Pérez: “Tuve buenos profesores que me dejaron la semilla de dudar, averiguar, investigar y pensar por mí mismo”

Emiliano Pérez, egresado de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNLZ, Pérez valora la formación académica, el contacto con el campo, con el trabajo cotidiano y la búsqueda de la productividad.

Desde el partido de Maipú, provincia de Buenos Aires, donde reside y trabaja en la Chacra Experimental El Albardón del Ministerio de Desarrollo Agrarios bonaerense, Emiliano Pérez rescata su pasado en la universidad y la sólida formación que le dio.

 

En este momento, coordina la chacra experimental y está trabajando en un proyecto que lo vincula nuevamente a la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ). Es un proyecto de revalorización del ganado bovino criollo, que se cruzará con el tradicional Angus, aportando rusticidad y capacidad de adaptación a la reconocida calidad de esta raza.

 

Este es el diálogo que mantuvo en exclusiva con Cosecha Propia, el ciclo de la Facultad que hace foco en el trabajo actual de graduados de la UNLZ.

 

¿Por qué decidió estudiar agronomía en la facultad de Agrarias de la UNLZ?
Mi pasado arranca bastante antes de ingresar a la facultad. De chico iba a campamentos y siempre me gustó el campo. Un día leí una revista inmobiliaria y empecé a ver cuánto salía un campo. Mi mamá me vio, me preguntó qué estaba haciendo, como los valores eran bastante elevados y entonces me dijo “no te hagas problema, porque se pueden alquilar o hacer otras cosas”. Ella me mantuvo la esperanza de poder pensar en eso y lo que hicieron fue buscarme una escuela agrotécnica. Empecé a estudiar el secundario en la Escuela Agrotécnica Salesiana (EAS) de Uribelarrea.

 

Cuando estaba terminando la carrera realmente tenía ganas de seguir estudiando Agronomía y hablando con un profesor le consulté sobre si ir a La Plata o a la UBA. Este profesor me dijo que estaba la Facultad de Ciencias Agrarias de Lomas, que tenía un muy buen nivel académico. Por otro lado, soy de Lomas de Zamora, vivía a un $1,25 de la Facultad en el 165. Hasta ese momento hacia 70 kilómetros de ida a la escuela durante seis años, hacía 140 kilómetros por día, así que no quería viajar más. Era una muy buena opción. Confié y no me decepcioné en cuanto al nivel académico, el nivel de cercanía alumno-docente, porque no eras un número en una comisión.
Ese trato de ser mucho más personal permite un montón de otras cosas, más allá de aprender los contenidos de una de una sola materia.

 

¿Qué le dejó la Facultad para su futuro profesional?
Más allá de lo académico propiamente dicho, tuvimos varios profesores que nos dejaron la semilla de dudar, de averiguar y de investigar y pensar por nosotros mismos. Eso da un espíritu crítico, a mí me permitió dudar de todo y en esa duda me permitió ir creciendo ir avanzando en lo personal y en lo profesional de la carrera.

 

¿Cómo fue su ingreso al mercado laboral?
Me recibí en 2008 y empecé a trabajar en un pool de siembra. Éramos una primera multiplicación de trigo y de soja y en la producción de granos y de semillas. Y mientras terminaba de rendir los finales fui docente en una escuela de Maipú y luego en 2012 decidí abrirme camino por mi cuenta y empecé a asesorar de manera privada a productores mixtos, agrícolas ganaderos.

 

Fui virando de la agricultura a un enfoque más ganadero. Me interesó mucho el tema de pastizales naturales y empecé ahí con cursos de la Fundación Vida Silvestre y leyendo distintos autores y ahí empecé a formar un camino sobre la ganadería como actividad principal.

 

En 2022 empecé a trabajar en el Ministerio de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires. Ahora vinculado a la Chacra Experimental El Albardón, en el partido de Rauch.

 

¿Cómo llega a coordinador o responsable de esta Chacra Experimental en Rauch?
Empecé en el Ministerio siendo coordinador de grupos del programa de Desarrollo Rural Bonaerense, estaba como coordinador de la mitad de la Cuenca del Salado. Con el tiempo conocieron cuál era mi perfil, a que me dedicaba y me ofrecieron trabajar en ahí la Chacra, con un enfoque de una de tipo regenerativa.

 

¿Qué hace una Chacra Experimental ¿a qué se dedica?
El Ministerio tiene 16 y está en curso una décimo séptima. La función que tienen es la investigación, la vinculación dentro de la investigación. Estamos generando vinculaciones con las universidades, con la SIC, esa articulación este entre distintos organismos de Ciencia y Técnica. La función es experimentar, investigar y durante el proceso de investigación y aprendizaje. La idea es hacerlo con productores y con la sociedad en general con un programa más de coinnovación.

 

Dentro de esto lo que se piensa en la estructura de las Chacras es que nosotros somos los que tenemos que probar, y llegar a los productores habiendo fracasado nosotros, y que no sea el productor el que tenga que pagar un fracaso económico y productivo.

