Restobar Vilita, «un viaje a los sabores de la infancia»
Ubicado desde el año 2002 sobre la avenida Belgrano al 3000, en la localidad Sarandí, el original comercio gastronómico ofrece una propuesta distinta, con brillo propio, no sólo por sus platos caseros, un revival de la cocina de nuestros abuelos, sino también por su fascinante ambientación, una mezcla de lo antiguo con lo moderno. En la foto el chef Jorge Ordóñez, posando para la foto en la fachada del «Restaurante Vilita» y en la mesa denominada «la de la abuela».
Comandado por Atilio Vila, encargado de la decoración del local y por su socio, Jorge Ordóñez, de profesión chef, y responsable de los sabores de la cocina, el «Restaurante Vilita» es un lugar de visita obligada para todos los amantes del buen comer.
«Lo hicimos con mucho esfuerzo y nosotros mismos le pusimos una onda especial» relata Jorge Ordóñez, en diálogo con La Ciudad. «Como no teníamos plata para pintar, pensamos en revestir una pared con revistas, nos gustó y las pusimos en todas las paredes. Atilio, se encargó de eso, porque es él quien decora y yo soy el chef, hago magia en la comida y él en la decoración», define entre risas.
«Acá hay una mezcla de lo antiguo con lo moderno. La gente viene y dice: «ese jarrón o ese plato lo tenía mi abuela » Me han dicho al comer una pasta, como ñoquis, el estofado o la salsa, «es igual a la que hacía mi abuela o mi abuelo» Es como que se remontan a esa época, por eso el slogan: «un viaje a los sabores de la infancia», explicó Jorge Ordóñez, quien también es autor de recetas propias, ha publicado sus fórmulas gastronómicas en diversos medios y actualmente está escribiendo un libro de cocina.
Consultado sobre la propuesta gastronómica del Restaurante Vilita, Jorge sostuvo: «Los platos son abundantes, como en casa, como hacían antes los abuelos. Pastas caseras tenemos siempre, salmón rosado, trucha, y cada quince días cambio el menú. Son tres platos: carne vacuna, cerdo y pollo y un postre, además de la carta libre», detalla.
«Los postres son muy personales, no es el común de los restaurantes. Alguna gente, por ejemplo, viene sólo a comer postres, porque son todos caseros. Uso todos productos de primera calidad, y no escatimo en nada, lo hago como para nosotros», explica el chef.
«Restaurante Vilita» ofrece también una nutrida variedad vinos, de bodegas destacadas, con un atractivo adicional: son servidos en el inmortal pingüino.
Además de su excelente carta, el original comercio gastronómico de Sarandí también se destaca por su atento servicio y por su cálido ambiente. Con el correr del tiempo, los vecinos y clientes aportaron sus recuerdos personales y de familia, como fotos, platos, bustos, sombreros, teteras, etc., que se incorporaron a la decoración del lugar, dándole un toque mágico.
Al mediodía, para adecuarse a las necesidades de quienes trabajan, el almuerzo es sin mantelería y con un plato principal. Mientras que por las noches, las cenas se sirven con mantelería y a la luz de la velas, otro encanto de Restaurante Vilita que hace aún más grata y relajada la estadía en el lugar.
La creatividad del Restaurante llega hasta los baños, identificados en sus puertas con una corbata para los caballeros, y con un sostén para las damas. Ambos revestidos con recortes de hojas de revistas, con figuras de hombres para las mujeres, e imágenes de mujeres para los hombres.
«A quienes quieran vivir una sensación inolvidable, Restaurante Vilita los espera en un lugar mágico, en el cual se sentirán mimados», invitan cordiales los responsables del comercio.
El Restaurante Vilita se encuentra ubicado en la avenida Belgrano 3088 de la localidad de Sarandí. Reservas al teléfono 4205-2489. E-mail: restobar vilita@hotmail.com Facebook: Restobar Vilita