¿Qué sucede con la violencia en las escuelas y la forma de abordarla y prevenirla?
Escribe la Dra. Claudia Edith Fontana.
Hace algunos años, en este mismo diario, escribí un artículo sobre la vuelta a clases y la violencia escolar. Era febrero de 2014 y en ese momento proponía algunos lineamientos para el abordaje de la conflictiva escolar en general y de las situaciones de violencia en particular. Además, celebraba la sanción de la Ley Nacional Nº 26.892 para la promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad social en las instituciones escolares.
Hoy, además de la mencionada Ley Nacional, en la provincia de Buenos Aires contamos con la Ley 12.299 que crea el Programa Provincial de Prevención de la Violencia Escolar, y la Ley 14.750 que tiene como objeto regular la promoción, intervención e investigación de experiencias sobre convivencia y abordaje de los conflictos en las escuelas de la provincia. Es decir que pareciera que actualmente contamos con mayores y mejores herramientas que en aquel febrero del año 2014.
Es esto lo que hace que me pregunte ¿qué sucede con la violencia en las escuelas y la forma de abordarla y prevenirla? Lo único que sabemos, desde los datos que nos brinda la realidad, es que los casos de violencia han aumentado desde el año 2014 y que tienen mayor intensidad.
Me gustaría detenerme en uno de los últimos episodios de violencia que ocurriera en una escuela en la que una madre le pegó a una docente, porque me llamaron la atención varias cuestiones que me despiertan interrogantes y reflexiones que quisiera compartir:
1- Que esa escena, totalmente reprobable, fue corolario de situaciones que se fueron repitiendo a lo largo del tiempo (esta madre no retiraba a su hijo de la escuela en el horario de salida obligando a los docentes a quedarse en la escuela fuera de hora);
2 – que un representante gremial dijera a los periodistas que si bien los docentes recibían cursos y charlas sobre el tema, no cuentan con herramientas concretas para intervenir en esas situaciones;
3 – que se les suministrara a los docentes un botón anti-pánico.
La primer cuestión me despierta una nueva pregunta: ¿qué medidas se tomaron ante las reiteradas llegadas tarde de la madre para retirar al niño? ¿Quién intervino? ¿Cómo intervino? ¿Qué se hizo para modificar esa situación y prever futuros conflictos con esta mamá? Y este cuestionamiento lo hago no porque suponga que no se hizo nada o que aquello que se hizo es incorrecto, sino porque sólo conociendo lo hecho o lo dejado de hacer sabremos si será necesario modificarlo e intentar otros modos y/o estrategias de prevención y resolución de ese conflicto.
Lo manifestado por el representante gremial me mueve a reflexionar acerca del grito desesperado de los docentes a quienes no les alcanza con que los informen y les den charlas teóricas, ellos necesitan herramientas concretas y adecuadas. En este sentido nosotros hemos venido trabajando e insistiendo en la necesidad de brindar a todos los miembros de la comunidad educativa (no sólo a los docentes) distintas herramientas, en especial comunicacionales sin omitir las legales, para que se puedan prevenir este tipo de escaladas de los conflictos que concluyen en violencia.
Finalmente no desapruebo el botón anti-pánico, sólo me pregunto si con él podrá prevenirse un futuro incidente, si en verdad el docente se sentirá seguro con él y en definitiva si ese dispositivo contribuye en este tema tan delicado y complejo como lo es la violencia en las escuelas.
Dra. Claudia Edith Fontana
Directora CMuRC
Centro Multidisciplinario de Prevención y Resolución de Conflictos)
Abogada – Mediadora
Prof. en Ciencias Jurídicas
cmurcescuelas@gmail.com