Monseñor Rubén Frassia: “La fe es la fuerza que Dios nos da y la vida es la expresión y la concreción de una persona creyente”

El Obispo diocesano, Monseñor Rubén Frassia, dialogó en exclusiva con La Ciudad, se refirió al significado de estas Fiestas Patronales y también reflexionó sobre la despenalización del aborto y el derecho natural a la vida, temas sensibles que involucran a todos los argentinos. Cabe señalar que las palabras del Obispo diocesano fueron expresadas con anterioridad al tratamiento del proyecto de ley en el Senado de la Nación.


A continuación, transcribimos algunos de los principales conceptos vertidos por Monseñor Frassia durante la entrevista, realizada en la sede del Obispado de la calle Ameghino al 900.

“Lo importante de las Fiestas Patronales de Nuestra Diócesis de Avellaneda Lanús es Nuestra Señora de la Asunción. Ella es la Mujer que nos ha dado el regalo más grande que es a Jesucristo, es la que ha sido elegida para esa misión, que ha sabido escuchar a Dios y ha sabido responder con total fidelidad. Es la Mujer clara, disponible, de la escucha, que es Madre porque tiene una ternura increíble”.

“María siempre es esas dos realidades de la inmaculada concepción, en atención a su maternidad divina. Ella no ha tenido pecado original, por eso es inmaculada, y, al no tener pecado original, cuando muere se produce su asunción al cielo en cuerpo y alma. Son misterios de fe, pero que tienen una razón de ser, y cada una de esas cosas se explican muy concretamente”.

“La Virgen siempre es el ejemplo de cómo nosotros, los discípulos del Señor, tenemos que obrar, actuar y responder, tanto en la escucha atenta como en la respuesta responsable de lo que la Virgen o Dios nos pide. Por eso, siempre la fe y la vida van juntas, no es una dicotomía, ambas tienen que estar unidas, fe y vida. La fe es la fuerza que Dios nos da y la vida es la expresión y la concreción de una persona creyente”.

“Sobre el tema que estamos tratando en este tiempo, que es la vida, las dos vidas, madre, hija e hijo, con la despenalización del aborto, yo quiero afirmar fundamentalmente que es un tema de derecho natural, no es solamente religioso, es de vida, de existencia. Por lo tanto, frente a la vida y a la existencia, están ligados todos, los creyentes y los no creyentes. El primer derecho fundamental es nacer, y hay que saber que el otro es otro, y que no depende exclusivamente de la situación o del arbitrio de la madre o del padre, porque es otro ser y como es otro ser, tiene derechos. Además, la ciencia lo ha corroborado perfectamente”.

“La ciencia dice que es otro ser, que es el genoma humano, que es el inicio de la vida humana y que tiene un ADN propio y que, de alguna manera, incipientemente ese ser no puede no ser humano, es humano. Por lo tanto, que me digan a mí dos, cinco, trece o quince semanas, visualmente podrá ser distinto, pero en la realidad es la misma persona, un otro”.

“Este tema se instaló, no sé por cuáles razones, si es para distraer, pero evidentemente aumentó una brecha, una dificultad, no solo en los ámbitos católicos, sino también en el mundo de la política. Han dividido muchas aguas y, fundamentalmente, el problema principal es que aumenta una brecha, en lugar de resolverla y sanear los problemas”.

“El Papa Emérito Benedicto XVI, en un mensaje a los legisladores en Chipre, precisamente en junio del 2010, dice esta frase más o menos resumida: El mundo hace fatiga en conectar el derecho positivo con el derecho natural. El derecho natural son las verdades objetivas que están presentes y que ya son.

El derecho positivo es aquello que se mueve y que de alguna manera se interpreta conforme a la razón humana y a la cultura de la época. Todo lo que se siente, se hace, se realiza. Sí se realiza, se hace o se siente evidentemente ya está bien, como si fuera el valor de la eticidad, es el valor de la acción que se realiza ese derecho positivo. Y yo creo que es falso o reductivo, porque no todo lo que se hace está bien y no todos los logros que se consiguieron son necesariamente éticos. Si el mundo hoy solo siguiera el capricho y el arbitraje de los derechos positivos, decía el Santo Padre Benedicto XVI, el mundo va a ser un lugar peligroso donde vivir”.

“Estas cosas, como es hoy la despenalización del aborto, van a llevar también a otras, como la eutanasia, por ejemplo. Va a llevar a un montón de cosas supuestamente por consenso de la mayoría, manejada por ciertos lobbies que nosotros creemos que conocemos y muchas veces no los conocemos o no los manejamos. Y los lobbies van a crear una opinión determinante que después, si se convierte en ley, hay que acatarla”.

“Es importante volver a las cosas objetivas, algo que nos cuesta mucho a los argentinos y le cuesta mucho a la cultura actual. Hoy, de alguna manera, todas las cosas son lavadas y líquidas y están supeditadas a la sensibilidad. Y la sensibilidad es mutante, cambia, por eso no hay convicciones, por eso no hay profundidad, por eso no hay raíces y por eso hay inestabilidad afectiva, psicosomáticas, psicosocial y tantas cosas más, porque el individualismo y el relativismo es la moneda corriente en estos momentos”.

“Yo no quiero que la problemática actual nos lleve a un ring, a una pelea, no quiero confrontar con los pañuelos azules, celestes, verdes o anaranjados. No quiero pelear con estas realidades, porque de alguna manera la Iglesia está en la totalidad, es todo. Yo no puedo reducirme o reducirnos a un sector, de ninguna manera, porque si uno se redujera a un sector caería en una ideologización”.

“Creo que la iglesia está por encima de este tema, que no nos pongan en un costado, como si fuera la Iglesia lo absurdo, obtuso, antiguo, versus lo nuevo, lo bueno, moderno o lo actual. No! La iglesia quiere ser actual, moderna, pero siempre con los valores claros de lo que debe sostener una sociedad, un país y una Nación. Queremos ser modernos y nuevos, pero de una realidad donde partamos no de la ocasión, del momento, sino de la verdad. La verdad es la que nos construye, las que nos edifica, las que los realiza, la que nos desarrolla. La verdad sí, los estados de ánimo no”.

“La Virgen tiene que ayudarnos a acrecentar el don de la vida y respetarla, independientemente de la votación del proyecto de ley en el Congreso. Esto nos obliga a todos a pensar, a vivir de acuerdo a convicciones. Y que quede claro, no estamos en contra de, estamos a favor de la vida, de la verdad.

Entonces que nadie se enoje, nosotros no peleamos, simplemente afirmamos, y la fuerza que nosotros tenemos y queremos seguir teniendo, es la fuerza de la verdad, no de la presión o de la estrategia”.

“La verdad persuade, convence, no impone. La iglesia siempre propone, no impone despóticamente. Por lo tanto, no queremos pelear, pero seguiremos pensando, seguiremos viviendo. Y, como decía San Juan Pablo II, en relación al sínodo de Europa, pero que nos viene muy bien a nosotros. Decía: Europa eres un árbol frondoso, pero recuerda que si pierdes contacto con tus raíces te vas a secar”.

“Que la Virgen nos bendiga y que nos ayude a recibir el don de la vida, el don del respeto. Fundamental y primero, al don más vulnerable, el derecho a nacer y que realmente todos nosotros seamos capaces de respetar la vida de los demás, respetando también los criterios y nuestra propia vida”.

“Que la Virgen en la fiesta de la Asunción nos bendiga a todos, interceda por nosotros y que nos ayude a entender que recibiendo la vida, dándola, se acrecienta. ¡Que Dios los Bendiga!

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