Nelly Omar celebró sus 100 años de tango en el Luna Park

La cantante Nelly Omar tiene los años del tango y, al festejar el centerario de su vida en el Luna Park, ofreció testimonio de la riqueza una estética que transitó, a partir de su figura, de lo rural a lo urbano y del acto bailable a la canción con sentido poético.

Omar, sobreviviente de la generación que conformó el lenguaje del tango, impulsó desde el canto esa transformación, acaso el eslabón necesario para que el tango rudimentario, instrumental, de acordes desplegados de la `Vieja Guardia`, abriera paso a una evolución que luego superó también al tango-canción.

Ese legado estuvo presente este viernes en el Luna Park, donde la cantante presentó el espectáculo “100 años de vida y de canto”, acompañada por las guitarras de Carlos Juárez.

Los 100 años de vida y escenarios no le impidieron a Omar una entrega notable: más de una hora neta de concierto (trece temas), en donde su voz, naturalmente mostró síntomas del tiempo, pero a la vez recreó, con enorme oficio, los climas de sus mejores momentos.

La noche se inauguró con la intervención de los payadores Jorge Sccodato, Hugo Gabotto, Alberto Smith, Carlos Sferra, Cristian Méndez, Héctor Crubelier y el guitarrista Osvaldo Lagos; y luego prosiguió con una puesta de Juan Carlos Copes y su compañía de danza.

La extensión de ese prólogo -más allá de la hora-, bajo la dirección de la violinista Erica Di Salvo, parecía augurar un concierto breve de Omar, pero esa presunción se finalmente se disipó.

La apertura del concierto, con el clásico “Parece mentira” (Homero Manzi-Francisco Canaro), fue algo accidentada.

La voz de Omar tardó en entrar en forma y la letra no apareció siempre en la memoria, pero luego, en la continuidad de la noche, la figura de la cantante se concilió con su historia y terminó por entregar un momento conmovedor.

Omar tributó aquellos tangos camperos que bien cultivó a lo largo de su carrera: aparecieron “Nobleza de arrabal” (Manzi), “Tu vuelta” (Alberto Acuña-Alberto Casavalle) o “El adiós de Gabino Ezeiza”.

Aquellos perdurables versos de Héctor Pedro Blomberg, con música de Enrique Maciel, fueron en consagrados por otro cantor legendario, Ignacio Corsini, impulsor de la carrera musical de Nelly Omar.

Hubo un generoso espacio para los tangos vestidos por la poética de Manzi, con quien Omar tuvo una sociedad musical fructífera.

Además de “Parece mentira”, la cantante evocó “Sur” (con Aníbal Troilo) y “Desde el alma” (con Víctor Piuma Vélez).

Las invocaciones de “Milonga del 900” (Manzi y Sebastián Piana) y “Jacinto Chiclana” (Jorge Luis Borges-Astor Piazzolla) repusieron con fervor el clima de la Buenos Aires que fue la génesis del tango.

La despedida fue con “La descamisada”, en homenaje al peronismo, cuya adhesión le provocó proscripciones y listas negras.

Nelly Omar nació en Guaminí, Buenos Aires, el 10 de septiembre de 1911. Es la continuadora de una estirpe de cantantes que forjaron figuras como Tita Merello, Azucena Maizani, Libertad Lamarque y Ada Falcón; y que hoy tiene voces impecables como la de Lidia Borda.

Desde entonces pasaron cien años. Anoche, en su reaparición en el Luna Park, prometió volver.

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