Más de un millón de fieles participaron de la misa con Francisco en Caacupé

Más de un millón de personas participaron de la misa que el papa Francisco celebró en Caacupé, a 54 kilómetros de Asunción del Paraguay -santuario que también por decisión del pontífice fue elevado a basílica-, en el marco de la gira que el jefe de la Iglesia católica cumple por América del Sur y que concluirá este domingo. Posteriormente, Francisco se reunió con representantes de los movimientos sociales locales.

En su homilía la misa campal que celebró en territorio guaraní, Francisco reivindicó a la mujer paraguaya a la que calificó como “la más gloriosa de América”.

“Quisiera referirme de modo especial a ustedes, mujeres y madres paraguayas, que con gran valor y abnegación han sabido levantar un país derrotado, hundido, sumergido por la guerra”, dijo el Santo Padre en una mañana a pleno sol.

En la explanada del imponente santuario mariano dijo que las mujeres, “han vivido situaciones muy pero muy difíciles, que desde una lógica común sería contraria a toda fe”.

“Ustedes al contrario, al igual que María, impulsadas y sostenidas por su ejemplo, siguieron creyentes, inclusive esperando contra toda esperanza. Cuando todo parecía derrumbarse, junto a María se decían: ‘No temamos, el Señor está con nosotras, está con nuestro Pueblo, con nuestras familias, hagamos lo que Él nos diga'”, instó el pontífice ante los fieles.

Agregó que “allí encontraron ayer y encuentran hoy la fuerza para no dejar que esta tierra se desmadre. Dios bendiga ese tesón, Dios bendiga y aliente su fe, Dios bendiga a la mujer paraguaya, la más gloriosa de América”.

“Como Pueblo, hemos venido a nuestra casa, a la casa de la Patria paraguaya, a escuchar -una vez más- esas palabras que tanto bien nos hacen: ‘Alégrate, el Señor está contigo'”, afirmó el Santo Padre.

Al concluir su mensaje aseguró que éste “es un llamado a no perder la memoria, las raíces, los muchos testimonios que han recibido de pueblo creyente y jugado por sus luchas. Una fe que se ha hecho vida, una vida que se ha hecho esperanza y una esperanza que los lleva a primerear en la caridad”.

La emoción por la visita del Papa Francisco a Paraguay fue visible en los miles de fieles católicos, paraguayos, argentinos y brasileños que consideraron la llegada del Santo Padre como una “bendición” que los colma de “fe y esperanza”.

Daniel Juárez y Silvina Román son parte de una delegación de 250 fieles provenientes de Buenos Aires, de la parroquia Caacupé del porteño barrio de Barracas. Para ellos, ver al Papa es “especialmente emocionante, porque trabajamos con él cuando era cardenal”, dijo el hombre a Télam.

“Una sorpresa verlo a Francisco en el Vaticano, después de haberlo visto caminando por los pasillos de la villa”, agregó Daniel.

Ambos trabajan en Buenos Aires junto al padre Pepe Di Paola, que misionaba junto al Papa cuando era el cardenal Jorge Bergoglio.

Con un orgullo visible, Silvina contó que también son parte de la asociación Nuestra Señora del Luján y que “también integra el Papa”.

El santuario de Caacupé fue declarado oficialmente basílica por El Vaticano, según un decreto divulgado, en coincidencia con la visita papal y la misa oficiada por el pontífice en esa ciudad paraguaya.

Luego de la lectura del decreto vaticano que oficializó el cambio de jerarquía del templo católico, el Papa Francisco lo bendijo y dejó como obsequio un rosario de oro.

El santuario fue construido en 1765 en la cima del cerro del mismo nombre desde donde se observa todo el paisaje vecino, incluido el famoso lago de Ypacaraí.

Cada 8 de diciembre se congregan allí miles de personas para celebrar el día de la Inmaculada Concepción.

La ciudad de Caacupé está ubicada a 54 kilómetros de Asunción y allí viven 47.000 personas.
Antes de arribar a tierra caacupeña, el Sumo Pontífice visitó el hospital pediátrico “Acosta Ñu”, donde le dijo a los pequeños internados y al personal médico que “los niños están dentro de los predilectos de Jesús”.

“Mamás, papás, abuelos, sé que no es nada fácil estar acá”, agregó en otro tramo de su breve discurso y sostuvo que “no hay mejor remedio que la ternura de ustedes, que su cercanía”.
“Me alegra saber que entre ustedes familias, se ayudan, estimulan, palanquean para salir adelante y atravesar este momento”, añadió.

Mañana, en su último día de viaje, el líder de la Iglesia Católica visitará la población del Bañado Norte, una barriada pobre cercana a Asunción y después celebrará Misa en el campo grande de Ñu Guazú, donde rezará el Ángelus dominical.

Luego Francisco mantendrá un encuentro con los obispos de Paraguay en el Centro cultural de la Nunciatura Apostólica, almorzará con ellos y encabezará un encuentro con la juventud en el litoral Costanera.

A las 20 (hora de Argentina) despegará rumbo a Roma, donde se prevé que llegue a las 13:45 hora local al aeropuerto Ciampino para dirigirse, desde ahí, al Vaticano.

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