Problemas de conducta y trastornos en el aprendizaje

Escribe la Lic. Susana E. Palacios

A menudo me consultan por la problemática mencionada. Más de lo que uno imagina. Una vez en una visita a una Escuela, un maestro me dice: “….¡Pero Susana! ¡Te acordás cuando nosotros íbamos a la escuela? ¡En un grupo de treinta o cuarenta alumnos había uno, dos o tres chicos problema! ¡Ahora tenemos grupos de chicos problema y son dos o tres los que cumplen con los contenidos!”

Debo decir que, con mucha frecuencia, llegan niños al consultorio que ya han hecho un largo recorrido por varias instancias. Ellos asisten acompañados de un mayor, en general por su madre.

Y curiosamente se los describe así: “no prestan atención, no completa la tarea, molesta a los compañeros y a veces pega”. En el transcurso del tratamiento encuentro algo recurrente. Se trata de límites. Es sabido que quien no recibe límites no contará, en su vida adulta, con pautas y herramientas que le permitan relacionarse de manera adecuada en los distintos ámbitos en los cuales desarrolle sus actividades. A saber: el club, el trabajo, reuniones de negocios, etc. Cuando nuestros hijos nos miran, intentando lograr lo que quieren, perdemos de vista que algún día serán hombres y mujeres. Y deberán buscar empleo, tratar con pares, tratar con jerarquías y adaptarse a ello. Ante la insistencia de unos ojos encantadores cedemos y decimos “sí” a algo que quizás nos llevó una tarde decir que “no”. Por lo mencionado es que cuando trabajo con niños y adolescentes trabajo con la familia y con la Escuela. Mi experiencia indica que el abordaje más acertado para tal problemática no es solo en las cuatro paredes de mis consultorios. Si no invitar a los padres a conversar y pensar juntos qué es lo mejor para el niño o adolescente. Y por otra parte, asisto a las Instituciones Educativas para trabajar en conjunto con los Docentes y el Equipo de Orientación Escolar.

El objetivo de este artículo es hacerlos reflexionar y darles pautas para detectar problemas de conducta y trastornos en el aprendizaje. No dejen todo en manos del pediatra o de la maestra.

Demás está decir que la maestra es una gran observadora y muchas veces, con buen criterio, deriva al niño en cuestión a consultar con un profesional. Por supuesto que el pediatra también deriva de manera pertinente a un psicólogo.
Pero no todo es desesperanzador y negativo. Hay soluciones y muy efectivas por cierto. La primera: ¿Cuándo fue la última vez que revisaste el cuaderno o la carpeta? Recordá: “Una consulta a tiempo resuelve muchas situaciones que si no son atendidas pueden ocasionar un mal mayor”. Nos encontramos en el próximo artículo o en el consultorio. Que tengas una hermosa semana!

Lic. Susana E. Palacios
Psicóloga – U.B.A. – Perito
Cel: (15)6212-4882

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