En el salón de actos de la editorial Dunken, se presentó “Un hurón en las calles” de Roberto Díaz, este “policial negro” que da que hablar.

Entre la numerosa concurrencia, vale la pena señalar que estuvieron presentes los poetas Luis Alposta, Carlos Penelas, Ernesto Pierro y Rafael Vásquez; los conductores de programas de radio y TV Nolo Correa, Juan Carlos Apicella, Tito Sancineto y Angel Landini; la actriz Dora Mils; las escritoras Haidé Daiban, Ana Beatriz Romasco y Darcy Tortonese; Leonor Méndez y Alberto Albornoz (por la Asociación Cultural “La Guitarra”); Carlos Pintos (artista plástico y dibujante) con su señora esposa y Elena Irene Gardés, sobrina-nieta de Carlos Gardel, entre otros colegas, amigos y familiares del autor, que colmaron las instalaciones del lugar.

También se observó la presencia del director del Hospital Pte. Perón de Avellaneda, doctor Jorge Trainini.

La apertura estuvo a cargo de Eduardo Marino (locutor y conductor de radio), quien opinó que se trataba de “un libro con personajes atípicos, pero si profundizamos un poco, son esos personajes que vemos en Buenos Aires todos los días”. A continuación, habló el poeta Rubén Derlis quien, entre otras consideraciones, manifestó: “no hace falta cierto tipo de género intimista o cierta novela confesional; en todo se puede poner lo de uno y en este libro yo veo mucho de Díaz; es más, diría que también está el poeta”. Resaltó el aporte del autor al “género policial”.

Otro poeta, Oscar Agosti, calificó al libro como “novela policial humanizada” y destacó la intensidad del protagonista. “Cuando un poeta se pone a hacer narrativa, los lectores van a encontrar la raíz poética, que siempre va a estar”. A continuación leyó el poema “Gris” del primer libro de Díaz, donde, según Agosti, ya había gérmenes de esta novela.

El autor, luego, precisó: “creo que escribí este libro un poco harto de ese sesudo intelectualismo y de ese psicologismo de cuarta mano que pergeñan muchos escritores, no solamente argentinos sino a nivel internacional. Lo que hay aquí, es el placer de narrar, el gozo personal del tipo que se pone frente a la página en blanco y empieza a contar historias y más historias”.

Además, tuvo un emocionado recuerdo para nuestros viejos escritores de la colección “Rastros” que, en una época vergonzante para la literatura policial, firmaban sus textos con seudónimos sajones.

La lectura de parte de la novela fue confiada a Daniel Alberto Samprosqui, quien lo hizo con sobriedad y corrección, sin incurrir en desmesuras. A continuación, el cantante Carlos Varela interpretó dos temas de Piazzolla y Borges y Reynaldo Martín cantó dos temas pertenecientes a Díaz con música de su creación.

Haydee Breslav

epigrafe:
Rubén Derlis, Daniel Samprosqui, Roberto Díaz, Eduardo Marino y Oscar Agusti