¿Por qué la OMS desaconsejó el uso de edulcorantes?

 

La alerta generalizada sobre el consumo de azúcares libres, por su impacto en la salud, ha aumentado significativamente la ingesta de edulcorantes no calóricos (ENC o mejor conocidos como edulcorantes) como una alternativa ‘’más saludable’’. Por este motivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un comunicado para advertir a la población mundial sobre su uso. 

 

Si bien la recomendación está basada en una evidencia poco contundente, la misma sugiere que el uso de estos edulcorantes no aporta ningún beneficio en la reducción de grasa corporal y que su uso a largo plazo podría generar efectos indeseables como un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad en adultos.

 

De acuerdo con la Dra. Emilia Raimondo, docente de la carrera de Nutrición de la Universidad Maza, la preocupación surge a raíz del aumento en la ingesta de estos endulzantes como una alternativa a los azúcares libres. Aunque el uso de estas sustancias está debidamente regulado, si los consumidores y las industrias comienzan a optar gradualmente por los edulcorantes no calóricos (ENC) para endulzar los alimentos, podría suceder que se sobrepase la ingesta diaria recomendada.

 

Entonces, ¿es sano su consumo?
Siempre y cuando se respeten las cantidades adecuadas, sí.  Si bien los expertos recomiendan consumir los alimentos con su sabor natural, no sería correcto desestimar el uso de los edulcorantes no calóricos dado que constituyen una alternativa importante en la dieta los pacientes con diabetes, como así también en la dieta de las personas que están llevando adelante un tratamiento para bajar de peso (aunque los ENC no contribuyan directamente en este proceso).

 

¿Por qué se dice que no ayudan a disminuir el peso?
Pese a que un alimento endulzado con edulcorante aporta menos calorías que uno endulzado con azúcar, estas sustancias no son de carácter anorexígeno (supresor o depresor del apetito), son productos químicos o extraídos de plantas que carecen de valor nutricional. Por lo tanto, si una persona consume ENC pero no mantiene una dieta diaria saludable, el riesgo de obesidad y diabetes permanecerá latente.

 

Según la especialista, otro fenómeno que influye en este sentido, es una especie de efecto recompensa que suele observarse entre los consumidores de edulcorantes no calóricos, es decir, al ser conscientes de que incorporan menos calorías, compensan con otros alimentos que aportan las calorías faltantes e incluso más.

 

¿Qué dice la Sociedad Argentina de Diabetes?
Como se esperaba, la SAD también tomó posición sobre la seguridad de los edulcorantes no calóricos y emitió las siguientes recomendaciones:

 

1) Consumir moderada cantidad de ENC en infusiones priorizando el sabor original de las mismas.
2) Incentivar y priorizar el consumo de agua o soda, a las cuales se puede agregar frutas cortadas para lograr un sabor agradable sin agregado de dulce.
3) Evitar los productos ultra procesados que contienen no solo ENC sino otras sustancias como conservantes, acidulantes y mejoradores del sabor, así como también exceso en macro y micronutrientes que se asocian a riesgos para la salud.
4) Aumentar la cantidad de frutas en la alimentación como postres, colaciones o meriendas.
5) Disminuir el sabor dulce excesivo provocado por los ENC en la ingesta diaria: cuanto más natural, mejor.
6) La ingesta diaria de frutas, verduras y agua, hace más saludable la alimentación de las personas con DM2 y será de gran ayuda para el descenso de peso.
7) En personas con diabetes tipo 1 (DM1), la ingesta de frutas, asociada a un conteo de hidratos adecuado, es recomendable.