Ante la decisión de un posible comitente de realizar una casa, sea una vivienda nueva, una ampliación (o simplemente una construcción con otro tipo de destino), muchas veces me han preguntado cuál es el rol del arquitecto.

También, como profesional, he recibido infinidad de veces al comitente emprendedor con sus ansias, inquietudes y expectativas, desarrolladas en papelitos de colores donde todo se ve muy lindo hasta el instante de chocar con la dura realidad, que a veces nos toca y nos duele decirles: “Esto no se puede hacer, no entran los muebles, no es reglamentario o simplemente es inconstruible…” Y entonces… la re-pregunta… “Como Ud. me dice que no, si el albañil me dijo que s텔

En ese instante es donde también comienza en algunos casos, una tarea docente de explicar para qué está uno y para que el otro y lo importante que es cada uno, pero en el lugar correspondiente…

Frecuentemente, caminando por la vereda podemos observar heterogeneidad de construcciones y encontrarnos con hermosas casas pero tambien – y a veces linderas a estas-, aparecen por ejemplo, residencias mitad neoclásica y mitad chalet moderno, casas con muestrario de revestimientos o con profusión de colores incompatibles y tantos ejemplos más de prueba y error, que no sólo terminan afeando la propia vivienda del usuario sino también van en desmedro del barrio y de su propio valor inmobiliario.

En otras ocasiones y en un momento de sus vidas, algunos propietarios idealizan la casa de sus sueños y, con gran esfuerzo muchas veces, adquieren el terrenito donde podrán hacerla realidad. Es allí, donde empiezan a buscar también un referente que los guíe y, por desconocimiento, no siempre dan con la profesión adecuada.

Saben… Esos son lugares de acción del arquitecto.

Desde el momento de la búsqueda del terreno, el Arquitecto ya puede asesorar a su cliente indicándole cual es el lote mas conveniente, de acuerdo con las expectativas que éste le formula, ya sea por la orientación, por las medidas, por el precio y su futuro valor de reventa, por la ubicación, por el reglamento que indica qué se puede hacer y qué no en dicha parcela, y por muchos motivos más que serían largos de enumerar.

A partir de allí y de acuerdo con un programa de necesidades elaborado entre cliente y profesional, comienza la labor de diseño. El profesional haciendo uso de sus conocimientos, intuición (y podríamos decir hasta un poco de psicología) deberá interpretar lo que el grupo familiar le manifiesta y trasladar sus propuestas al papel.

En esa mezcla que se produce al combinar el conocimiento, la técnica y el arte, donde el juego de las formas y las funciones se fusionan en busca de un producto construible, estético y habitable, es donde aparece el rol del arquitecto…

La propuesta que optimice las exigencias del usuario, economice recursos y le brinde una mejor calidad de vida a quienes van a usar ese espacio, estará definido por “el diseño arquitectónico” del profesional. Recuerden además este consejo: No siempre lo más caro, debe ser lo más lindo. Muchas veces con poco se puede lograr más… y el Arquitecto, también esta formado para eso.

Los pasos para desarrollar la “idea” arquitectónica se verán reflejados primeramente y como dijimos antes, en la especial comunicación e interpretación que se produzca entre comitente y profesional. Luego, y de acuerdo con los recursos con los que cuenta el cliente, el arquitecto realizará el estudio y reconocimiento del lugar donde va a ejecutarse y aparecerán los bosquejos y croquis preliminares.

Este paso es importantísimo. Es el anteproyecto. Aquí surgirán de acuerdo con las normativas vigentes, las ideas previas, perspectivas, ubicación posible de muebles, vistas, etc., que darán paso al “bosquejo inicial” de lo que el propietario necesita y posiblemente lo cobije el resto de sus días. También esta etapa permitirá tener una base de datos para costear estimativamente lo que se pretende hacer.

Una vez elegida y aceptada “la idea”, se prosigue con el armado de planos técnicos para que posteriormente utilicen y trabajen los distintos gremios integrantes de la obra (cementistas, albañiles, electricistas, plomeros, etc.) y se analiza también, la forma en que va a administrarse económicamente la futura construcción.

El conjunto de planos definitivos y el estudio minucioso de obra (donde se analiza el sistema constructivo más adecuado, la estructura, albañilería, los materiales, instalaciones, carpintería, detalles, etc.) es parte de lo que en la jerga profesional denominamos proyecto.

En esta etapa de estudio, el arquitecto podrá optimizar funciones, hacer modificaciones, cambiar posiciones de muebles, agregar o quitar artefactos, paredes, y en caso de ser necesario, romper los planos a tiempo para encontrar mejores soluciones, ya que … “una vez hecha la pared… todo es más difícil y más caro…”

Por último, la dirección de obra. Aquí es donde el arquitecto debe hacer uso de todas sus facultades para coordinar las diferentes labores y los recursos económicos que más convengan. Con la ayuda grafica de los planos indicará a los distintos gremios componentes, qué es lo que debe hacer cada uno para lograr que la obra se inicie, desarrolle y llegue correctamente a su fin, de acuerdo con lo que fue pensado-diseñado en el proyecto y conversado oportunamente en el anteproyecto inicial.

En síntesis, si bien todo esto es solo una parte de la hermosa labor que se desarrolla en arquitectura, es bueno que el futuro inversor-emprendedor se acerque sin temores a un profesional de su confianza y consulte antes de hacer una construcción. Los beneficios son muchos… Un proyecto estudiado por el especialista del tema evita la prueba y error, y con el mismo dinero y a veces hasta con menos , redundará en mejores resultados, mas estéticos y funcionales, con economía de elementos innecesarios y mayor valor en caso de re-venta. Recuerden, les digo a mis clientes, esto no es gratis pero… ”Siempre será mas barato romper papeles, que demoler tabiques…”

Arq. Osvaldo Pan.

Email: osvaldopan@infovia.com.ar
35 años de trayectoria profesional.