Más de 500 chicos de zonas humildes asisten al programa de verano de la Universidad de Lanús

El objetivo es brindar un mes de jornadas gratuitas de educación física, deportes y actividades culturales a chicos de 15 instituciones barriales de Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, Almirante Brown y Esteban Echeverría. Los chicos además reciben refuerzo de almuerzo y merienda. Profesionales controlan su salud. Los más grandes hacen un taller inicial de oficios. Allí, entre los chicos que aprenden “Armado y desarmado de PC”, carpintería, electricidad, plomería, mecánica y manejo de distintos programas de informática.

Nuevamente este verano, la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) brinda un mes de jornadas gratuitas de deportes y actividades culturales a chicos que asisten a comedores escolares y comunitarios de Lanús, Esteban Echeverría, Lomas de Zamora y Almirante Brown. Este año el Programa “Los derechos de los niños no se toman vacaciones” comenzará el viernes 5 de enero y culminará el 31 del mismo mes.

 

Es importante destacar que el Programa se inició en 2000, apenas tres años después de la creación de la UNLa, y que desde entonces se viene realizando todos los veranos en forma ininterrumpida, y es llevado adelante por la Dirección de Deportes y Recreación de la UNLa, dependiente de Secretaría de Bienestar Universitario.

 

En esta decimoctava temporada consecutiva, su objetivo primordial es, como en todas las oportunidades anteriores, posibilitar el acceso de chicos de hogares de escasos recursos a actividades culturales, deportivas y recreativas gratuitas, en el marco de la difusión de la Convención Internacional de los Derechos del Niño. La idea base es que, además de pasar un día de recreación al aire libre, los chicos conozcan sus derechos y tengan un primer acercamiento a la universidad pública.

 

Como sucede todos los años, durante el programa las más de 30 hectáreas de la UNLa recibirán diariamente a 500 chicos provenientes de comedores comunitarios de la zona, de 5 a 12 años, de lunes a viernes, en el horario de 13.30 a17.30. En el campus practican deportes, hacen actividades culturales y reciben un refuerzo de almuerzo y una merienda. Además de los talleres recreativos, los chicos ven espectáculos artísticos.

 

Como evento especial tendremos un show de Reyes Magos que traerá como obsequio un barrilete a cada niño. Los barriletes se remontarán esa misma jornada en simultáneo, tratando de romper un record. Luego de la remontada, con música de fondo de la Orquesta de la Universidad, los chicos podrán pintar sus barriletes. Los regalos son gentileza de la Asociación de Trabajadores de la UNLa (ATUNLa), el gremio docente de la Universidad (ADUNLa), y del aporte de trabajadores de la UNLa y particulares.

 

Este año los chicos asisten a talleres de ajedrez, vida en la naturaleza, medios de comunicación, teatro, juegos, informática, artesanías, danza, artes plásticas y percusión (talleres armados de acuerdo a las edades e intereses propios de cada chico). Los profesores de educación física les enseñaron iniciación de práctica deportiva, donde aprendieron nociones de fútbol, básquet, taekwondo, softball, handball y vóley.

 

“Los elegimos porque, por lo general, varios de ellos son deportes a los que estos chicos no tienen acceso. Queremos que conozcan cosas que tienen limitadas por su estado económico y social” explica Julián Loiseau, uno de los coordinadores del programa y también del área de Deportes de la Universidad.

 

Otro espacio importante es el taller de armado y desarmado de PC. Los chicos más grandes, además, pueden asistir a otros dos talleres de iniciación en oficios: mecánica general y utilización de máquinas industriales de carpintería y plomería. También se ofrecen actividades para los referentes institucionales de los chicos asistentes: talleres de arte y bijouterie y manualidades.

 

Como novedad los chicos tendrán un taller donde desarrollarán programas de T.V y radiodifusión. En el mismo, aprenderán el manejo de la logística, armado de un programa y como desarrollar contenidos.

 

También hay actividades extra algunos días, tales como cine y vida en la naturaleza, un taller donde se enseñan actividades pre campamentiles pero con un foco sobre la concientización sobre el buen uso, el cuidado y la preservación de los recursos de la naturaleza.

 

Se suma al programa de verano de forma activa el área de adulto mayor. La misma estará encargada de la confección de una kermese, la construcción de los diferentes stands y la coordinación de los mismos. En la visita de todos los grupos de niños. También se presentarán con una murga de bienvenida en el primer día de programa para los niños.

 

El transporte y la movilidad también están, como todos los años, asegurados: la UNLa, con profesores de educación física, pasa buscar con micros a los chicos por las sedes de las instituciones barriales.

 

Asimismo se realizarán controles y chequeos de salud a los chicos, a cargo del personal de salud.

 

Las actividades se llevan a cabo de manera conjunta con los referentes de las organizaciones comunitarias que operan de enlace natural entre las familias y la institución universitaria. Desde la universidad participan además del equipo coordinador y los talleristas, estudiantes, becarios, docentes y no docentes.

 

“Este programa se fundamenta en el compromiso de la Universidad de Lanús de generar estrategias de vinculación con la comunidad, a fin de favorecer la inclusión social de sectores desfavorecidos, no solamente en términos económicos sino sociales y simbólicos que operan en la naturalización de ciertas representaciones. Esto implica concebir la pobreza como un fenómeno múltiple y complejo imposible de abordar exclusivamente en términos de recursos materiales”, dicen al respecto los coordinadores del programa de verano

 

Desde 2000, los Derechos de los Niños no se toman Vacaciones
Desde el inicio del Programa pasaron por él unos 24 mil chicos del distrito y de zonas aledañas. Además de la recreación, uno de los principales objetivos es que los chicos perciban a la casa de altos estudios como algo cercano, un sitio que resulte ser el disparador de sus aspiraciones.

 

Aunque por ahora la ven como “la escuela grandota, para gente grande”, los organizadores esperan que esta perspectiva se vincule con que todavía son niños. Aun así, “esto habla de que ya adquirieron la idea de que hay algo más. Ya saben lo que es la universidad”.

 

El Programa no es solo una cuestión de entretenimiento, sino también de formación. “Es notable el cambio de esos chicos a quienes vemos en sucesivos veranos, y con quienes hemos logrado ir consolidando un vínculo a través del tiempo –dicen al respecto los organizadores del Programa de Verano; saben que acá hay gente que los conoce, que los quiere, que los va a acompañar.

 

“Aspiramos también a que más tarde esos chicos se integren como monitores y auxiliares del programa de verano y del programa permanente. Y los vamos a ‘martirizar’ hasta que alguno decida ingresar a la Universidad; pero si no lo hacen, igualmente entendemos que hemos podido ofrecerles una experiencia cristalizadora de otro destino, ampliando sus márgenes de libertad”, concluyen.

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