Desde distintos puntos de nuestro país fueron llegando a la Provincia de Tucumán quienes fueran los congresales que se reunieron en la que hoy conocemos como “casa de Tucumán”. Las sesiones habían comenzado unos meses antes y, el 9 de julio de 1816 el congreso decidió tratar la Declaración de la Independencia. Esto fue el resultado de un dedicado trabajo de quienes precedieron este congreso. Patriotas que ya en 1810 habían realizado la Revolución de Mayo, hecho que sentó precedente en cuanto a ideales de libertad que el pueblo de las Provincias Unidas del Río de la Plata deseaba para consagrarse como Nación.

En este año tan especial en el que conmemoramos el Bicentenario de nuestra Patria, me resulta importante resaltar también la fecha del 9 de julio. Porque siempre el transcurso de los hechos políticos, han ido escribiendo la historia de los pueblos y junto a ella; los pueblos acompañan los cambios que son para mejorar la situación social, política y económica. Estas situaciones a su vez son las que permiten que los pueblos en su conjunto vayan creciendo y den a las distintas necesidades los lugares que ocupan en la sociedad.

Hoy vivimos una etapa de cambios. De ordenar prioridades, de poner de nuevo en los primeros lugares las ideas de: redistribución de la riqueza, de la necesidad de la asignación universal por hijo, de la importancia de la educación como herramienta de formación del hombre, de la jerarquía que debe tener la atención de la salud y el cuidado hacia nuestros mayores; y una serie más de prioridades que han ido mostrándose a partir de trabajar para y con el pueblo trabajador. Estos cambios necesarios, deben ser cumplimentados para dar oportunidad a todos de que accedan a la educación, la salud, alimentación y trabajo para finalmente, tener a una vida digna.
Así como hubo hombres que trabajaron por la Patria cuando la idea de Patria estaba aún en ciernes, creo que es necesario que sigan sumándose los argentinos al proyecto que permita que todos tengamos las mismas oportunidades. Esto puede lograrse con un programa claro que es el de la inclusión social y, con el sentimiento de solidaridad que permitirá a aquellos que han tenido un poco mas de “suerte” acompañar el crecimiento de un país que necesita que entre todos le pongamos el hombro.

En este, el año del Bicentenario – como decía anteriormente- es un año óptimo para que aquellos que aún no forman parte de esta idea totalizadora de una “Argentina para Todos”, se sumen. Y, que este 9 de Julio no sólo celebremos la gesta legislativa de los hombres de 1816, sino que también pongamos nuestro granito de arena para continuar “edificando” el país soñado por todos.