El partido del presidente Michel Temer quedó nuevamente en medio de la tormenta desatada por las investigaciones de la Operación Lava Jato, luego de que la policía brasileña pidiera este jueves la captura internacional de dos lobistas por su supuesta participación, desde 1986, en corruptelas en torno a la petrolera estatal Petrobras y en el manejo de sobornos que en la última década habrían sumado unos 40 millones de dólares.

El fiscal Diogo Castor, de la Operación Lava Jato, dijo que los lobistas Jorge y Bruno Luz, padre e hijo, pagaron en la última década, el período investigado, unos 40 millones de dólares de sobornos a funcionarios de Petrobras y a “senadores actualmente en el cargo”.

El presidente del PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasileño), senador Romero Jucá, quien reemplaza a Temer desde el año pasado como líder partidario, dijo que los dos lobistas no estaban autorizados a trabajar en nombre de la fuerza.

Los lobistas están prófugos en Estados Unidos ya que tienen doble nacionalidad y se expidió una orden de captura internacional.
El ex director internacional de Petrobras Néstor Cerveró, delator y corrupto confeso que cumple prisión domiciliaria, dijo que los lobistas Luz pagaron sobornos al ahora jefe del bloque de senadores del PMDB, Renán Calheiros.

Calheiros es el líder del gobierno en la Cámara alta.

La fiscalía fue detrás de la delación de Cerveró, quien afirmó que Calheiros recibió unos 6 millones de dolares de Jorge Luz por un acuerdo para un buque-sonda de Petrobras contratado a la multinacional Samsung Heavy Industries.

En un comunicado, Calheiros sostuvo que todas sus relaciones con empresas y otros investigados no pasaron “los límites institucionales”. Además, dijo que no ve a Jorge Luz desde hace 25 años.

El fiscal Castor dijo que los prófugos pueden ser considerados los mayores lobistas dentro de Petrobras para cerrar contratos y desvíar dinero.

Ambos operaban desde 1986, desde la época en la cual el PMDB llegó al poder con la presidencia de José Sarney, hoy investigado por la corte suprema en el caso por supuestos desvíos para su partido en la construcción de la hidroeléctrica de Belo Monte, en la Amazonia.