“Para que los demás la pasen bien y se diviertan, nosotras tenemos que vivir esa alegría”

Entrevista a las maestras fundadoras de la Biblioteca Popular para las Infancias “Soñar Volando”, premiada por su trabajo comunitario en “Avellaneda Cuenta” (2019), hoy suman amigos en las redes y buscan un espacio físico para retomar sus actividades, talleres, juegos y préstamo de libros.

 

La mayoría de los especialistas sociales han cuestionado en los últimos años la existencia de la
etapa a la que denominamos niñez o infancia. Esto, a causa de las diversas trayectorias de vida
de niños y niñas de acuerdo con sus condiciones socioeconómicas, culturales y familiares. Es
decir, hay niños/as que gozan de condiciones de vida apropiadas y otros que no alcanzan a
satisfacer sus necesidades básicas. Por lo dicho, considero apropiado utilizar el término
INFANCIAS, en plural.

Sin duda y más allá del peso de las leyes de referencia, incluso con jerarquía constitucional
(como lo es La Convención sobre los Derechos del niño, y la Ley de Protección Integral de los
derechos de las niñas, niños y adolescentes), existe una indudable deuda con “nuestros pibes”.

Hace pocos años en la localidad de Remedios de Escalada, del vecino partido de Lanús, nació
un espacio que tiene, como principal propósito, contribuir a que las infancias sean atravesadas
de modo respetuoso. Lo hace a través de la literatura en particular y del arte y el juego, en
general. Se trata de la Biblioteca Popular para las infancias SOÑAR VOLANDO.

Para recuperar la joven historia de esta institución, quiero presentarles a Brenda Speranza,
Natalia Carnese y Cintia Guichet. Estas tres entusiastas maestras iniciaron un comprometido
trabajo donde cuentos, rimas, relatos, sonidos, narraciones, juegos, música, movimiento,
colores junto con las voces de los peques…  inundan los espacios que ocupan. A partir de
creativas propuestas llenas de alegría, hacen que se cumplan varios de sus derechos.

¿Cuándo y cómo nace la idea?
Cinty:  -En realidad nosotras siempre pensamos en juntarnos para hacer un espacio cultural
para las infancias. En el 2016 fui invitada por la Biblioteca Del Otro Lado del Árbol para cantar
con mi grupo de música infantil. Cuando volví del lugar estaba enloquecida! Le conté a las
chicas. Ahí arrancamos a pensarlo, nos conectamos con Paula, su responsable, quien nos dio
asesoramiento y permiso para inspirarnos en ella.

¿Cuántas personas constituyen el grupo más estable de colaboradores y cómo se fueron sumando?
Bren: -Trece! Algunos eran conocidos nuestros. Cuando empezamos siempre imaginamos que
se iban a unir personas que conocíamos y también, quienes miran las infancias de la manera
que nosotras, de alguna forma estarían cerca. Se iban tendiendo las redes y solo faltaba
institucionalizarlo. Primero se unieron nuestras familias, compañeras de trabajo, parejas que
traían a sus hijos desde el lugar de socios. Una vez largamos abiertamente la convocatoria para
que se sumaran aquellos que estaban interesados, aparecieron otras personas que nos tenían
de vista. También narradoras relacionadas con la Biblio de La Plata Del Otro lado del Árbol.
Gente que venía a hacer las actividades o gente que venía a colaborar o a las que solo les gusta leer; como un vecino mayor, Carlos, que le gusta la literatura infantil y se llevaba libros a su
casa.

¿Con cuántos socios cuenta?
Naty: -Hicimos un recuento cuando teníamos espacio físico y eran 130. No teníamos un
recuento exacto sino de la gente que se fue acercando por las plazas o las actividades que
venían a hacer. Ahora en las redes alcanzamos a más de 2300 seguidores!!!

