Piden 10 años de prisión para el acusado de matar a un empleado de comercio durante un asalto

Una fiscal pidió 10 años de prisión para un hombre acusado de asesinar en un asalto a un empleado del comercio Marconi Hogar de Avellaneda y de herir de gravedad al propietario del local, en 2012, al alegar ante el Tribunal Oral Criminal 2 de Lomas de Zamora, que se expedirá sobre la causa el lunes próximo.

La fiscal de juicio Marcela Dimundo pidió que Nahuel Díaz Suárez sea condenado a 10 años de cárcel por el homicidio de Víctor Avalos (53) y las lesiones graves sufridas por su empleador, Daniel Arbios (50), aunque la pena quedaría unificada en 12 años y medio, ya que el acusado tiene una condena previa por otro robo.

El TOC 2 fijó para el lunes 14 a las 12 la audiencia para dar a conocer su veredicto.

El hecho ocurrió la tarde del 26 de junio de 2012 en la casa de venta de electrodomésticos “Marconi Hogar”, situada en 25 de Mayo casi en esquina con avenida Mitre, en pleno centro de Avellaneda.

Avalos, de nacionalidad peruana, trabajaba como empleado y estaba acompañado por Arbios, uno de los dueños del comercio.

Voceros policiales informaron que dos delincuentes arribaron al lugar en moto, uno de los cuales irrumpió armado en el comercio con fines de robo y comenzó a forcejear con las víctimas.

Luego, el asaltante alcanzó a apoderarse de algún dinero y unas notebooks y salió del local con la intención de escapar.

Sin embargo, ambas víctimas persiguieron al delincuente hasta la calle y, a unos 20 metros del comercio, lo redujeron.

Ante esa situación, el ladrón extrajo un arma, le disparó en el cráneo al empleado y en el abdomen al dueño del local, subió a la moto en la que lo esperaba su cómplice y ambos fugaron.

En tanto, momentos después arribó al lugar el socio de Arbios, llamado Eduardo, quien cargó a los heridos en su camioneta y los trasladó al hospital Fiorito de Avellaneda, ubicado a dos cuadras.

Allí, los médicos constataron el fallecimiento del empleado baleado, mientras que Arbios fue intervenido quirúrgicamente.

El asalto y crimen derivó en que los vecinos y comerciantes del centro de Avellaneda marcharan por avenida Mitre en reclamo de Justicia y mayor seguridad.

Días después del hecho, 5 de julio de ese año, un sospechoso fue detenido en la localidad de Wilde acusado de haber participado en el asalto.

El apresado, un menor de edad que finalmente quedó desvinculado de la causa, tenía antecedentes por robo calificado y en su poder se secuestraron dos motos de similares características a la utilizada en el asalto y cartuchos calibre 9 milímetros y 38.

En tanto, como presunto autor material del crimen, fue apresado una semana después Díaz Suárez, que por entonces tenía 23 años, durante un procedimiento desplegado en la villa “El Río”, de Quilmes, en el sur del conurbano, realizado por personal de la DDI de Lomas de Zamora y encabezado por la fiscal de instrucción de Avellaneda Carla Musitani.

La clave para apresar al sospechoso que ahora es sometido a juicio fue una huella digital que dejó en una laptop que quiso robar luego de romper el cristal de un exhibidor donde también quedaron sus improntas dactilares.

Voceros judiciales explicaron que la laptop se le cayó al ladrón en un forcejeo, cuando las víctimas lo persiguieron en momentos en que huía tras cometer el asalto.

Los expertos de la Policía Científica cargaron esas huellas en el AFIS, la base de datos de improntas dactilares de delincuentes con antecedentes, y el sistema detectó que pertenecían a Díaz Suárez, ya que tenía una condena previa por robo y hacía un mes que había recuperado la libertad.

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