Roberto “Pichi” Aloe, el peluquero de los famosos de Avellaneda

Por sus manos pasaron intendentes, jugadores de fútbol y personalidades de la ciudad.

Roberto “Pichi” Aloe tiene 70 años y, como él mismo se define, es el peluquero en actividad más viejo de Avellaneda. Por sus manos, pasaron jugadores de fútbol, intendentes, cantantes, personalidades de la ciudad e incluso reconocidos “pistoleros” de otros tiempos.

En “Kamote”, una peluquería ya clásica en Avellaneda que en la actualidad funciona en el local 7 de Av. Mitre 2300, “Pichi” comparte con su hijo Sebastián la experiencia de trabajar juntos y las anécdotas que cosechó durante años.

Entre los jefes comunales, Aloe tuvo la responsabilidad de cortarles a Manuel Parodi, al Coronel Marcelo D’Elía, Luis Sagol, Carlos Radrizzani, Herminio Iglesias y Baldomero Álvarez de Olivera.

“También le cortaba al Comisario de la Primera y a los Paz y a los Alvarez que tenían barracas en Avellaneda -agregó- venían de la Campomar, del Mercado de Frutos, de La Blanca y de todos los comercios que llenaban Pavón y Mitre”.
“Siendo pibe le corté el pelo a famosos pistoleros, como Jorge Villarino, alias el Rey de la Fuga, Félix Miloro (“El pibe de la ametralladora”) Negro Monzón y a Villaflor”, comentó.

Entre los jugadores de fútbol, son varios los que se sometieron a las tijeras de “Pichi”. Miguel Angel Mori, Antonio Alzamendi, el Pato Pastoriza, Carlos Goyén, Gustavo Costas, la “Vieja” Reynoso, Roque Avallay y Osvaldo “Baby” Cortés, entre muchos otros.

“Recuerdo al jugador de Independiente Mario Rodríguez, que salía de entrenar y se venía en ojotas. Me contó que si bien jugaba el fútbol, a él mucho no le gustaba, que lo habían llevado los amigos a jugar a Chacarita”, evocó.

Otro de los asiduos concurrentes a Kamote era el recientemente fallecido Julio Grondona, a quien “Pichi” Aloe calificó como “una de las personas más grandes que conocí en Avellaneda”.

Sus inicios
Roberto “Pichi” Aloe nació en Villa Dominico, se crió en la calle Pico entre Cordero y Villegas, y desde pequeño se relacionó con el trabajo. A los 9 años, ya había empezado a trabajar con su tío en una verdulería y, tiempo después, vendía jabones junto a su primo para un hogar de huérfanos.

“Iba a la vieja escuela 16 de Rivadavia y Posadas y en los ratos libres me iba a una peluquería de Juan Carlos Larroca que estaba en la esquina de mi casa, para que me prestara la bicicleta”, comentó Aloe.

“El peluquero me mandaba a la casa, a cinco cuadras, para ir a buscarle las toallas. Un día me preguntó si me animaba a cortar y a partir de ahí me entusiasmé y empecé a aprender”, rememoró.

Con el tiempo, Aloe fue a trabajar como medio oficial a Pasteur y Solier, hasta que en 1959 el propio Juan Carlos lo convocó para trabajar en la peluquería “La Fortuna” de Pavón 18.

“Después, en el ‘70, Luis Curia, que era martillero, me lleva junto a mi socio Oscar Olivieri, a trabajar en local de Italia y Mitre. Eso fue una revolución”, remarcó.

“Kamote estuvo 40 años en Italia y Mitre y cuando mi socio Oscar se jubiló y se fue a vivir a Entre Ríos, me fui a trabajar con mi hijo Sebastian que ya tenía Kamote II en Mitre”, afirmó Aloe.

Finalmente, consultado sobre la fórmula para perdurar tantos años en el rubro, “Pichi” Aloe aseguró que “hay que estar actualizado, cuidar la higiene del lugar, cumplir el horario y respetar al cliente”.

Una anécdota
Entre los clientes habituales de Kamotee estaba la familia de Gustavo Cordera, fundador de la Bersuit Vergarabat.

“Un día, llegó Edgardo Cordera, padre del músico, junto a Gustavo. Como había mucha gente, me dijo si podía dejar al chico para que le cortara, mientras él hacía unos trámites”, recordó Aloe.

“Pasaron cinco horas y Edgardo no venía. Resulta que terminó sus trámites y se fue para la casa, cuando llegó, su esposa le preguntó por Gustavo. Ahí se acordó que me lo había dejado en la peluquería”, remató Pichi Aloe.

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