San Pedro: Descubren más de un centenar de fósiles de ocho géneros de animales prehistóricos

El hallazgo incluye restos de ciervos, megaterios, gliptodontes y mastodontes, entre otras especies. Los huesos, de una antigüedad aproximada superior a los 10 mil años, permitirán conocer más sobre el ecosistema, la geografía y el clima de la época.

 

Nicolás Camargo Lescano (Agencia CTyS-UNLaM) –  A lo largo de los últimos años, el partido bonaerense de San Pedro se convirtió en escenario de varios hallazgos paleontológicos de enorme relevancia para el campo. Ahora, y gracias a la acción fortuita de una empresa privada que hacía trabajos de remoción de sedimentos en la zona, investigadores descubrieron más de cien piezas fosilizadas correspondientes a ocho géneros de animales prehistóricos, lo que constituye un verdadero tesoro paleontológico.

“Lo que al principio eran un montón de fragmentos que sobresalían de las rocas, terminó siendo un hallazgo sumamente interesante, con alrededor de 115 huesos fósiles que incluyen animales como ciervos, megaterios, gliptodontes, caballos y mastodontes prehistóricos, entre otros”, explicó a la Agencia CTyS-UNLaM José Luis Aguilar, director del Museo Paleontológico “Fray Manuel de Torres” y parte del equipo que recuperó los fósiles.

Los huesos, de más de 10 mil años de antigüedad, también incluyen a ejemplares como las macrauchenias, un llamativo animal con una pequeña trompa, como la de los tapires, o los toxodontes, animales similares al hipopótamo actual. El equipo, integrado además por Julio Simonini. Walter Parra y Miguel y Gastón Cáceres –estos dos últimos, los primeros en observar los fósiles- logró recuperar los materiales antes de que fueran arrastrados por el agua al lecho del río y se perdieran para siempre.

Entre los restos descubiertos sobresalen, por su tamaño, dos mandíbulas de mastodontes adultos, con molares incluidos y parte de una defensa o colmillo muy bien conservado. De los dos géneros de gliptodontes hay una rama mandibular impecable y, además, hay partes de extremidades y molares de caballos prehistóricos, entre muchos otros huesos.

Para Aguilar, más allá de la cantidad y diversidad de piezas, una de las claves de este hallazgo es el nivel de preservación que presentan los huesos. “En muchísimas ocasiones, te encontrás con huesos que los agentes meteorológicos fueron rompiendo y cuesta identificar a la especie o al género. En este caso, los fósiles están muy bien conservados, lo cual facilita la tarea de los futuros investigadores que quieran analizar el material”, subraya.

Espiando al pasado

En paleontología, este tipo de hallazgos se llama “asociación faunística”, ya que es el descubrimiento de restos de diferentes especies o géneros que convivieron en un determinado lugar, en un período de tiempo acotado. Los estudios de los fósiles permitirán indagar más sobre el ecosistema, la geografía y hasta el clima de la época.

En este sentido, el doctor Luciano Brambilla, investigador del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) está analizando la gran diversidad de restos hallados, junto al equipo de San Pedro.

“El conjunto de fósiles reunidos muestra parte de la fauna extinta sudamericana del final del Pleistoceno, en la que se destacaban los animales de tallas gigantes y medianas. Entre ellos, los perezosos, al igual que los gliptodontes del grupo hallado, se originaron a partir de un antepasado en común que vivió hace más de 60 millones de años y evolucionaron hasta alcanzar las formas aquí encontradas en San Pedro”, detalla Brambilla.

Además, el investigador de la UNR explica que “Macrauchenia fue un corredor de talla alta, posiblemente asociado a climas áridos, y que Toxodon era un animal pesado, relacionado a ambientes acuáticos, que ocuparía un rol en el ecosistema tal como lo hacen actualmente los hipopótamos en África”.

“Aun queda mucho por decir sobre la evolución e interacciones de estos animales del pasado de Sudamérica, por lo que los hallazgos de estos conjuntos fósiles permiten avanzar en este sentido, reconociendo los componentes de aquella fauna perdida”, concluye.

 

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