He visto por la prensa escrita y televisiva de esta semana, que ahora han descubierto un túnel debajo del Riachuelo. Deseo hacer mención a trabajos de mi autoría, en donde he mencionado la existencia de este túnel peatonal para el pasaje de cables de alta tensión y un poliducto de combustibles, suministrando varios detalles técnicos de la obra:
“Recopilación de antecedentes sobre la generación de electricidad y alumbrado público en el sur del Gran Buenos Aires”, edición del autor- 1985. Está disponible un ejemplar en la Biblioteca Municipal de Avellaneda.
“La super-usina térmica Dock Sud”, trabajo presentado en el Congreso Nacional de la Sociedad Argentina de Historiadores, tema “Historia de la Industria en América” desarrollado con la Presidencia del Dr. Enrique De Gandia, 26 de junio de 1987.
Nota “Un túnel sub-fluvial bajo el Riachuelo”, diario La Ciudad, Avellaneda, 12 de agosto de 1988.
Libro “La Crucesita de Barracas al Sud”, de este mismo autor, ed.Dunken, 2003.
Nota “Avellaneda, la ciudad de los puentes”, Revista de la Junta de Estudios Históricos de Barracas al Sud, 2011.
En mis publicaciones también he hecho mención de otro túnel más antiguo, totalmente avellanedense, que cruza el canal Dock Sud, y que fue el primer túnel subfluvial peatonal del país.
Quien acuda al archivo del diario La Ciudad, notará que nos anticipamos 24 años con esta noticia.

El túnel subfluvial Riachuelo (I)
Antecedentes históricos
Sabemos que existe en nuestros días lo que se denomina “Sistema Nacional Interconectado” de todas las redes eléctricas del país. Lo aceptamos como algo lógico y normal. Pero no fue siempre así, ni aún dentro de la misma área metropolitana, en donde las antiguas competidoras del mercado eléctrico CADE (luego SEGBA) e ITALO no estaban vinculadas; y tampoco había vinculación entre las usinas de una misma empresa; cada una daba suministro a una red aislada.
Hasta la década del sesenta SEGBA atendía la Capital Federal desde la Central Puerto Nuevo, y al suburbio sur desde la Usina Dock Sud; la Central Costanera todavía no existía.
En agosto de 1962, un conflicto interno entre dos sectores del Ejército identificados como Azules y Colorados conmocionaba la situación política e institucional del país. Durante el desplazamiento de tropas, estaba entre los objetivos estratégicos el control de los puentes sobre el Riachuelo. Coincidentemente esos días se produjo un gran incendio en la Usina Dock Sud que la dejó en ruinas. Cuando venían los Bomberos Voluntarios desde la Boca para apagar el siniestro, el personal militar que custodiaba el Puente Avellaneda, instruido para impedir el paso de cualquier vehículo, fusiló al bombero que era conductor de la primera autobomba. Además de aquella preciosa vida, se perdió la casi totalidad de la usina. Los usuarios de SEGBA del suburbio se quedaron a oscuras por mucho tiempo; en tanto los clientes de ITALO -algo más afortunados- debían usar elevadores de tensión porque aquella compañía –trasgrediendo las normas- aceptaba más clientes de lo que su capacidad de suministro podía abastecer.
Buscando una rápida solución a aquel problema que afectaba a la zona industrial más importante de aquella época, se decidió hacer una interconexión rápida con la red capitalina, y se procedió a tender sobre el lecho del Riachuelo un cable de alta tensión proveniente de la Usina Puerto Nuevo. Pero esa solución “atada con alambre” apenas duró pocos días, pues un buque tanque “Cazador” de SHELL, fondeó en el Riachuelo y con su ancla arrancó aquel cableado, prolongando aquel trágico apagón que duró cuatro meses.
Aquellos acontecimientos motivaron la aceleración de las acciones de un proyecto que hasta entonces se había gestionado como un secreto de estado, consistente en la construcción de un túnel subfluvial multiservicios. El tema se manejó con la mayor discreción, posiblemente por haber sido considerado en aquel momento una cuestión estratégica de seguridad de Estado. Y en poco tiempo aquella obra de ingeniería -de hormigón armado- se construyó y se habilitó evitándose difundir su existencia.