que es un movimiento que te da herramientas para la vida en pareja”, comentó a La Ciudad Fernando Cacciavillani, quien junto a su esposa Laura Placenti es uno de los pioneros de la iniciativa.

Las primeras experiencias de salidas compartidas fueron cuando aún eran novios y constaba de viajes a la costa atlántica los fines de semana largos. Luego, le fueron tomando el “gustito” y ya de casados y con hijos mantienen esa costumbre que los une.

“Desde allí todo cambió, encontramos nuevos amigos y más adelante compañeros de la vida -comentó Fernando Cacciavillani- y con esa amistad vino el compartirlo todo, despedidas de soltero, fiestas de casamiento, cumpleaños, la llegada de nuestros hijos y también las vacaciones”.

El primer viaje grupal grande fue a Córdoba y estuvo integrado por cuatro matrimonios y dos bebés, que partieron a la provincia mediterránea en tres vehículos.

Con el paso de los años, viajaron en caravana a Bariloche, San Martín de los Andes, Villa Pehuenia, Puerto Madryn, Esquel, Mendoza y Brasil.

En tanto, para matizar el año, aprovechan los feriados para visitar destinos más cercanos, como Lobos, Monte, Chascomús o Magdalena.

“Si bien no siempre vamos todos, nunca somos menos de tres matrimonios con sus respectivos hijos. Este año batimos el récord en cuanto a cantidad de gente porque viajamos 36 personas en ocho autos durante quince días”, detalló Fernando Cacciavillani.

Consultado sobre la organización de cada viaje, Cacciavillani le explicó a La Ciudad que se empieza a planificar a principio de año, para luego, promediando agosto, definir el destino y hacer las reservas para el alojamiento.

Más cerca de la fecha, realizan reuniones en diferentes casas para conversar sobre las rutas a tomar, las cosas a llevar y demás detalles.

“Ya tenemos una lista hecha que se la pasamos a todos por correo, para olvidarnos la menor cantidad de cosas posibles”, aseguró Fernando Cacciavillani.

Durante el viaje en caravana, todos los conductores se comunican con handy, no solo ante cualquier imprevisto en la ruta, sino para mantenerse despiertos con alguna charla y, por qué no, divertirse en familia con algunos comentarios.

“Dentro del grupo están aquellos que proponen lugares a visitar y el resto da su opinión, nos manejamos en bloque” afirmó.

Cada vez que llegan a algún lago o a alguna playa, todos los miran. No pueden creer tanta gente junta. “Cuando entramos a un restaurante y nos preguntan si estamos todos juntos, les respondemos a coro que sí, y se sorprenden”, contó Cacciavillani.

La convivencia no es tan difícil cuando se respetan los gustos y los deseos de cada uno. Algunos prefieren ocupar sus tardes con caminatas, a otros les gusta remar en los botes inflables y otros solo “se tiran” en la reposera a tomar sol.

“Lo más importante es la predisposición de cada uno, todos nos conocemos muy bien -sostuvo Fernando Cacciavillani- sabemos que somos muchos y vamos dispuestos a pasarla bien”.
“A veces hay diferencias y criterios encontrados, pero al final de todo lo que siempre recordamos son los buenos momentos que quedan latentes en nuestros corazones y afloran cada año cuando comenzamos a planificar las nuevas vacaciones”, remarcó.
Con respecto a los chicos, Cacciavillani comentó que “disfrutan mucho más que los grandes, se agrupan por edades y la pasan muy bien”.

Una vez en camino de regreso, en la ruta misma empiezan a surgir nuevos destinos para las vacaciones siguientes: Salta y Jujuy en el Norte, El Calafate y Ushuaia en el Sur, un crucero para festejar los 50 años de la mayoría de los integrantes del grupo o Disney para cuando el menor de los chicos cumpla 12 años.

“Pero lo más importante no es dónde, sino que vayamos todos juntos”, concluyó Fernando Cacciavillani.

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