Tras la confirmación del primer caso de sarampión en Argentina en lo que va de 2025, los especialistas piden completar los esquemas de vacunación para prevenir posibles brotes. A pesar que hasta ahora se trata de un hecho aislado (el país eliminó la circulación endémica hace 25 años), las autoridades sanitarias ya emitieron una alerta epidemiológica. En este sentido, la inoculación es clave: de los 11 casos registrados en 2024, ninguno tenía la cobertura correspondiente. De hecho, las últimas estadísticas confirman que la primera vacuna para prevenir la circulación del virus tiene una cobertura total del 81 por ciento, lejos del 90 por ciento sugerido. En este aspecto, la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires presentan los peores índices con 72 y 66 por ciento respectivamente. Por su parte, menos del 55 por ciento de los menores tienen la dosis de refuerzo que se aplica a los cinco años.
“El sarampión es un virus que produce una enfermedad que afecta al sistema nervioso y tiene una tasa de mortalidad muy alta, sobre todo en niños y niñas. No solo que la vacunación está estancada, sino que en muchas regiones disminuye la cobertura. Esto implica que, cuando una persona con sarampión llegue al territorio y encuentre otras que no están protegidas, podrá transmitirles el virus y generar un brote”, destaca Mario Lozano, virólogo del Conicet y docente de la UNQ, en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.
En octubre de 2024, Unicef criticó la hoja de ruta del presupuesto 2025 porque establecía recortes en el área de niñez y adolescencia al tiempo que reducía entre un 25 y 35 por ciento los fondos del Programa Prevención y Control de Enfermedades Transmisibles e Inmunoprevenibles, orientado a la compra y distribución de vacunas. En esta línea, a mediados de enero, la Sociedad Argentina de Infectología solicitó una reunión con el ministro de Salud por el mismo motivo, a lo que el gobierno nacional aseguró que el Calendario Nacional de Vacunación “está garantizado” y que los rumores “buscan sembrar miedo en la población”.
A nivel mundial, las estadísticas también son preocupantes. Un informe elaborado por la Unicef y la OMS advierte que los niveles de vacunación infantil a nivel mundial en 2023 se encontraron por debajo de las cifras previas a la pandemia. Así, hubo 2,7 millones más de niños y niñas sin inocular o sin recibir la totalidad de las dosis en comparación con las estadísticas anteriores a 2019.
Una de las más contagiosas
El sarampión es una enfermedad que puede afectar a cualquier persona (aunque es más común en niños y niñas) y provocar la muerte. Este virus, que se transmite cuando alguien infectado respira, tose o estornuda, afecta las vías respiratorias y luego se propaga por todo el cuerpo. En este sentido, algunos de sus síntomas son fiebre alta, tos y erupción cutánea. Dicha afección se considera una de las más contagiosas del mundo y hasta el momento no existe ningún tratamiento específico.
Antes de que se introdujera la vacuna contra el sarampión en 1963, cada dos o tres años se producían epidemias que causaban alrededor de 2,6 millones de muertes anuales. A pesar de que las cifras cayeron de forma considerable, la Organización Mundial de la Salud estima que murieron más de 107 mil personas a causa del sarampión en 2023.