Eres una guitarra
de tierra y cielo,
que enamora la zamba
con el pañuelo…

Jaime Dávalos

Fue una noche mágica. Convocados por la Asociación Cultural «La Guitarra» el sábado 3 de noviembre en el Teatro Roma, un público ensimismado siguió con religioso silencio el milagro crecido desde las seis cuerdas pinzadas, diestramente templadas por cuatro maestros de gran relieve.

En efecto, fue Francisco Vera quien rescató la hermosa «Suite Americana» de Héctor Ayala, y así nos condujo por los insondables caminos de la Patria Grande.

Luego, la solvencia técnica de Sergio Moldavsky, deambuló por los estilos y alguna cifra de Abel Fleviy, logrando que a los espectadores se les descubriera la densidad musical que nutre la soledad pampeana que aflora en cada una de las composiciones del legendario autor dolorense.

Por supuesto, traída por la responsabilidad musical de generoso nivel que exhibe Alejandro Dávila, surgió la delicada raíz creativa de Eduardo Falú, cuyas zambas aún laten en el emocionado espíritu de aquellos que las escuchamos con deleite. Por último, como un broche significativo a esta pasión por nuestro patrimonio cultural expresado en el folklore y en su instrumento genuino que es la guitarra, Arturo Zeballos demostró la excelencia de su formación musical, al rescatar, entre otros temas, las milongas de Atahualpa Yupanqui, el inolvidable juglar argentino.

Asimismo, es necesario destacar la presencia de Leonor Méndez en la información técnica del espectáculo, y la habitual sobriedad y eficiencia en la conducción del mismo, por parte de Alberto Albornoz. Como corolario, digamos que en el hall del teatro, se expusieron algunas obras de singular importancia, diseñadas por la Escuela-Taller de Luthería «Arnaldo Mezquiriz», uno de los reconocidos orgullos de la ciudad de Avellaneda.

H. R.