Resolver Automación llegó a Avellaneda con sus soluciones innovadoras

La empresa Resolver Automación, con más de 25 años de experiencia brindando soluciones innovadoras a sus clientes, llegó a Avellaneda hace unos meses para instalarse definitivamente en Villa Dominico, y desde allí seguir proyectando su crecimiento tanto a nivel nacional como internacional.

En Resolver, el resto de las empresas puede encontrar una solución única ante cada necesidad que plantee el trabajo. El emprendimiento que encabezan Claudio Vinci y Sergio Imbrosciano ofrece servicios que van desde la fabricación de dispositivos especiales hasta de consultoría, pasando por automación industrial, y automatización de máquinas y sistemas servoasistidos, tanto neumáticos como hidráulicos.

“Nosotros brindamos soluciones innovadoras, lo que el cliente necesite. Trabajamos con todos los rubros, desde la CONEA hasta fábricas textiles”, explicó Claudio Vinci a La Ciudad.

“No fabricamos nada en serie -remarcó- si bien nuestro trabajo nos llevó a hacer acuerdos con empresas a las cuales le aportamos toda la tecnología, Resolver lo que hace es desarrollar cosas especiales, que no existen en el mercado”.

En ese sentido, Vinci aseguró que “si viene un cliente y nos pide una máquina que haga una cosa determinada que ya está en plaza, se la recomendamos y, si no está, nos sentamos juntos a desarrollarla, la relación con nuestros clientes es tan buena que compartimos el área de trabajo porque surgieron proyectos en común”.

Cada una de las máquinas desarrolladas por Resolver es única y el cliente tiene la exclusividad en cuanto a su diseño. “Nosotros no podemos contar lo que desarrollamos porque tenemos confidencialidad con el que trabajamos, eso hizo que nos hiciéramos amigos de muchas empresas por el compromiso que asumimos con ellos”, sostuvo uno de los responsables de la firma.

Las distintas empresas, chicas y grandes, porque tienen clientes de la talla de Roche en Brasil y Cola Cola hasta pymes, llaman a Resolver para poder depositar sus problemas en gente de confianza.

Consultado sobre cuáles son los pasos a seguir cuando llega un cliente nuevo, Vinci explicó que visitan su planta para ver cuáles son los procesos productivos, conversan con los operarios y tratan de buscarles las soluciones innovadoras a cada uno de los inconvenientes que se presentan.

“Ha pasado que vinieran clientes a pedir algo y cuando analizamos el proceso le decimos que no le conviene porque solo están cambiando el cuello de botella de lugar, las inversiones hay que analizarlas muy bien y nosotros tratamos de asesorar a las empresas para ver si les conviene”, puntualizó Vinci.

“Nosotros le entregamos a la empresa la máquina con toda la información, no nos guardamos nada que mantenga cautivo al cliente -añadió- no nos interesa que quede ligado por necesidad, sino desde el desarrollo”.

En cuanto al trabajo específico, Vinci aseguró que Resolver se encarga de un asesoramiento integral y no solo la construcción de una maquina específica. “Lo que más llama la atención es el brazo que se mueve, pero hay un trabajo de ingeniería atrás muy importante. Uno ve el brazo que se mueve solo, pero lo que hace que una caja, por ejemplo, llegue a la posición que tiene que llegar lo hace ese desarrollo”, resaltó.

“Como tiene movimientos humanos, llama la atención –enfatizó- pero hay una ingeniería de precisión muy importante”.

Al referirse a los trabajos donde las máquinas reemplazan a las personas, explicó que es cuando se requiere una exactitud y una constancia que el hombre no puede seguirle el ritmo. “Hay trabajos que son tediosos que el hombre no tiene que hacer, él tiene que controlar a la máquina y usar la cabeza para otros pensamientos”, soslayó.

Una empresa que se hizo desde abajo
Si bien Resolver es hoy una empresa consolidada en el mercado y con un nombre ya instalado, los comienzos fueron de mucho esfuerzo y trabajo.

