Perpetua para cuatro acusados por el secuestro y asesinato de un joven en 2008

Cuatro jóvenes fueron condenados a prisión perpetua por el crimen de Rodolfo “Rolo” González, el joven que en 2008 fue secuestrado en el barrio porteño de Saavedra y luego asesinado en la localidad bonaerense de Bernal.

Se trata de Julio Germán Sosa (24), Carlos Alberto Larrosa Chiazzaro (24), Nicolás “Colo” Cullari (29) y Ezequiel Fernando “Pulga” Aguilera (24), quienes fueron hallados coautores de “secuestro extorsivo agravado por haber provocado la muerte intencional de la víctima”.

En tanto, fueron absueltos otros dos acusados, Mauro Díaz (31) y Jorge González (27), quienes llegaron a juicio con una imputación más leve -partícipes secundarios del secuestro- y habían sido liberados tras lo alegatos porque la fiscalía no los acusó.

El veredicto fue dado a conocer por el Tribunal Oral Federal (TOF) 5 en una sala colmada de familiares y amigos de la víctima, la misma donde se llevó a cabo el debate por la tragedia de Cromañón y el histórico juicio a las juntas militares.

También asistieron una veintena de ex alumnos, profesores y autoridades de la Escuela Comercial 15, a la que asistía la víctima, con remeras blancas con la leyenda “Justicia por Rolo”.

“Es una condena ejemplar, para que no pase nunca más. Yo a mi hermano no lo voy a tener más, pero espero que pueda descansar en paz, era una persona excelente”, dijo tras conocerse el fallo Carlos González, hermano de la víctima.

Abrazado a sus padres, Carlos Oscar y Ana María, y su hermana, María Marta, el joven remarcó que los imputados “nunca se arrepintieron” de haber matado a su hermano y recordó que “se rieron todo el juicio”.

“Nadie se puede imaginar el dolor del padre que le matan al hijo. Hace dos años y medio que no duermo, me despierto quince veces por noche. Mi hijo era de otro planeta, ¿por qué lo mataron?”, dijo Carlos Oscar.

Poco antes, el tribunal, presidido por Oscar Hergott e integrado por Roberto Salas y Martín Vázquez Acuña había dado a conocer las penas, las que fueron escuchadas por la familia González desde la primera fila y a pocos metros de los imputados, sentados del otro lado del blíndex que divide la sala de audiencias.

En el veredicto, además de las cuatro condenas a perpetua, se declaró “reincidente” a Larrosa, lo cual le impedirá solicitar la libertad condicional al cumplir los dos tercios de la pena.

Si bien los fundamentos se darán a conocer el 24 de junio, se dedujo que el tribunal no tuvo en cuenta el pedido de la defensa de Sosa, que había solicitado una reducción de pena por su rol de “arrepentido”, a través del cuál aportó datos a la investigación.

Al terminar la lectura, todos los presentes aplaudieron el fallo, pero se vivió un momento de tensión cuando los cuatro condenados fueron sacados de la sala por siete penitenciarios y los hermanos de la víctima comenzaron a insultarlos y a golpear el vidrio.

Además, en ese momento, se pudo ver que Larrossa estaba separado del resto, con un chaleco de la Prefectura Naval puesto, y custodiado por miembros de esa fuerza, debido a que denunció que en la cárcel los otros acusados lo habían atacado.

“No vas a poder dormir pensando en Rolo”, le gritó el hermano de la víctima.

El hecho que se juzgó comenzó el 20 de noviembre de 2008, cuando “Rolo” salió de su casa de Holmberg al 4100, en Saavedra, a las 19.15 tras recibir un llamado de un teléfono que usaba Larrosa.

El joven, que iba en su Volkswagen Gol blanco, fue interceptado por los cuatro imputados en un VW Bora y lo traspasaron de auto.

A las 20.21, el padre de “Rolo” recibió el primer llamado en el que le exigieron el pago de 50.000 dólares de rescate.

A lo largo de la negociación, la familia primero ofreció 5.000 pesos, pero el captor que hablaba le dijo a la madre: “¿Cómo no vas a conseguir la plata si vos tenés una fábrica de comida?”.

La familia luego ofreció 9.000 pesos, pero el trato nunca se cerró porque los delincuentes no volvieron a llamar.

El cadáver del joven fue hallado a las 7 del día siguiente en un predio de Bernal, a metros de la autopista Buenos Aires-La Plata.

Según la autopsia, “Rolo” fue ejecutado de un disparo de pistola calibre .45 en la nuca y, luego, le arrojaron nafta al cuerpo y lo prendieron fuego para borrar rastros.

Algunos acusados revelaron en el juicio que la idea original de la banda era robar en la casa de “Rolo” porque tenían la errónea información de que la familia había vendido una casa de 50.000 dólares.

Pero debido a que no le encontraron las llaves de su casa al joven, transformaron el asalto en un secuestro extorsivo.

En el debate también se demostró que la banda decidió asesinar a “Rolo” porque éste, al momento de su captura, reconoció a Larrosa como uno de sus secuestradores y dijo: “Yo soy amigo de Carlitos”.

Ambos se conocían del club Kimberley de Villa Urquiza, donde jugaban al fútbol y Larrosa, días antes del hecho, preguntó a conocidos de “Rolo” a qué se dedicaba y si era “un pibe de plata”.

Al momento del crimen, “Rolo” estudiaba y trabajaba en la pequeña empresa familiar, dedicada a la elaboración de viandas de comida dietética, de la cual ahora se abrirá otra que llevará su nombre.

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