Reflexiones de Monseñor Frassia

El Obispo de la Diócesis de Avellaneda – Lanús, en sus reflexiones radiales semanales, se refirió al Evangelio según San Marcos 16, 15-20 (ciclo B): «La Ascensión: camino de esperanza».

El Obispo de la Diócesis de Avellaneda – Lanús, en sus reflexiones radiales semanales, se refirió al Evangelio según San Marcos 16, 15-20 (ciclo B).
Entonces Jesús les dijo: «Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará. Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán». Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los milagros que la acompañaban.

La Ascensión: camino de esperanza
Estamos en plena Pascua y el misterio de la Pascua no se lo puede dividir por partes, es un misterio que tiene acentos: primero la encarnación, en el seno virginal de María; luego la crucifixión, la muerte de Jesucristo; enseguida la gloriosa Resurrección y el Ascenso al Padre.
Este es el proceso que Jesús hace, ya que Él es el camino. Y nosotros venimos de Dios, caminamos con Dios y regresamos a Dios. Somos llevados por su mano; Él es el camino; es la puerta que Él nos abre y hace entrar; es la garantía de nuestro caminar. Por eso la resurrección nos lleva a la fe en el Dios vivo. La Ascensión nos lleva a vivir y caminar en la esperanza. Y la próxima Fiesta de Pentecostés nos lleva a la presencia de la Caridad, del amor de Dios.
La Ascensión es la parte del misterio del Pascua. La venida y la subida, salida y regreso, ir y volver. Pero nosotros hacemos el mismo camino: en la esperanza. Sabemos dónde ponemos los pies; sabemos dónde está nuestra familia; sabemos dónde está la historia; tenemos sentido de todas las cosas; sabemos que lo que podemos ofrecer se convierte en ofrenda eterna; sabemos que la caridad y el gesto mínimo a cualquier hermano necesitado, tiene un valor infinito. Todo esto gracias a la presencia viva de Jesucristo. De allí que la Ascensión nos lleva a la esperanza
Pidamos al Señor que podamos caminar con toda esa comprensión de lo que Él nos enseña. En el libro de Los Hechos de los Apóstoles se lee: «¡varones de Galilea!, ¿por qué se quedan mirando al cielo?, ¡vayan y anuncien la Palabra de Dios!», y a nosotros nos dice ¡vayan y sean testigos de este único y gran acontecimiento! No es para consolarnos sino para enviarnos y que demos, en su nombre, frutos y frutos en abundancia.
En esta Jornada de las Comunicaciones, recordemos en el mensaje del Papa dos palabras que son muy fuertes: «el silencio y la palabra» como un camino de contemplación, de evangelización.

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