Dijiste “las plazas”… ¿Qué son las plazas?
Naty: – Claro, nosotras empezamos haciendo talleres y uno terminó con una actividad en una
plaza. Ahí llevamos un ratón gigante… eso nos dio un disparador para convocar a los chicos.
Cinty: – Empezamos a hacer los talleres para recaudar fondos para armar la biblioteca.
Teníamos un taller de iniciación musical y otro de literatura. El cierre de Talleres de ese año lo
hicimos en la plaza.
Naty: – A partir de ahí organizamos una actividad mensual en una de las plazoletas de
Remedios de Escalada que está cerca del salón que nos habían prestado para funcionar.
Transformamos la plaza con canastos de libros, mantas, decoración y actividades que tienen
que ver con la música, el arte plástico y la narración.

¿Imaginaron que iba a tomar semejante vuelo en tan poco tiempo?
Cinty: – No… no!, de hecho ver las fotos… las primeras plazas éramos la familia de todos
nosotros…
Naty: -En una de las plazas, en un momento nos quedamos las tres en el medio mirando la
cantidad de gente que circulaba y que estaba en los puestos de la feria de artesanías, en los
canastos de libros, en el sector de arte, escuchando la banda y no lo podíamos creer!!! Estaba
llena la plaza!!!
Bren: – Creo que nos empezamos a dar cuenta de la dimensión cuando llegaban familias que
no eran conocidos de nadie… Llegaron por Soñar Volando y ahí creo que empezamos a tomar
dimensión de que ya estaba volando sola…

¿Cómo son esos preparativos para los encuentros o “las plazas”? Yo que he podido
participar considero que se genera una magia en el ambiente, ¿cómo lo logran?
Cinty: -Son graciosos!
Naty: -Yo creo que hay algo que nos pasó a nosotras tres desde que trabajamos juntas, y es
que siempre nos divertimos. Creo que el día que alguna la esté pasando mal es porque algo no
está funcionando bien. Nosotras somos parte de la misma diversión que viven los chicos
cuando están en ese espacio. Eso me parece que es un poco la esencia. Para que los demás la
pasen bien y se diviertan nosotras tenemos que vivir esa alegría.
Cinty: – Y que es genuina, aparte!

La pandemia no los ha dejado detenidos, al contrario, cuéntenle a nuestros lectorescómo la desafiaron
Bren: -Nosotros veníamos con el problema del incendio del espacio físico que nos habían
prestado. Teníamos una base armada en las redes a la que le metimos mucha garra, la fortalecimos con nuevas propuestas en @sonar.volando (con “n”). Empezamos con cuentos
narrados por nosotras, después hicimos “vivos”, actualmente los “Miércoles Cuenteros” con
narradores conocidos. También apareció Elvit que es un extraterrestre del planeta Chatarra
que llegó a la casa de una amiga de Soñar Volando, Jana; está haciendo investigaciones por lo
cual recurrió a la Biblioteca, y nos visita en Instagram regularmente.

La pandemia no fue el único obstáculo que enfrentar, ¿qué es lo que Soñar Volando está necesitando para empezar a prepararse para el retorno a las actividades presenciales?
Naty: -Después del incendio no pudimos volver a reacomodar el lugar donde funcionábamos,
entonces nos volvimos a juntar en la plaza para recuperar libros que habían quedado dañados… y después llegó la pandemia… lo que nos obligó a dejar de buscar espacio físico. De todas
maneras nos seguimos comunicando con la gente y surgió la idea conseguir un container, el
municipio nos habilitaría en un espacio público para empezar a funcionar allí. Sin dejar de lado
los sábados de la plaza. Pero sí querríamos instalarnos para poder brindarle a la comunidad
todas las propuestas que tenemos… y las que van a venir.
Bren: -Si quieren darnos una casa, también!
Cinty: -Eso!!!, un espacio del que podamos disponer.

Deseo sinceramente que pronto reciban la donación del container o del lugar físico. Para
que puedan seguir creciendo Así como también espero que las propuestas de “las plazas”
lleguen a más plazas del conurbano, como sé que lo tenían planeado para este año. Que, de
este modo, Soñar Volando se convierta también en una biblioteca itinerante, para que
muchos más niños y niñas puedan vivenciar y disfrutar de los mágicos y verdaderos eventos
culturales que ofrecen!

 

Por Silvia Donnet

(Lic. y Prof. en Ciencias de la Educación)

Si te quedó algún comentario o inquietud
te ofrezco comunicarte a través de silviaescribe2020@gmail.com

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