Que los abuelos aprendan cosas nuevas

Informe de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Universitario Austral (HUA).

La adultez es una más de las etapas de la vida, y como tal tiene características propias. Por eso, cuando de los adultos mayores se trata –aquellas personas que integran lo que antes se denominaba “tercera edad”- hay ciertas nociones que contribuyen a un trato más respetuoso y humanizado.

El Dr. Eduardo Mutto, médico de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Universitario Austral (HUA) quién se explayó sobre lo más importante a tener en cuenta.

“Está demostrado que el cerebro es el único órgano que no sólo no se deteriora con el uso sino que además es tremendamente versátil. Por eso, la actividad intelectual es necesaria pero también protectora, por ejemplo, frente al Alzheimer y otras demencias. Entonces, estudiar, leer, imaginar, tener proyectos, aprender cosas nuevas (idiomas, computación, juegos), y programar actividades (viajes, salidas, etc.) es fundamental”, refirió.

De hecho, la importancia de desarrollar nuevas actividades intelectuales está comprobada a través de diversos estudios realizados, por ejemplo, en comunidades de religiosas mujeres que dedicaban tiempo al estudio y a la lectura, así como también en jugadores de ajedrez añosos.

“Por supuesto es probable que debido al paso de los años las ganas no sean las mismas, o que emprender cosas nuevas cueste un poco más, pero eso no significa que sea imposible”, agregó Mutto, quién además de su tarea en el Hospital Austral se desempeña en un centro para adultos mayores en el cual se realizan talleres de psicología, charlas de temas médicos y convivencia –un tema clave en esta etapa de la vida- musicoterapia y arteterapia.

“La respuesta frente a los encuentros es excelente. Los adultos mayores saben que esas actividades pueden ayudarlos a salir del combo sillón y televisión, dejar el aislamiento, hablar unos con otros, salir a caminar o ir a hacer compras”, completó.

Cuidar a los mayores
En la antigüedad los adultos mayores eran los patriarcas, los sabios, a quienes se recurría por consejo. Inclusive, a comienzos del siglo XX los abuelos seguían siendo lo más importante de la familia, la referencia, las familias vivían juntas, en una misma casa, y se cuidaban entre todos.

Hoy ese concepto es diferente, razón por la cual muchas veces los adultos mayores viven alejados de sus hijos o en algún hogar o institución, y eso en algunas ocasiones provoca mucha soledad y tristeza.

“Efectivamente, debido a la extensión de la expectativa de vida y también a los cambios culturales hay gente de la tercera edad viviendo en lugares buenos y muy lindos, pero también en otros muy deficientes. Asimismo, hay quienes tienen visitas cotidianamente y otros que por lo general están solos. Por eso también es tan importante hacer hincapié en la buena convivencia, ya que la mayoría de los adultos mayores no menciona entre sus principales preocupaciones los problemas físicos que puedan tener, sino a los roces que se generan al vivir con otros”, comentó el Dr. Mutto.

Lo cierto es que hoy los adultos mayores no son –o no deberían ser- parte de una sociedad que los separa sino, por el contrario, personas activas, aún jóvenes, con proyectos y con muchos años por delante que se ocupan de sus nietos, viajan, hacen deporte. De hecho, por lo general la gente se jubila a los 60 o 65 años, justamente para empezar a disfrutar otras cosas de la vida.

“Hay que empezar a naturalizar esta etapa de la vida como se hace con la infancia, sus dificultades y limitaciones, y con la adolescencia y sus crisis. Desde este punto de vista es importantísimo ponerse en lugar del otro y entender que todos vamos a necesitar y querer comprensión; además de por supuesto evitar el maltrato no sólo físico sino también emocional o psicológico como el que se produce cuando a los adultos mayores se le repiten las cosas gritando, se los acusa de hacer cosas ‘a propósito’, o ser ‘caprichosos’, así como también al no ir a visitarlos, etc.)”, finalizó el Dr. Mutto.

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