Mons. Margni: “En esta Cuaresma iniciar juntos un camino de verdadera conversión”

El obispo de Avellaneda-Lanús expresó que este tiempo litúrgico “nos pide tomar en serio esta llamada y entrar, decididamente y con paciencia, en un camino de conversión”.

 Mons. Margni: "En esta Cuaresma iniciar juntos un camino de verdadera conversión"

El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Marcelo Julián Margni, compartió a la comunidad diocesana el mensaje de Cuaresma, tiempo litúrgico que se inició el 22 de febrero, Miércoles de Ceniza.

Monseñor Margni recordó que “una vez más iniciamos el tiempo de Cuaresma y resuena para nosotros la llamada a entrar en un camino de conversión”. “Conversión y camino. Estas dos palabras, que se repiten con insistencia en la liturgia de la Cuaresma, pueden muy bien resumir el espíritu de este tiempo”.

Explicó que “conversión es camino”, porque para la conversión “no hay atajos, no hay vías rápidas, no hay fórmulas expeditivas”. “Y aunque puedan existir acontecimientos únicos, que de un momento a otro nos hacen abrir los ojos y nos mueven a un cambio de vida, lo cierto es que esos momentos son apenas el inicio de un camino que compromete toda la vida”, reflexionó, al tiempo que señaló que la Cuaresma “nos pide tomar en serio esta llamada y entrar, decididamente y con paciencia, en un camino de conversión”.

El obispo de Avellaneda-Lanús manifestó que ese camino “es siempre nuevo”, y que “esta Cuaresma será diferente a todas las de años pasados y a todas las que vendrán después”. “Las prácticas, los gestos, las oraciones que nos acompañan pueden quizás ser los mismos; y ciertamente es el mismo el Evangelio que nos convoca. Pero no somos nosotros los mismos. Cada edad, cada momento de la vida tiene sus desafíos y encrucijadas, que nos ponen de un modo nuevo ante la llamada de Cristo: «Conviértete y cree en el Evangelio»”, enfatizó.

Monseñor Margni valoró que cada Cuaresma sea, de algún modo, “nueva” y “nos pide abrirnos a la novedad que Dios quiere hacer germinar en nosotros, en nuestras vidas y en nuestras comunidades”, porque, dijo, “también como comunidades estamos llamados a emprender un camino de conversión”.

Seguidamente, se refirió al mensaje de Cuaresma del papa Francisco de este año, en el marco del camino sinodal que compromete a toda la Iglesia, y realizó a la comunidad dos propuestas “que tal vez puedan darnos un impulso a nuestro camino, personal y comunitario, de conversión”:

La primera, “es leer y reflexionar serenamente el mensaje de Cuaresma del papa Francisco, y si fuera posible, hacerlo juntos, en encuentros de la comunidad o nuestros grupos de referencia. Nos haría bien que estos encuentros tengan un tiempo suficiente para la oración y también para el silencio, de modo que nuestras palabras no lo llenen todo y podamos crear en nuestro interior el espacio necesario para la escucha atenta”.

La segunda propuesta, “es preguntarnos (en lo posible, juntos) qué pasos de conversión estamos invitados a dar como comunidad. Lo que hacemos en relación a nuestros caminos personales, tomándonos el tiempo para mirar serena y honestamente nuestra vida delante de Dios, y buscando reconocer los pasos de conversión que el Evangelio nos pide dar. Se trata de mirarnos honestamente, con toda humildad, sin echar culpas afuera ni situarnos como jueces de los demás, y buscar discernir juntos los pasos que podemos dar, por pequeños que parecieran”.

Finalmente, pidió al Señor que “nos conceda, entonces, la gracia de iniciar juntos un camino de verdadera conversión, que nos haga gustar la belleza de la comunión y la alegría del Evangelio”.

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