El especialista considera que son lo más importante de un plan alimentario.

En el caso de los niños, un nuevo estudio de la Universidad de Temple en Filadelfia, Estados Unidos, destaca que servir la comida en platos más pequeños ayuda a combatir la obesidad y el sobrepeso.

Esta medida, señalan, puede ser adoptada por los padres, sin que les resulte un gran esfuerzo.Jennifer Fisher, una de las autoras del estudio que se publicó en la revista “Pediatrics”, señala que durante ocho días relevaron a 42 niños, estudiantes de primaria, a quienes se dio la opción de servirse el almuerzo.

En los cuatro primeros días se les proporcionó una vajilla tamaño infantil y los cuatro días siguientes utilizaron platos de adulto. En la primera parte del estudio, los niños consumieron un promedio de entre 300 y 500 calorías de pasta o pollo diarios; en la segunda parte aumentaron 90 calorías a su consumo y aquellos que terminaban lo que tenían en el plato, se servían más. «No es que sólo por tener una vajilla grande en casa tu hijo vaya a comer más”, explica el informe, que además reconoce que depende de quién sirva la comida y de la cantidad que coloque en el plato.

La porción que uno va comiendo en un período de adelgazamiento debe ser “tan agradable como una hermana pero nunca tan apasionada como una novia o una amante”, dijo Ravenna para graficar claramente la relación que debe tener una persona que quiere bajar de peso con las cantidades de alimentos que va a consumir.

Cuando se come un alimento en fracciones pequeñas y más lentamente, se permite que el cuerpo se dé cuenta que está satisfecho. En este sentido, el médico y psicoterapeuta explicó que “aunque no sea dietética la comida, sí es dietética la porción, más me siento satisfecho”.

Al respecto el especialista en trastornos alimentarios número uno de la Argentina volvió a relacionar a la obesidad con las adicciones y expresó que “es fundamental reducir las porciones porque cuanto más como, más quiero comer y esto es igual a las conductas del más compro, más quiero comprar, …más fumo, más ganas de fumar tengo, mas juego, más quiero jugar” y agregó “llega un momento en que me aburro de lo poquito y entonces no quiero comer más”.

Una explicación clara a esta conducta es que todo es una ilusión óptica, en la que el cerebro y el estómago son engañados por la idea de que un alimento en trozos es mayor que la misma porción entera.