Meta y la IA que lee la mente: entre la ciencia y el vértigo del futuro

Un nuevo sistema de inteligencia artificial logra escribir lo que una persona solo imagina. ¿Avance científico o invasión de la privacidad?

El verdadero poder de la mente recién comienza a ser explorado. Créditos: IA blog.

El verdadero poder de la mente recién comienza a ser explorado. Créditos: IA blog.

Rogelio Roldán piensa una frase en silencio y una máquina la escribe en la pantalla. No dictó, no tipeó. Simplemente pensó… y la IA tradujo su mente en palabras. Parece sacado de una novela de ciencia ficción, pero es real.

Meta, la empresa de Mark Zuckerberg, cruza un umbral que hasta hace poco parecía inalcanzable. Su equipo de investigación en Inteligencia Artificial Fundamental (FAIR) desarrolló un sistema capaz de traducir pensamientos en texto con una precisión del 80 por ciento. Un avance que promete transformar la comunicación humana, pero que también abre una caja de Pandora repleta de dilemas éticos, filosóficos y tecnológicos.

El sistema combina electroencefalografía (EEG) y magnetoencefalografía (MEG) para registrar señales cerebrales con una velocidad de mil imágenes por segundo, capturando el instante exacto en que un pensamiento se convierte en palabra. En condiciones de laboratorio, con equipos específicos y voluntarios inmóviles, la IA logró interpretar caracteres que sus participantes solo imaginaron escribir.

Las implicaciones son enormes. Para personas con discapacidades motoras, esta tecnología podría significar una nueva forma de comunicarse, sin necesidad de hablar ni moverse. Pero la posibilidad de “leer” pensamientos también enciende alarmas sobre la privacidad, el control de la información mental y los posibles abusos de esta tecnología. ¿Quién garantizará que el pensamiento siga siendo privado?

Ciencia o distopía

Meta no es la única explorando esta frontera. Científicos de la Universidad de Texas desarrollaron una inteligencia artificial capaz de traducir pensamientos en texto sin necesidad de que la persona comprenda palabras habladas, un avance revolucionario que podría transformar la vida de quienes padecen afasia.

La Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes, accedió al estudio, publicado en Cell Press, basado en el decodificador semántico previamente desarrollado por el equipo de Texas, que utilizaba modelos transformadores similares a los de ChatGPT para traducir la actividad cerebral en texto. En esta nueva versión, los investigadores lograron reducir significativamente el tiempo de entrenamiento del sistema, adaptándolo a nuevos usuarios en solo una hora mediante el uso de resonancia magnética funcional (IRMf) y videos mudos con narrativas visuales.

Por otro lado, en Japón, científicos de la Universidad de Osaka reconstruyeron imágenes mentales con inteligencia artificial, transformando impulsos neuronales en representaciones visuales de alta resolución. Y en el ámbito médico, la Universidad de California está desarrollando neuroprótesis para pacientes con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), permitiéndoles recuperar la capacidad de comunicación a través de señales cerebrales convertidas en texto.

Cada uno de estos avances acerca a un mundo en el que la mente y la máquina se fusionan de maneras impensadas. Pero también genera una pregunta inquietante: ¿está preparada la humanidad para un futuro en el que los pensamientos puedan ser descifrados? Por ahora, la tecnología enfrenta enormes desafíos. Los equipos requieren salas especialmente ciegas para evitar interferencias, y solo fueron probados en personas sanas. Pero el camino está trazado.

Con todo, es cuestión de tiempo para que, lo que hoy asombra, mañana se convierta en parte de la realidad cotidiana. Y cuando llegue ese día, cuando las palabras dejen de necesitar voz o manos para manifestarse, tal vez se descubra que la frontera final del ser humano siempre estuvo dentro de su propia mente.

 

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