Un arzobispo argentino, visitador apostólico a la asociación Dalmanutá
Mons. José Luis Mollaghan tiene el mandato de verificar el funcionamiento de esta institución dedicada a la dirección espiritual, a fin de aprobar su Constitución. Una de sus casas está en Avellaneda.
El Dicasterio para los Institutos de vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, dispuso el 21 de junio pasado que se lleve a cabo una visita apostólica ad inspiciendum et referéndum (examinar y referir) a la asociación pública de fieles Dalmanutá, in fieri a las nuevas formas de vida consagrada, con casas situadas en Montevideo, Uruguay; Avellaneda – Lanús, Argentina; Tijuana, México; y Pelotas, Brasil.
Para este fin, designó a monseñor José Luis Mollaghan, arzobispo emérito de Rosario, visitador apostólico para conocer la institución en orden a la aprobación ad experimentum de sus Constituciones, y verificar su situación; asociando también para colaborar al presbítero Mauricio Landra, profesor de derecho canónico y rector del Seminario de la diócesis de Gualeguaychú.
El pasado 15 de julio, monseñor Mollaghan inició la primera sesión de la visita apostólica junto con los miembros del Consejo General de Dalmanutá que preside el presbítero Carlos de Haedo, con la invocación al Espíritu Santo, la lectura del decreto pontificio y los primeros informes de las autoridades del Consejo general, que residen en la diócesis de Avellaneda-Lanús. Asimismo comenzó a conversar con hermanos residentes en Avellaneda y Montevideo.
La asociación pública de fieles se dedica, conforme a la iniciativa de los fundadores y a sus constituciones aun no aprobadas, al apostolado de la dirección espiritual a través de sus miembros masculinos y femeninos, según el método establecido por el padre Luis Pedro Montes SJ, que incorpora a la visión tradicional de la dirección espiritual, otros aportes de la filosofía, psicología y ciencias humanas.
El prelado explicó que, entre las diversas formas en que la Santa Sedre expresa su preocupación y ejercita la propia competencia hacia las familias de vida consagrada, está también el cuidado especial hacia los institutos nacientes en lo relacionado a su legítima erección, a su legislación, organización, formación y disciplina.