“Si quieres vivir en paz, custodia tu familia”

Reflexiones de Mons. Rubén Frassia, Obispo de la Diócesis de Avellaneda – Lanús.

Pido para todos, la bendición de Dios al término de este año y al comienzo de 2010, Año del Bicentenario de nuestra patria.

Como sabemos, el próximo 1º de enero celebramos la Jornada Mundial de la Paz y el lema del Papa en su mensaje de este año es “Si quieres cultivar la paz, custodia la creación”. Un lema muy actual e importante para todos nosotros ya que la paz no es una cosa mágica, debe ser respetada en todas las instancias de la Creación: de nuestra vida, de la naturaleza, de las personas, de las familias, de la sociedad, de los países del mundo entero.

Evangelio según San Lucas 2, 41-52 (Ciclo C)
“Si quieres vivir en paz, custodia tu familia”
En el pasaje del Evangelio vemos a Jesús y la Sagrada Familia cumpliendo con sus obligaciones religiosas. Todos los años tenían que ir a Jerusalén para celebrar las fiestas de la Pascua. Jesús, que es verdadero Dios y verdadero Hombre, que nació de la Santísima Virgen María, vive en una familia. La familia, por lo tanto, es la primera célula constitutiva de nuestra sociedad y por eso es muy importante.

La familia se constituye por un hombre y una mujer que deciden formar, hacer y fundar una familia. Las demás cosas no son familia, yo diría que son convivencias, uniones, pero propiamente hablando no son familia.

Cuando uno afirma una cosa no está despreciando ni discriminando otra cosa, pero ciertamente el prototipo de familia es el hombre y la mujer unidos en matrimonio con la decisión de formar una familia, amarse y tener hijos, que son una bendición de Dios.

Algo importante en una familia es que haya diálogo -que conversen, que se escuchen- pero hay que tener espacio para vivir en familia. El amor es aquello que funda la unión de dos personas, del hombre y la mujer, en la familia.

Hoy en día hay una visión materialista, una vida hedonista, existe el “sólo por hoy”, no hay compromisos largos, a futuro. Hoy los proyectos de vida se van como apagando, desorientando, oscureciendo. Y esto, créanme, hace mucho daño porque de alguna forma está quitando identidad, potencia, fuerza y proyección que, en lugar de beneficiar, debilita tremendamente.

Quiero pedir a la Sagrada Familia que nos ilumine, porque lo divino que nos hace humanos, nos ayuda a buscar y hacer la voluntad de Dios. Porque si nos alejamos de Dios -que es la fuente de nuestras familias- se comprometen gravemente muchas realidades, como por ejemplo hoy están comprometidos los valores.

Los valores están en crisis y repercute en las conductas. Las conductas son débiles, quieren ser espontáneas, son pasajeras, superficiales y mediáticas. Y al no tener valores ni conducta no pertenezco a nada, soy un ser individual, aislado por el mundo, vivo incomunicado aunque sí informado.

Pedimos al Señor, a la Sagrada Familia, que la presencia de Dios -que nos viene a humanizar no a quitarnos humanidad- nos ayude a recuperar los valores de nuestras familias, a fortalecer nuestras conductas y a fortalecer nuestra pertenencia.

Deseo a todos un feliz término de este año 2009 y feliz comienzo de 2010. Que la Virgen nos ayude, siguiendo el lema del Papa “Si quieres cultivar la paz, custodia la creación”, a decir con Ella “Si quieres vivir en paz, custodia tu familia”.

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