“Resolver surgió en 1982, yo trabajaba en una empresa textil, en la parte de mantenimiento y automatización y empezaron a aparecer máquinas automáticas que derivábamos para su reparación”, comenzó relatando Claudio Vinci.

Con el tiempo, empezaron a arreglar las máquinas en la propia empresa textil y, luego a desarrollarlas. “Estando en la empresa uno siempre veía las cosas que habían afuera, ya sea en revistas o en catálogos y uno pensaba que quizá alguna de esas máquinas hacía falta en la empresa y salía carísima. Empezamos a tratar de hacerlo nosotros y a experimentar cosas nuevas”, expresó.

Los pasos siguientes, en lo que desembocó la creación de Resolver, fue gracias a los técnicos de otras empresas proveedoras, quienes los empezaron a recomendar con sus propios clientes.

“Los representantes que venían a reparar a la empresa textil nos empezaban a conocer y nos pedían si podíamos hacer reparaciones a algunos de sus clientes que tenían problemas con las máquinas”, relató Claudio Vinci.

“Llegó un momento que teníamos más trabajo, y más importantes, fuera de la empresa que dentro de ella, y surgían cosas más grandes -agregó- entonces le propusimos al dueño seguir atendiéndole las máquinas pero desde afuera, como un nuevo emprendimiento”.

Fueron pasos paulatinos, pero constantes. De aquellos trabajos en la empresa textil, mezcla de voluntad y experimentación entre otras cosas, Resolver logró convertirse en una empresa pujante, con clientes en todo el país y en el extranjero, de la talla de Coca Cola o Roche.

“Somos representantes de una empresa francesa de robots, llamada Stäubli, y a raíz de eso cada vez que alguien la consulta en Latinoamérica, nos recomienda a nosotros -comentó Vinci con justificado orgullo- para nosotros ir a Brasil no nos cambia mucho el trabajo, porque también tenemos clientes en el sur con los que nos separan tres mil kilómetros”.

Finalmente, consultado sobre cómo definiría a su empresa, Claudio Vinci fue más que claro: “Nosotros decimos que no nos especializamos en nada porque todos los días conocemos una empresa nueva, con alguna tecnología nueva y con algo para desarrollar”.

El arribo a Villa Domínico
Resolver Automación estaba ubicada en el barrio porteño de Mataderos, pero desde hace unos meses decidieron instalarse en Avellaneda, debido a que estaban buscando una zona accesible y que tuviera bastantes industrias cerca, no porque fueras futuros clientes, sino porque serían potenciales proveedores.

“Nosotros usamos muchas variantes en el desarrollo de una máquina, por eso tenemos que tener acceso fácilmente a los proveedores. Nunca sabemos qué tenemos que utilizar mañana y Avellaneda industrialmente es muy grande”, explicó Vinci.

“Tenemos muchos clientes en zona norte, pero en Avellaneda está la pequeña y mediana industria que nos pueden abastecer -comentó- nosotros tercerizamos mucho trabajo de mecanizado y acá encontramos muy buenos talleres, nos hemos asombrado por lo que es Avellaneda en proveedores y calidad de gente”.

Fueron esos mismos proveedores quienes les hablaron de la Unión Industrial de Avellaneda, y hoy Resolver ya es parte de ella. “Nos invitaron a una reunión, fuimos, nos pareció maravillosa la calidad de gente y empezamos a trabajar con ellos, nos sumamos”, remarcó.

Más allá de gran cantidad de proveedores con las que cuentan en Avellaneda, Claudio Vinci sostuvo que el sector tiene poca inversión en este momento, que no hay grandes proyectos para desarrollar, pero que sin embargo siempre tiene trabajo.

Incluso, fuera del pedido de sus clientes, Resolver trabaja en proyectos propios, los cuales le permiten perfeccionar técnicas que luego se aplicarán a nuevos desarrollos.

Contacto: info@resolverautomacion.com.ar

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