¿Qué nos enseñan el yoga y las neurociencias sobre la memoria?

La profesora de yoga Magdalena Biota nos cuenta qué es la terapia de reminiscencia y cómo, junto con la práctica de dos técnicas del yoga (mudra y visualización creativa), podemos entrenar la evocación de contenidos de la memoria.

La memoria es la capacidad del cerebro para retener y recuperar información. ¿Pero por qué olvidamos? ¿Y cómo hacemos para recordar? En esta nota la profesora de yoga Magdalena Biota nos cuenta qué es la terapia de reminiscencia y cómo, junto con la práctica de dos técnicas del yoga (mudra y visualización creativa), podemos entrenar la evocación de contenidos de la memoria. Estas técnicas están especialmente diseñadas para promover la salud de nuestro cerebro.

La terapia de la reminiscencia nos propone que usemos la memoria biográfica y autobiográfica para potenciar nuestra capacidad de recordar. Muchas veces nos quejamos por falta de memoria. Sin embargo, esta falla en nuestro sistema para recordar información puede deberse a una falta de entrenamiento adecuado para concentrar nuestra atención y sostener esa concentración en el tiempo. Con la práctica frecuente de las técnicas del yoga mudra y la visualización creativa, usando la reminiscencia como terapia, podemos mejorar el funcionamiento de nuestra memoria de una manera integral y positiva.

La memoria según las neurociencias
La capacidad de guardar recuerdos e información y acceder a ellos es un proceso biológico natural que nos ocurre a todos los seres humanos y a menos que estemos transitando por alguna enfermedad que nos impida tener este mecanismo orgánico en buen estado, todos más o menos estamos dotados de una memoria que nos ayuda a funcionar en la vida cotidiana y a comunicarnos con quienes nos rodean. Hay distintos tipos de contenidos o memorias. Según Magdalena Biota es importante poder distinguir estas formas de la memoria, porque cada una de ellas involucra procesos diferentes. “Discernir es parte de la tarea de autoconocimiento que propone el yoga, por eso aliento a que observen y perciban cómo funcionan en ustedes estos
mecanismos”, agrega.

Algunas memorias son operativas e implícitas y nos sirven para ser eficaces en cosas que hacemos frecuentemente y necesitamos resolver rápido, sin siquiera intuir que hay procesos complejos que operan, de tan internalizadas y naturalizadas que las tenemos. Alguien que toca un instrumento o sabe tejer desarrolla una memoria motriz y cuando ejecuta esa actividad no se detiene a pensar cómo era eso de mover los dedos, por ejemplo. Podemos comprobar la eficacia de esta memoria cuando intentamos aprender esas tareas; hasta que no se producen los cambios necesarios en nuestro cerebro somos muy torpes y es posible que nos sintamos frustrados si no tenemos la persistencia y la motivación adecuadas para aprender. Hay otras
memorias que son semánticas y abstractas. Son las que nos permiten elaborar conceptos intelectuales, hacer deducciones lógicas y producir pensamientos analíticos y racionales. Por último, hay memorias episódicas que tienen que ver con el conjunto de información intelectual y sensorial que obtenemos y almacenamos en una situación particular dada, y el conjunto de pensamientos, emociones y sentimientos que esa situación y la información asociada despierta en nuestro sistema.

En las memorias episódicas operan procesos de abstracción (que tienen que ver con nuestra capacidad cognitiva, es decir con nuestra capacidad de formarnos una imagen abstracta de lo que sucede empíricamente) y procesos de emoción (en las que intervienen los procesos somatosensoriales, es decir, las respuestas de nuestro cuerpo al asimilar una situación y la información vinculada con ella). Por ejemplo, es posible que haya información que nos resulte más fácil de almacenar o recordar si la relacionamos con un episodio o una vivencia particular.

Hakini mudra y visualización creativa para bucear en la fuente de nuestros recuerdos

En el Crátilo, Platón sostiene en boca de Sócrates que “en algún sitio dice Heráclito “todo se
mueve y nada permanece” y comparando los seres con la corriente de un río añade “no podrías
sumergirte dos veces en el mismo río” (Platón, Crátilo 402a). “Cuando practicamos yoga y
meditación, proponemos centrar la conciencia y la atención en el aquí y el ahora, el momento
presente. Percibir el cuerpo en el presente de la clase es al mismo tiempo ser asaltados por
pensamientos que nos impulsan al futuro (contenidos que en general tienen que ver con los
planes que nos hacemos y nos generan distintos grados de ansiedad) o nos arrastran hacia el
pasado (cosas que nos pasaron o que queríamos que pasen, pero no se materializaron). Y es
allí donde la práctica se vuelve intensa y profunda; cuando a esas “fluctuaciones de la mente”,
como decía Patanjali, las vinculamos con nuestra respiración. Aunque la mente sea dispersa y
se mueva como la superficie del agua al tirar una piedra, si nos sumergirnos en la respiración y
en las percepciones del cuerpo, esos movimientos superficiales se aquietan. Y en ese proceso,
nuestros sistemas orgánicos se van transformando, se equilibran. Algunos contenidos
almacenados se liberan y reacomodan, ajustándose de manera sutil a las nuevas percepciones
del entorno y de nosotros mismo.”