 

Buscamos innovar en prácticas, hacer tecnologías apropiadas para cada uno de los productores. La idea es tratar de llegar con la mayor cantidad de información para generar el conocimiento con los productores, con las universidades, etc.

 

¿Con qué tipo de ganado o de perfil productivo experimentan?
La idea es trabajar en principio con ganado bovino. La chacra es muy nueva. En 2020 el Ministerio de Asuntos Agrarios de la Provincia decidió recuperar y poner en valor a las Chacras, y en 2021 se pone funcionamiento la de Albardón con 200 hectáreas. El desafío que tenemos es integrar a las chacras, pero a su vez dentro de la temática que trabaja cada una, tratar de profundizar la cooperación.

 

Estamos planificando algunos trabajos en conjunto con la Facultad de Agrarias de Lomas, también con la Universidad del Centro de la provincia (Unicen). El área de influencia es Rauch, Las Flores, Ayacucho, Tandil.

 

Producción regenerativa

El Ministerio lo que hizo desde el inicio de la gestión fue empezar a incorporar en todas las Chacras una mirada más agroecológica, regenerativa de las producciones.

 

La mira agroecológica está siendo una demanda, es un tema que tiene proyección a futuro en todos los sentidos, en la producción y en la comercialización. Los consumidores empiezan a demandar por la calidad del alimento y también empiezan a cuestionar los modelos productivos, la cuestión de la contaminación, la biodiversidad, la modificación de los ecosistemas.

 

Hay un panorama promisorio, además del consumo interno Argentina va a tener una posibilidad de generar exportaciones con una carne diferenciada, que el mundo está pidiendo. Es un valor agregado.

 

Ganado criollo patagónico

¿En qué punto está el proyecto con la UNLZ?
Tuvimos varias reuniones con las autoridades para hacer una línea de trabajo con el ganado criollo patagónico, que la Facultad tiene desde hace un par de décadas, y estamos viendo de trabajar en cruzamientos en mejora genética animal.

 

Estamos tratando de ver en qué Chacras podemos incorporar estas líneas de investigación. Sería un acuerdo con el Ministerio de Asuntos Agrarios, pero depende de los acuerdos que se generan entre las autoridades.

 

Específicamente, la idea es hacer los cruzamientos de líneas puras (F1), criollo con criollo, Angus con Angus y después criollo-Angus y Angus-criollo, porque son las cruzas recíprocas y entonces evaluar el resultado en las primeras crías. Después tratamos de llegar a lo que se dice tres cuartos, un cuarto criollo. La hipótesis es que vamos a tener animales con la rusticidad del criollo y el potencial productivo del Angus.

 

Cruzarlo con una de las razas que son más utilizadas en Argentina que están ya instauradas y generar esos cruzamientos y ver tanto los cuales son los resultados en esa F1, donde tenés 50% de genética de cada raza y ver qué genera en un posterior cruzamiento como son los resultados en lo que se le dice la F2.

 

Nos encontramos muy esperanzados las partes involucradas. A mí me toca desde lo personal, por el trabajo que hago actualmente en la Chacra y porque es la facultad donde yo estudié.

 

Es un plan de trabajo a futuro que estamos teniendo en cuenta no pensando en lo inmediato, sino como línea de trabajo instaurada entre el Ministerio y la facultad para el mediano y largo plazo.

 

¿Le ven potencial productivo no sólo para el mercado doméstico, sino pensando en la exportación?
Sí, en particular estamos pensando es que los criollos son animales adaptados a condiciones bastante duras, vivían en la zona de los glaciares. La rusticidad de esta línea de criollos haría que necesitemos menor cantidad de insumos veterinarios e insumos de alimentación. Son más eficientes en la transformación de pasto en carne, en proteína animal.

 

Hay genética de otras razas que ya están adaptadas a pastizales. Tenemos que tener en cuenta que el 75% más o menos en promedio en la Cuenca del Salado está dominado por pastizales, solamente hay un 20/25% de lomas agrícolas y no todas las lomas agrícolas están intervenidas ni para granos, ni para pasturas.

 

La superficie en la cual la producción ganadera está centrada, es en pastizales naturales. Es mucho más importante trabajar en ese 75% de tu campo, tanto en el manejo del pastizal, para generar el aumento de la producción a bajo costo, y en el tipo de ganado que nosotros incorporamos ahí para que sea más eficiente en los pastizales.

 

Los pastizales no son bajos en producción cuando se los maneja de manera correcta, respetando los tiempos de reposo y ocupación. Tienen muchísima calidad, hay momentos en que la ración de una vaca de cría se cubre con 8 kilos, no con 12 o 14 como estudiábamos en la facultad. Esto porque un pastizal producía poco y de mala calidad. Cuando un pastizal es bien manejado, tenemos producciones muy altas en donde hay producciones de 9.000/ 10.000 kilos por hectárea por año y de muchísima calidad.

 

Necesitamos que los animales estén adaptados solamente a comer eso, a no recibir una ración, a no tener que tener una carga alta de antiparasitarios, porque afectan en la producción en la conversión del pasto a carne.

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