Monseñor Rubén Frassia: “Vivamos una vida más alegre, más digna, más sana, más auténtica y más comprometida”

Entrevista exclusiva con el Obispo de la Diócesis de Avellaneda – Lanús.

El Obispo diocesano Monseñor Rubén Frassia dialogó con La Ciudad, en su casa de la calle Ameghino al 900, sobre el significado de esta celebración religiosa, tan sensible y profundamente arraigada en los fieles, y expresó también su mensaje pastoral para estas “Fiestas Patronales de Avellaneda”.

 

A continuación, transcribimos algunos d los principales conceptos vertidos por Monseñor Frassia durante la entrevista:

 

Bajo el lema “De la Mano de la Virgen al Corazón Misericordioso de Dios Padre”, el máximo Pastor de la iglesia de Avellaneda y Lanús expresó: “Hemos elegido el lema en consonancia con la bula ya expresada por el Santo Padre Francisco sobre el año de la misericordia”.

 

“Es un año santo que se inaugura en Roma, pero también simultáneamente va a estar en cada diócesis de todo el mundo, la puerta santa, la misericordia, el año de la conversión, el año de justicia, del arrepentimiento y a la vez también del fortalecimiento de la reconciliación y de la fraternidad entre los hombres”.

 

“Evidentemente la fe siempre incide en los comportamientos y en las actitudes humanas, ya sean cristianas y también sociales, en el comportamiento cívico que construye nuestra sociedad”.

 

“Para nosotros, los cristianos, la presencia de la Virgen tiene un significado muy profundo, porque de alguna manera Ella ha sido la elegida para ser la Madre de Dios, la Madre de Cristo, ese misterio tremendo que es lo Divino y lo humano en el verdadero Dios y el verdadero Hombre, que es Jesucristo de manos de María, de manos de la Virgen”.

 

“María tiene cuatro notas que son importantes de subrayar:

 

Primera: María, en atención  a su maternidad divina es concebida sin mancha de pecado original, María es preservada ya que iba a albergar a Cristo.

 

Segunda: María sin concurso de hombre, Ella es la Madre de Dios y su maternidad divina, ella asiente libremente ante ese pedido que le hace Dios a través del ángel para ser la Madre del Verbo, la madre de Cristo.

 

Tercera: María es Virgen, en ese Misterio de cómo va a ser Madre y a la vez es Virgen, porque no tiene concurso humano, no hay relación con hombre y entonces es un privilegio especialísimo que Dios le hace a la Virgen.

 

Cuarta: Como María esta preservada del pecado original, no está afectada directamente al pecado ni a la muerte, y por eso María es asumida en cuerpo y alma, su cuerpo no tiene deterioro o corrupción, porque al tener estos privilegios especialísimos que Dios se los dio, María es asunta, asumida, donde está el Hijo está la Madre, y por eso María es nuestra Señora de la Asunción”.

 

“Nuestra diócesis tiene este patronazgo de la Virgen, y entonces le pedimos que también  nosotros  queremos vivir de la fe y comprometidos en todo lo humano, en lo que significa esta relación que no se puede cortar, el padre, los hijos, los hermanos. La fe siempre nos ayuda a fortalecer esa relación con el padre, pero inmediatamente y simultáneamente nos tiene que comprometer a mejorar nuestro trato y nuestras relaciones con nuestros hermanos”.

 

“Hay una autonomía, pero también hay unidad entre la Iglesia y la Nación, no hay un divorcio entre ambas realidades, son autónomas, pero ambas van a converger en lo que significa el bien común de la sociedad. Y por eso los creyentes nos sentimos cada vez más comprometidos a mejorar, a alimentar, a sostener, a buscar el bien común, que en el fondo es el deseo de querer ser una Nación fuerte, una Patria grande”.

 

“La Nación no se construye solo con palabras o con eventos, se va armando y sosteniendo a través de los vínculos, de los valores, de la economía, de la producción, del comportamiento social, del respeto, de las leyes, de lo que significa una sana democracia, de la independencia de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, porque en el fondo son un poco las patas que van construyendo una verdadera sociedad democrática”.

 

“Tenemos que ir viendo todo esto, tenemos que ir saneado para que realmente sea realidad en nuestra Nación, la fe tiene autonomía de las cosas temporales, pero no tiene ni ignorancia ni indiferencia, sino que al contrario, la fe nos compromete más a crear vínculos fuertes y sostenidos para una verdadera Nación”.

 

“Queremos realmente como Patria, ya entrando al bicentenario del 2016, una Nación fuerte, más saneada, donde no reine la mentira, donde esté siempre  presente la verdad,  la justicia, una verdadera y auténtica solidaridad, un verdadero servicio, pero que las cosas que se nombran sean verdaderas”.

 

“No queremos violencia, queremos que se disminuya la inseguridad social, la padecemos en todo el país, pero también y fundamentalmente tanto en Avellaneda como en Lanús, cuántas muertes está soportando nuestra sociedad a través de tanta inseguridad”.

 

“Por lo tanto, no queremos la droga, sabemos perfectamente el daño que provoca, Argentina ya no es un país de tránsito, tiene un nivel de consumo y hasta de fabricación. Uno no es técnico, pero tampoco es tonto de las cosas que van aconteciendo”.

 

“Estos poderes ocultos van minando, van deteriorando nuestra sociedad y nosotros tenemos que, de alguna manera, advertir los problemas de estos males y aplicar inmediatamente los auténticos remedios para que estos males sean saneados, curados, extirpados y que no estén presentes en el seno de la sociedad”.

 

“Yo quiero pedirle como Obispo a la Virgen, que bendiga a nuestra querida diócesis, a todos los ciudadanos de nuestros partidos de Avellaneda-Lanús, a las familias, a todos”.

 

“En estos tiempos tan especiales de elecciones de autoridades, que cada uno tenga dignidad y libertad para elegir, para afirmar, para disentir, que tengamos la capacidad de integrar a aquel que piensa distinto, para construir y para fortalecer el bien común”.

 

“El bien común toca muchas veces lo personal, pero siempre supera los intereses individuales y particulares. El bien común  es superior, y a todos se les exige grandeza de espíritu y de alma para que realmente volvamos a vivir en una Nación Argentina en paz, que mira el presente, pero que inmediatamente esté proyectando hacia el futuro, el nuestro y el de todo el mundo”.

 

“Que la Virgen, Nuestra Señora de la Asunción del Corazón de Dios nos alcance la misericordia del Padre para que realmente vivamos una vida más alegre, más digna, más sana, más auténtica y más comprometida”.

noticias relacionadas