Una de las prácticas que utilizamos para sumergimos en nuestras memorias con una conciencia ampliada es la del Hakini mudra, el mudra de la claridad, nombrado en honor a la diosa Hakini, la divinidad del chakra de la frente, que rige la intuición (ajña chakra). Los mudras son gestos con las manos que van a activar zonas reflejas en el cerebro; con este mudra particularmente facilitamos la concentración y conducimos nuestra atención hacia esos contenidos que queremos recordar.

Entre los beneficios del Hakini mudrapodemos mencionar los siguientes:
• Estimula el trabajo conjunto de los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro
• Favorece la profundización de la respiración, mejorando en consecuencia las
capacidades del cerebro
• Estimula la concentración y despierta nuevas fuerzas mentales
Sumado al mudra, usamos la visualización creativa, que es el proceso cognitivo de generar, a
nuestra voluntad, imágenes mentales en las que nos observamos viviendo experiencias o
desarrollando actividades, al mismo tiempo que recreamos las percepciones, sensaciones y
emociones que se despiertan en nuestro cuerpo. El objeto de la visualización creativa es la
observación de nuestros contenidos mentales, y las emociones y sentimientos que éstos
activan. Esta práctica tiene beneficios fisiológicos, psicológicos y efectos sociales, aumenta la
autoestima y la confianza, además de mejorar la capacidad de enfrentar situaciones de la vida
diaria.

Volver al corazón
Recordar es, según la etimología, volver a pasar por el corazón. La reminiscencia consiste en recordar y evocar un acontecimiento y todos los contenidos asociados con ese acontecimiento desde un punto de vista personal. Con este tipo de prácticas estimulamos nuestra capacidad de comunicarnos con los demás “desde la mente, con el corazón”.

Como dice Gabriel García Márquez: “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y
cómo la recuerda para contarla”. A partir de cultivar un vínculo emocional saludable con nuestros recuerdos, desde las necesidades del momento presente, generamos lazos afectivos más auténticos y positivos. Con estas técnicas, integramos el pasado al presente que queremos vivir, sentimos la satisfacción de compartir con otros nuestras experiencias vitales y contribuimos de esta manera a crear la imagen del futuro que anhelamos, en sintonía con toda la sabiduría vital, orgánica de nuestros sistemas biológicos.

 

Sobre Magdalena Biota


Magdalena Biota trabaja en la Unidad Ejecutora de Estudios en Neurociencias y Sistemas Complejos (ENyS, CONICET-HEC-UNAJ), un centro de investigación que impulsa el estudio del cerebro desde un enfoque multidisciplinar. Las investigaciones que se realizan en la ENyS abordan diversas temáticas entre las que se destacan el estudio de aspectos fisiológicos, psicológicos y conductuales de la epilepsia; el estudio de los procesos de deterioro cognitivo y de los factores que promueven un envejecimiento activo y saludable; el mapeo de funciones cognitivas mediante el uso de neuroimágenes; la conformación de una base de nueroimágenes de sujetos sanos; el estudio de los efectos de la malnutrición materna sobre el neurodesarrollo infantil; y la generación de nuevas técnicas de neuroimágenes y electroencefalografía para el estudio del cerebro, tanto sano como en la presencia de enfermedades.

Para conocer más sobre el trabajo que se realiza en la ENyS a través de su página web institucional y su canal de YouTube: https://enys.conicet.gov.ar/ https://www.youtube.com/channel/UCXoT4-26V13uCfCdEpKizLA

 

Cómo y dónde practicar yoga con Magdalena Biota
Cada quince días, publica clases gratuitas en el canal de YouTube del Centro Cultural Virtual
Capitana del Valle: https://www.youtube.com/watch?v=M-0dhgjlaMY&list=PL9mJpqz7CuNuKPLrNsro8-f-3y32y5ewU

Todos los martes a las 18 dicta clases sincrónicas por Meet. El arancel mensual es de $500.

Pueden sumarse al siguiente grupo de Whatsapp para recibir la información de acceso: https://chat.whatsapp.com/Jd448qRpRo00cVvAMS3FXE.

Bibliografía
Gawain, Shakti (1992). Visualización creativa: cómo usar la imaginación para producir cambios
positivos. Buenos Aires: Planeta.
Grilli, Mathew D.; Glisky, Elizabeth L. (2012). “Imagining a better memory: self-imagination in
memory impaired patients”. Clinical Psychological Science, October 2, 2012.
https://doi.org/10.1177/216770261245464
Hirschi, Gertud (1999). Mudras: el poder del yoga en tus manos. Barcelona: Urano.

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