Si bien la Navidad significa lo mismo para buena parte de los países del mundo, las particularidades en cuanto a las costumbres no dejan de llamar la atención. Sucede que son muchos los lugares donde ese día se celebra con costumbres algo extrañas de significados singulares.

Por ejemplo, en Noruega, se utilizan tres platos durante la cena: debajo del primero, se coloca un anillo. En el segundo, una moneda y en el tercero, una llave. Cuando termina la cena, los comensales deben mezclar los platos y elegir uno de ellos. Si aparece la llave, el Año Nuevo traerá una casa; si se descubre es el anillo, habrá una boda; y si aparece la moneda, el dinero no faltará.

En República Checa el protagonismo lo tienen las mujeres solteras. Lanzar zapatos de espaldas sirve para predecir si el año siguiente contraerán matrimonio. Todas deben salir de la casa, se colocan de espaldas a la puerta y lanzan un zapato por encima de sus hombros derechos. Si el zapato cae con la punta hacia la puerta, quiere decir que la mujer se casará el año siguiente. De lo contrario, deberá esperar otro año más.

Por otro lado, los venezolanos celebran la Navidad en las calles, playas y parques, y muchos acuden a la iglesia sobre patines la mañana del 25 de diciembre. La costumbre se magnificó tanto que las rutas de la capital se cortan para que todos los ciudadanos puedan trasladarse de esa manera tan curiosa sin sufrir embotellamientos ni poner en riesgo su vida.

En Groenlandia, sí pasa algo verdaderamente insólito: se come el Kiviak, un plato hecho con la carne cruda del alca (un ave de caza acuática), la cual ha sido enterrada bajo una piedra enrollada en piel de foca por varios meses hasta que haya alcanzado un avanzado estado de descomposición.

Por último, en Portugal realizan un ritual bastante particular: durante la cena, los familiares deben disponer algunos platos extra para recordar que los seres queridos que han muerto.