Memoria, actividad compleja que permite evocar recuerdos

Escribe la Lic. Andrea Fabiana Varela Seivane

La memoria es una actividad compleja cuyo funcionamiento radica en conservar, reconocer, evocar y reproducir diferentes representaciones a lo largo del tiempo.

En los fenómenos que conciernen a la memoria se distinguen tres fases que son sucesivas, la fijación de los recuerdos o el registro de los recuerdos, el almacenamiento de los recuerdos, y por ultimo la evocación de los recuerdos o la restitución de los recuerdos. La fijación de los recuerdos está relacionada con condiciones ajenas a la memoria propiamente dicha, por ejemplo, se relaciona con las condiciones de la atención, de la motivación y de la afectividad. Es un proceso que va desarrollarse de acuerdo a la manera en que cada ser humano esté involucrado en cada situación en particular, y según su propia historia y sus propios intereses. Por ejemplo, la atención selectiva está íntimamente relacionada con este momento del proceso de la memoria, el momento de la fijación de los recuerdos. La fijación de los recuerdos es el entendimiento de la situación, es la codificación a partir de los canales sensoriales y la posibilidad de recordar la situación durante un período breve de tiempo, algunos segundos. Para que la fijación de los recuerdos se produzca, es necesario que se pongan en marcha distintos factores, la repetición o la reiteración de esa situación, el establecimiento de asociaciones y todo lo que está relacionado con lo afectivo.

Este proceso de entendimiento de la situación, de aprehensión propiamente dicho, además de estar ligado a la atención, se relaciona con los diferentes modos en que el ser humano tiene para aprehender la realidad, tanto la propia realidad, como la realidad que lo rodea. El proceso de fijación de los recuerdos muestra en muchos casos el éxito o el fracaso de los procesos de aprendizaje, y cuanto más la persona pueda asociar diferentes imágenes y relacionarlas entre sí, más la persona logrará mejorar significativamente la atención, sin dejar de tener en cuenta que los procesos afectivos influyen positivamente o negativamente en el proceso de fijación de los recuerdos.

Durante el almacenamiento de los recuerdos, una vez fijada la imagen en la memoria, da comienzo un momento, que es el momento o tiempo de conservación o de consolidación. Para que la función de la memoria tenga lugar, es necesario que además de que las imágenes se fijen, las imágenes se conserven con el propósito de ser posteriormente utilizadas, es decir, que puedan ser evocadas en el momento en que se requieran. El punto clave en el proceso de la memoria es el tiempo, ya que la memoria es la conservación del pasado en el presente, y la conservación de los recuerdos es un momento de proceso fundamental, porque es donde se organiza y se estructura el contenido que es el que facilita relacionar la información nueva con la que ya se ha adquirido anteriormente.

Al tiempo de conservación de los recuerdos, le sucede el de la evocación de las imágenes almacenadas en la memoria, y este es el momento que todos conocemos, aparece en forma de recuerdos en el momento en que necesitamos hacer uso de esas imágenes. La evocación de los recuerdos a veces es espontánea, emerge a la conciencia de manera involuntaria e incluso apareciendo sin relación alguna aparente con los contenidos precedentes, a veces es voluntaria, donde a veces el recuerdo surge con facilidad, y otras veces se hace resistente y se debe realizar un grane esfuerzo para conseguirlo, por ejemplo, buscando algún tipo de información que necesitamos y que estamos seguros que en algún momento aprendimos, y pese a denodados intentos y esfuerzos, no logramos recordar, o por ejemplo, cuando por momentos sentimos que ya accede a nuestra conciencia, transformado en lenguaje, donde solemos decir lo tenemos en la punta de la lengua y cuando hemos abandonado el frustrado intento, de modo aparentemente espontáneo surge la información buscada.

El momento de la evocación de los recuerdos, está influenciado por el tiempo y por el espacio, porque permiten establecer la calidad de los recuerdos en relación con el presente y con la imaginación. La posibilidad de evocar un recuerdo, se halla muy ligada a algunas condiciones psíquicas, a la frecuencia con que la percepción que generó el recuerdo suele repetirse, a la proximidad en el tiempo, y a la relación afectiva y emocional que el propio recuerdo guarda dentro de sí.

Licenciada en Psicología
Andrea Fabiana Varela Seivane
MN 34156
Consultas al 4205-0549 155-143-6241

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