Reynaldo Martín presentó temas nuevos

Se cantaran una docena de tangos inéditos, por primera vez y en la voz de un cantor como Reynaldo.

Sensaciones encontradas son las mías al ponerme a escribir esta nota que me toca de cerca, ya que muchas de las creaciones que estrenó Reynaldo Martín en el café «Montserrat» de la capital, la semana pasada, me pertenecen en su poesía.

Pero no puedo dejar pasar por alto este acontecimiento -como muy bien lo definió la cantante Jacqueline Sigaut- que, en una misma noche, se cantaran una docena de tangos inéditos, nuevos, por primera vez y en la voz de un cantor como Reynaldo.

El trío de guitarras de Nazareno Altamirano lo secundó excelentemente, con lo difícil que es confeccionar tantas partituras musicales para temas recién horneados.
Seguimos con atención el recital con mi amigo el cantor Claudio Ferrer y con mi alumno Rodrigo Tacacho; el café estaba casi a full, aunque sabemos que es un reducto pequeño, más que nada entrañable en su calidez e intimidad.

El trío comenzó interpretando con gran vigor el tango «Mi dolor» esa feliz creación de un músico de Wilde como Marcucci y después salió el cantor a interpretar esa aventura, esa hazaña de cantarse, casi de un tirón, una docena de temas nuevos.
«Naipe evasivo» de Héctor Negro y «Me queda por cantar» de Ernesto Martínez fueron los dos únicos temas nuevos que no me pertenecen en su letra. Luego, Reynaldo hizo «Milonga de amor perdido», «Al maestro de canto», «Milonga de noche larga», «Cartón y madrugada», «Buenos Aires siglo mío», «Tu amor en la casa» y «Como tocando su ausencia». También cantó a Homero Expósito, a Manuel Ferradás Campos y a Cátulo Castillo.

Noche de emociones encontradas, con algunas humoradas, con un público que aplaudió las interpretaciones y un regreso, como siempre, a altas horas, que cuesta plata porque hay que apelar a los remises.

Roberto Díaz

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