Redes sociales y salud mental: cada vez más países limitan su acceso a niños y adolescentes

Australia y Colombia fueron los últimos en presentar proyectos de Ley. Un estudio advierte que más de la mitad de los menores considera peligrosa o muy peligrosa a las plataformas.

Aunque las redes sociales pueden tener efectos positivos sobre sus usuarios, cada vez más adolescentes advierten el impacto negativo de las plataformas en su salud mental. Según un estudio realizado por la OMS, entre el 10 y el 20 por ciento de los adolescentes tiene problemas de salud mental. A su vez, un trabajo hecho por Unicef en España alerta que más de la mitad de los menores consultados consideran bastante o muy peligrosas para ellos Instagram, X y TikTok. Por eso, ya hay algunos países que toman la iniciativa y regulan su acceso para proteger a quienes tienen menos de 16 años. Sin embargo, las principales empresas del rubro se oponen y piden mayor tiempo para estudiar las consecuencias en la juventud. Hasta el momento, la edad necesaria para abrir una cuenta oscila entre 13 y 14 años, aunque las normas de seguridad se pueden vulnerar de forma sencilla.

En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes, la psicóloga Malena Sartoretto señala: “El impacto que las redes sociales tienen en la salud mental y en la construcción subjetiva de las niñas, niños y adolescentes es muy alto. Aunque se vinculan y están construyendo su propia identidad en estas redes, lo están haciendo en merced de lógicas que propone cada plataforma. En muchísimos casos, no están en pos de lógicas de cuidado o de encontrarse con otra persona, sino que responden a un mercado de consumo, de compra-venta y de seguir algoritmos”.

Cada vez más, las redes sociales están en el ojo de la tormenta por el impacto que tienen en la salud mental. Ante esta situación, ya hay algunas ciudades y regiones que empiezan a denunciar la situación y tomar posturas al respecto. Por ejemplo, el alcalde de Nueva York declaró ante la prensa en enero que “empresas como TikTok, YouTube y Facebook están alimentando una crisis de salud mental al diseñar sus plataformas con características adictivas y peligrosas”.

Cuidar a los más vulnerables

En el caso colombiano, el proyecto de Ley elaborado por la oposición busca regular el acceso de menores de 14 años a plataformas digitales. En este sentido, el ministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones expresó su respaldo a esta iniciativa: “La exposición temprana a redes sociales puede tener consecuencias graves en la salud mental de nuestros niños, niñas y adolescentes, incluyendo aumento de la ansiedad, depresión y problemas de autoestima. Nuestro respaldo a este proyecto de ley está fundamentado en la necesidad de proteger a la infancia del país, educar a las familias y construir un entorno digital más seguro y responsable”.

En el caso australiano, el proyecto fue aprobado por amplia mayoría en la Cámara de Representantes y pasó al Senado para su tratamiento. La medida sería para menores de 16 años y las plataformas que incumplan la norma podrían enfrentar multas superiores a los 30 millones de dólares.

“Quiero hablar con los padres australianos. Estamos estableciendo los 16 años como la edad mínima para usar las redes sociales. Con demasiada frecuencia, las redes sociales no son sociales en absoluto. Y todos lo sabemos. La verdad es que están haciendo daño a nuestros hijos y voy a ponerle punto final”, sostuvo ante el Congreso el primer ministro Anthony Albanese.

Quienes acompañamos en la crianza a las familias no recomendamos posturas prohibicionistas ni restrictivas, pero sí más críticas. Siempre sugerimos tratar de retrasar los dispositivos individuales y las redes sociales lo máximo posible. Jamás recomendaríamos que un niño o niña utilice redes sociales para contactarse con otras personas, porque la prioridad debe estar en otro lado y, en un mundo ideal, no necesariamente se manejan en soledad. Por su parte, en las adolescencias los usos deben estar acompañados y mediados por información”, reflexiona Sartoretto, especialista en infancias y ciudadanía digital.

Y agrega: “Lo que pasa es que estos proyectos están legislando sobre lo real, no sobre lo ideal. Lo que está pasando es que hay una percepción de mucha soledad en las adolescencias, de estar muy solos en internet y en las redes sociales, pero estaría bueno para dar una vuelta de tuerca más. Debemos entender que no es que están solos, sino que se están vinculando con otros individuos en territorios privados con lógicas corporativas, que buscan de ellos un lugar de consumo, de cuantificación de los vínculos y muchas veces en lógicas económicas de sistemas de datos, algoritmos y plataformas que buscan en ellos un consumidor”.

Mientras tanto, los representantes de las redes sociales se amparan en que ya existen normas de seguridad que velan por la privacidad y la salud mental de las personas menores de edad. En este aspecto, la mayoría de las plataformas tienen una guía para familias y usuarios jóvenes. A su vez, quienes atacan estos proyectos reguladores advierten que se estaría violando la libertad de expresión, la privacidad y el derecho de los usuarios a tener un perfil en cualquier red social, lo que implicaría un abuso del gobierno en la vida personal de cada individuo.

En este aspecto, la psicóloga resalta: “Los dueños de las plataformas tienen lógicas y responden a objetivos determinados. Si bien los menores puede hacer otro uso de las redes más vincular, más crítico y más reflexivo, lo que está sucediendo es que empiezan a acceder a edades cada vez más tempranas, en muchísimos casos sin mucho acompañamiento o mucha información al respecto. Las niñeces y las adolescencias deben estar bajo una lógica de cuidado y sus derechos deben estar resguardados”.

 

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