La Selección Argentina que conduce Alejandro Sabella pasó con éxito su segunda prueba, al derrotar 3-1 a Nigeria en un amistoso disputado Bangladesh.

Con un gran partido de Lionel Messi, a quien se le sigue negando el gol pero que fue partícipe directo de los dos primeros tantos, Argentina fue superior al conjunto africano, al que venció con goles de Higuaín, Di María y Taiwo en contra, mientras que Obasi descontó para Nigeria.

En el arranque, Argentina hizo un culto de la posesión de la pelota. La cuidó y la controló ante una Nigeria amarreta.

Messi la atracción excluyente de este amistoso por el que la Federación de Bangladesh habría pagado 4 millones de dólares, se instaló sobre la derecha y comenzó su show personal.

A los 17, encaró y fabricó un tiro libre. Se hizo cargo de la ejecución y estuvo a centímetros de gritar su gol. Luego, a los 24, se juntó con Sosa y con un preciso toque de zurda habilitó a Higuaín. El Pipita, en el medio del área, la acomodó con el pecho y definió de derecha para marcar la diferencia merecida.

Dos minutos más tarde, Messi frotó la lámpara. Le robó la pelota al Mikel Obi y comenzó su obra. Dejó tres rivales en el camino y tocó de zurda ante la salida del arquero. La pelota quedó boyando y Di María la empujó casi sobre la línea. Ovación para el capitán de la Selección. Se acabó el partido. Porque Argentina impuso su ritmo y porque Nigeria molestó con tibios remates de media distancia. En el final, la Selección tuvo otra: Messi gambeteó de derecha a izquierda, como en el Barcelona, y sacó un tiro cruzado que el arquero desvió con la punta de los dedos.

El descuento de los nigerianos, a los 49 segundos, desacomodó al equipo argentino. El gol llegó por una impericia en el fondo de Argentina. Demichelis rechazó para el medio, la pelota rebotó en Obasi y derivó hacia Mikel. Centro atrás y derechazo de Obasi para vencer a Romero. Fue, entonces, el momento más flojo de la Selección.

Porque perdió protagonismo. Y Nigeria molestó con remates de media distancia. Obbina probó y Romero controló sin inconvenientes. Hasta que llegó el alivio para la celeste y blanca…

A los 19, Di María encaró y puso un buen pase entre los dos centrales de Nigeria. Higuaín tocó ante la salida del arquero, hubo un rebote y Elderson se la llevó puesta. Gol en contra y respiro. Se notó en el festejó de Sabella: celebración con puños cerrados. Un gol que llegó en el momento justo.

Messi, sin ser el del primer tiempo, marcó el rumbo del equipo hasta el final. Y de las tribunas. Cada vez que tocó la pelota encendió el estadio. Entraron Jonás Gutiérrez por Rojo Agüero por Higuaín, Banega por Di María, Federico Fernández por Zabaleta y Ricardo Alvarez por Sosa.