Murales: Un arte popular que mejora la estética de la ciudad

Cuarenta artistas de Avellaneda están embelleciendo las paredes de los barrios.

En el marco de un programa de embellecimiento urbano y al mismo tiempo con el objetivo de difundir el arte en los distintos barrios de Avellaneda, desde hace aproximadamente tres meses se encuentra en marcha una iniciativa tendiente a la creación de murales en aquellas paredes que padecían las pintadas, entre otras cosas, de los partidos políticos.

Con respecto al mecanismo que se implementó para llevar adelante este proyecto, el artista plástico y Director Creativo de la Subsecretaría de Prensa y Ceremonial, Augusto Pugliese, explicó que primero se organizó como concurso y se hizo una convocatoria para artistas de Avellaneda, la cual tuvo una gran respuesta.

En solo veinte días se inscribieron sesenta y siete artistas, quienes fueron evaluados por el jurado para la selección de los diez mejores, más varias menciones. Cabe destacar que no existía un premio monetario, sino que a los ganadores se les entregaba los materiales necesarios para la obra y una pared para difundir su arte.

Sin embargo, más allá de los premios entregados y teniendo en cuenta que el relevamiento realizado por la Municipalidad daba una cantidad de casi cuatrocientas paredes en estado de deterioro o pintadas, el Intendente Jorge Ferraresi resolvió que todos tuvieran su espacio para difundir sus obras.

“En realidad quedaron cuarenta porque algunas no reunían los requisitos ni cumplieron con las bases con que debían ser presentadas -explicó Pugliese- en tres meses ya tenemos veintidós terminados, la idea es seguir haciendo murales y poner a Avellaneda en un lugar donde el arte esté en la calle y se vea todo el tiempo”.
En cuanto a las temáticas de las obras, Pugliese destacó que eran totalmente libres y que solo le pidieron a los artistas que no tuvieran contenido político, ni sexual, ni apología de droga, entre otras cosas, porque al estar en la calle no había que herir ninguna susceptibilidad.

“El mural es arte para todos, para el que no tiene acceso a una galería de arte y para el que no puede comprarse una pintura. Lo que tiene de bueno el arte público es que se pone en la calle y lo disfruta todo el mundo, por más que su formación artística sea escasa. Convivir con la obra es algo interesante”, remarcó Augusto Pugliese.

Consultado sobre la respuesta de la comunidad, el Director Creativo aseguró que cuando le tocó a él pintar los primeros murales la gente se paraba para hablarle y agradecerle. “Además si uno tiene una fábrica con pintadas políticas en las paredes y te ponen arte en su lugar, todo el mundo se suma porque te cambia la fachada”, agregó.

Por otra parte, Pugliese informó que más allá de los murales, el jefe comunal dispuso la creación del programa “Aseo” para la limpieza de todos los frentes “Todo las paredes que aparecen fondeadas de verde tienen que ver con esta iniciativa que si bien es paralela a los murales, también tiene como objetivo cambiarle la estética al distrito” aseguró.

Alejandro Picasso y Elena Mosca sacan su arte a la calle
Uno de los principales objetivos de esta movida muralista, además de lograr el embellecimiento urbano, es permitir que una numerosa cantidad de artistas locales pueda poner su arte a consideración de toda la comunidad, salir a la calle y llevarle sus creaciones a todos los vecinos.

Este es el caso de Elena Mosca y Alejandro Picasso, ambos egresados del Instituto Municipal de Artes Plásticas de Avellaneda como Perito en Pintura y Perito en Escultura, respectivamente.

Juntos, Mosca y Picasso realizaron la obra “AvellanedaPopart”, en la intersección de Mujeres Argentinas y Lacarra, mientras que Elena Mosca también creó el denominado “Hombres y Engranajes” en Mujeres Argentinas y Casella Piñero, con la colaboración del propio Picasso, Cristina Vázquez y Michalina García.

“El mural es algo maravilloso por lo que tiene de espontáneo, por la cantidad de personas que lo ven y por la relación que se va creando entre el barrio donde uno lo pintó y sus vecinos”, definió Elena Mosca.

“A lo mejor muchas personas no se atreven a ir una muestra de arte porque piensan que no entienden, pero el mural está ahí y la respuesta es maravillosa –agregó Mosca- en enero, mientras pintábamos, nos venían a traer bebidas frescas, nos decían que estaban contentos porque les embellecíamos el barrio”.

Por su parte, Alejandro Picasso le contó a La Ciudad que cuando pintaban el mural de Mujeres Argentinas y Casella Piñero, los vehículos que se detenían en el semáforo los felicitaban.

“La respuesta en Lacarra no era tanto con los que pasaban, sino que el contacto era directamente con los vecinos que nos traían agua fresca y charlaban con nosotros un rato”, agregó Picasso.

Tanto Mosca como Picasso expresaron su agradecimiento al profesor Andrés Bestard quien a lo largo de toda la carrera les dio las herramientas para poder desarrollar este arte. “Nos dio las pautas y todas las técnicas para abordar, desde el papel hasta la pared, son métodos renacentistas”, explicó Picasso.

Sobre los pasos a seguir para crear un mural, Mosca manifestó que una vez que uno sabe qué pared tiene y sus medidas, empieza armando un boceto a escala, luego se le da una mano de impresión a la pared, otra de adhesivo plástico y finalmente se trazan diagonales en el muro y en el boceto para que oficien como guías.

“En este caso pintamos con látex para exteriores que, a su vez, reforzamos con fijador para que no se deteriore con la lluvia. El tiempo de trabajo varía de acuerdo a las características de la pared y a la complejidad del dibujo”, puntualizó.

“Después lo ideal es mantenerlo, ir a verlo cada tanto, en este caso nosotros lo vamos a hacer porque es un trabajo nuestro y es interesante conservarlo en buen estado”, coincidieron.

Sin embargo, Picasso destacó que si bien ellos tienen que encargarse del mantenimiento técnico o artístico de la obra, estos días tuvieron que ocuparse de otro tipo de mantenimiento producto de no haberse cuidado el trabajo.

“Aparecen rayaduras para escribir algo, un aerosol o, lo peor que nos pasó, una pintada política a favor de Mónica López sobre un mural. Ese tipo de mantenimiento no se debería hacer”, sostuvo Picasso.

“No se puede creer –agregó Mosca- que alguien que ve un mural le escriba algo encima”.

Histórica y artísticamente los murales son algo más que una obra de arte, son expresiones populares y sociales, una forma de comunicarse y de decir las cosas, con grandes exponentes como los mexicanos José Orozco, David Siqueiros y Diego Rivera.

“Nosotros también ponemos la expresión desde lo personal, pero en este caso la convocatoria tenía como condición que no tuviera connotaciones políticas. Si bien los murales que hicimos ahora no responden de alguna manera, por cuestiones de concurso, a ese tipo de murales mexicanos, sí responden al criterio del artista como artista en si”, aclaró Picasso.

Se conocen desde hace años, conocen las calidades artísticas del otro y si bien, como ellos, dicen las peleas abundan a la hora de pintar, Alejandro Picasso y Elena Mosca comparten mismos criterios estéticos y el mismo objetivo: despertar sensaciones y sentimientos en el espectador.

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