River le ganó a Boca 3 a 1 en el alargue de la “Superfinal” y es campeón

River Plate se coronó esta tarde campeón de la Copa Libertadores de América por cuarta vez en su historia, al vencer a Boca Juniors 3-1 en el tiempo agregado de la final revancha que se disputó en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid.

River Plate celebró hoy un triunfo para toda la vida, un éxito que permanecerá intacto en la memoria a través de los tiempos, por alcanzar la cuarta Copa Libertadores de su historia con una victoria en tiempo suplementario ante Boca Juniors por 3-1 en el mítico Santiago Bernabéu de Madrid.

El equipo de Marcelo Gallardo se sobrepuso con hombría a un primer tiempo adverso en el que su rival sacó ventaja con gol de Darío Benedetto a los 43 minutos y desde el segundo período se hizo dueño de la final desterrada del Monumental.

Lucas Pratto marcó el 1-1 parcial a los 22 minutos del segundo tiempo y en el tiempo extra el colombiano Juan Fernando Quintero (108m.) y Gonzalo “Pity” Martínez (121m.) le dieron el cierre soñado a la fría noche en España.

River, campeón sudamericano en 1986, 1996 y 2015, consiguió la segunda Libertadores del ciclo del “Muñeco” Gallardo y se clasificó para el Mundial de Clubes de Emiratos Árabes, donde debutará el próximo martes 18.

El mítico Bernabéu de fondo, grandes personalidades del fútbol mundial en sus palcos y una organización con tono de Champions League, pero matizada por la sana pasión de los argentinos que llegaron a la casa del Madrid.

Ese marco inmejorable y a la vez triste para la memoria del fútbol sudamericano fue el que tuvo la superfinal desde el pitazo inicial del uruguayo Andrés Cunha y fue también el que redujo a los jugadores a un conjunto de voluntades nerviosas, propensas a trabar con fiereza antes que a liberarse para elaborar fútbol.

Hubo pocas emociones en un primer tiempo desbordante de tensión, con muchos errores en pases de corta distancia, controles fallidos y entradas a destiempo, lo que le quitó fluidez al juego.

River mostró desde el primer minuto una postura algo más ofensiva que no pudo traducir en superioridad por las continuas falencias de ejecución y Boca eligió un planteamiento más conservador, con el que se adaptó mejor al partido.

Cristian Pavón y el colombiano Sebastián Villa fueron falsos delanteros y retrocedieron para formar una línea de cuatro con Nandez y Pablo Pérez, por delante de Wilmar Barrios, una suerte de mediocampista líbero.

La propuesta “xeneize” fue esperar, tapar todo el ancho de la cancha y salir de contra para sorprender a una defensa que no se mostraba segura, especialmente en la zaga compuesta por Jonatan Maidana y Javier Pinola.

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