Racing fue más que Boca y arrancó con un triunfo el torneo de verano

El equipo de Zubeldía se impuso por 2 a 1 con goles de Hauche y Saja de penal. Viatri marcó el descuento para el conjunto de la Ribera, en el regreso de Bianchi a la dirección técnica.

En Mar del Plata, la velocidad de Racing fue demasiado para Boca, que cayó 2-1 por los goles de Gabriel Hauche y Saja de penal. Viatri ponía el empate transitorio, todo en la priemra etapa. El estreno en el año de ambos, marcó el inicio del tercer ciclo de Carlso Bianchi en el equipo xeneize.

No era la bruma que cubría al estadio Minella. No hay espacio para la confusión. Ahí está Boca, vestido de violeta. Y aunque parezca contradictorio desde su camiseta, lo que busca es reencontrarse con esa identidad que supo tener en sus tiempos de gloria. Desde la enrulada cabeza de Carlos Bianchi, claro. Pero qué difícil será sin un patrón que se haga cargo del juego. Y no se trata de derramar lágrimas de sangre por Román, que ya no está. Este Chávez, hoy por hoy, no está para comandante. Y a pesar del doble “9”, no hay explosión sin el toque exacto para el gol. A fin de cuentas, el único grito del Virrey llegó por un error de Sebastián Saja. Racing sabe que un triunfo en el verano es como una golondrina. No obstante, puede celebrar que la estructura es fiable aun sin Centurión y Vietto, los pibes maravilla.

“Nosotros alentamos, ustedes ponga huevo, que ganamos”, bramó la tribuna. Sin embargo, lo que necesita este equipo son sociedades. Porque Boca se para veinte metros más adelante que el equipo de Falcioni e intenta llegar al arco rival sin tantos pelotazos. Pero Pochi no es tan pensante como Román. Entonces, el juego depende, en gran medida, del buen pie de Erbes o de alguna aparición de Colazo o Pol Fernández. Tampoco Escudero, que ingresó en el complemento, fue una expresión de nitidez.

En lo que tampoco se parece este Boca a un equipo de Bianchi es atrás, donde hizo agua por los costados, el sector que aprovecharon los picantes volantes externos de Racing, Villar por derecha y Pérez Guedes por izquierda, como si estuvieran paseando por la Rambla. Y tampoco hubo resistencia entre los centrales, que dejaron un hueco grande y permitieron que Mauro Camoranesi, a espaldas de ellos, se hiciera un picnic. Sí, en el medio del vértigo celeste y blanco que propone Luis Zubeldía, el campeón del mundo es clave.

Racing llegó primero al gol, cuando era apenas superior a Boca porque Villar habilitó a Hauche con una asistencia que se filtró entre los pibes Castagno y Evangelista y el Demonio definió, vaya paradoja, como los Dioses. Sin embargo, se metió demasiado cerca de Saja. Y ese arquero que casi nunca falla salió en falso. Y como los dos “9” violetas estaban en el área, como le gusta al Virrey, Blandi capturó el rebote y Viatri clavó el empate. A partir de ese instante, Boca se adueñó de la pelota. Pero la administró mal. Y Racing, que sabe jugar sin ella, logró el segundo. A un genial pase de Camoranesi a Hauche, lo siguió un infantil penal de Chiqui Pérez y Saja se redimió desde los doce pasos.

No volvió a tocar la pelota el arquero celeste y blanco. Y a pesar de los cambios tácticos de Bianchi -Pol Fernández a la izquierda, Pochi a la derecha y Escudero de enlace-, no llegó una sola vez con peligro al área de Racing, que pudo liquidarlo con alguna pincelada de Fariña. Tanto tiempo esperaron los hinchas por Bianchi … El volver a empezar dejó mucho qué desear. Y se viene el Superclásico.v

noticias relacionadas