Un atentado con coche bomba en Turquía provocó seis muertos y 39 heridos

La explosión fue en una sede de policía en el sureste de Turquía, informó el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, quien responsabilizó del ataque al grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

El hecho ocurrió a escasas 24 horas de otro ataque suicida en el que murieron 10 personas, todos turistas de nacionalidad alemana, y 15 resultaron heridas, en el barrio de Sultanahmet, el más turístico de Estambul, atribuido por el gobierno a un hombre de origen sirio de la milicia extremista Estado Islamico (EI).

En este caso el episodio se inició pasada la medianoche, cuando un comando del acusado PKK chocó e incrustó de forma intencionada un coche bomba contra la sede policial en la ciudad de Cinar, en la provincia de Diyarbakir, lo que causó la muerte a un policía y dos familiares de agentes que se encontraban en el lugar.

Paralelamente, la explosión provocó el derrumbe de un edificio vecino provocando la muerte de otros tres civiles, detalló el diario Hurriyet, que cita un comunicado de la Gobernación de Diyarbakir.
Entre las víctimas se hallan un niño de 5 años, un bebé de un año y otro de cinco meses, según el citado diario.

También se registraron 39 heridos, seis de ellos miembros de las fuerzas de seguridad y el resto civiles, de los que ocho son familiares de policías, consignó la agencia de noticias EFE.

Las imágenes difundidas por los medios muestran enormes daños en un edificio residencial destinado a las familias de los policías que trabajan en la comisaría.

Tras la explosión del coche bomba, algunos miembros del PKK lanzaron un ataque con lanzacohetes y fusiles de largo alcance, lo que provocó un tiroteo con los agentes que se prolongó durante unos 40 minutos.

Tras el tiroteo los miembros del PKK escaparon y el Ejército y la policía lanzaron una amplia operación de captura.

La oficina del gobierno provincial también acusó al PKK y lo responsabilizó de estar detrás del atentado, a través de un comunicado, citado por la agencia de noticias Europa Press.

En julio se rompió el alto el fuego pactado por el PKK y y Ankara en el marco de unas negociaciones de paz que pretendían cerrar un conflicto que ya se cobró unas 40.000 vidas desde que estalló, en 1984. El alto el fuego estuvo en vigor dos años.

Además de atentados y emboscadas del PKK en zonas rurales contra las fuerzas de seguridad, se han producido duros enfrentamientos en varias ciudades turcas en las que el Ejército impuso el toque de queda, dejando aisladas ciudades y pueblos cuyos habitantes acusan a las autoridades por la falta de alimentos e insumos básicos.

Las fuerzas de seguridad turcas lanzaron una gran ofensiva a mediados de diciembre para desalojar a los guerrilleros de las ciudades de Silopi y Cizre, así como del casco histórico de Diyarbakir, la principal ciudad kurda de Turquía.

 

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