Prevenir en pos del bienestar de nuestros animales

Diciembre es un mes de festejo; mucho calor, fiestas y vacaciones. En un año atravesado por la pandemia por Covid-19; no debemos olvidarnos de los animales que sufren los cambios propios de la época más calurosa, los efectos del uso de la pirotecnia, y los cambios de hábitos alimenticios y en su cotidianidad en general. El Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires brinda recomendaciones sobre las medidas de prevención que deben tomarse para disminuir el malestar de pequeños animales.

 

El golpe de calor es uno de los mayores riesgos que corren nuestros animales en verano. A diferencia de las personas, los perros y gatos no tienen glándulas sudoríparas en el cuerpo, por lo que no pueden regular su calor corporal mediante el sudor; por el contrario, lo hacen a través de jadeos y del sudor que se elimina por las almohadillas plantares y, en el caso de los gatos, se limita a humedecer su cuerpo mediante el lamido de su lengua.

Los animales con problemas cardíacos, obesos, adultos o muy jóvenes son más propensos a sufrir golpes de calor; por eso se deben tener disponible agua limpia y fresca, ubicarlos en espacios amplios y ventilados con zonas con sombra, y bajo ningún caso dejarlos encerrados en habitaciones sin ventanas o  dentro de los autos. Además, hay que darles de comer y sacarlos a pasear en horarios menos calurosos, evitando el mediodía.

En este caso, tomar las medidas necesarias es una tarea fácil para prevenir malos momentos y disfrutar los festejos y el descanso.

Por otra parte, la dinámica de los días festivos expone a los animales a sufrir estrés por exceso de ruido y explosiones. Debido a su sensibilidad auditiva, los ruidos fuertes pueden causarles pánico y provocar conductas no habituales como escapar sin rumbo y perderse, lastimarse, o lastimar a las personas. Además, pueden padecer palpitaciones, taquicardia, jadeo, salivación, temblores, sensación de insuficiencia respiratoria, aturdimiento y pérdida del control, entre otros.  Dependiendo de cada caso particular, se debe consultar al médico veterinario para considerar la utilización de sedantes prescriptos, que evitarán momentáneamente estas situaciones.

En este sentido, la principal recomendación es ubicar a nuestros animales en un espacio donde estén cómodos, con sus juguetes habituales, comida, agua y algún sonido con el que estén familiarizados; y evitar arrojar pirotecnia cerca de los perros y gatos.

De esta manera, desde el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires manifiestan que es urgente regular el uso de pirotecnia desde una perspectiva integral; más allá de ser considerada una costumbre popular y de uso generalizado, está claro que implica muchos riesgos para la sociedad. “Es necesario reflexionar sobre este tema desde un abordaje cultural, social y una perspectiva comunitaria que también tome en cuenta los riesgos silenciosos que impactan en la salud pública y en el medio ambiente, por ende en las personas y animales”.
Ante cualquier duda, consultá a un veterinario matriculado. 
Es un consejo del Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires.

 

 

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