Ludopatía: Acompañar a quienes acompañan

Informe del Lic. Adriano Vottero, integrante del Centro de Prevención y Asistencia al Juego Compulsivo – Avellaneda.

Se puede definir al juego patológico o ludopatía como el fracaso crónico y progresivo para resistir los impulsos a jugar (juegos de azar), los cuales dominan la vida del sujeto. Esta conducta de juego compromete o lesiona sus objetivos personales, familiares o vocacionales.

Al igual que ocurre con los sujetos que padecen otras adicciones, el ludópata o jugador patológico genera a su alrededor innumerables conflictos, motorizados por la dinámica misma de la adicción. La adicción al juego se va extendiendo a otras áreas de la vida, comprometiendo gradualmente todo lo que lo rodea (familia, amigos, trabajo, recreación, etcétera).

Los familiares del jugador sienten como si un terremoto azotara sus casas y destruyera todo, dejándolos completamente indefensos, con los cimientos destrozados. Eso sucede cuando una adicción atraviesa las puertas de una familia y perturba su funcionamiento. La dinámica de las relaciones, la comunicación y la conducta de sus miembros cambian y se hacen disfuncionales. La vida se transforma en un calvario que, parece, no tener fin.

Los familiares suelen sentirse con poca autoridad, y se transforman en cómplices de la enfermedad logrando que el adicto logre un significativo lugar de poder, consiguiendo que el resto del grupo familiar acompañe proyectos ilusorios, promesas de abandonar el juego que no se cumplen y situaciones de impulsividad a las que nadie puede poner freno. Sus miembros son tan adictos como los que juegan, y por eso necesitan tratamientos y grupos de apoyo que les den las herramientas para salir adelante. Una forma son los grupos de familiares, donde hay «pares» con quienes compartir, afecto y el apoyo necesario para poder seguir con sus vidas. Y es un objetivo terapéutico ofrecerles un lugar seguro para poder conversar sobre sus sentimientos y emociones, asegurándoles que el compartir con otros familiares o allegados de jugadores los ayudará.

El primer paso que deben dar los familiares es intentar resolver su propia situación emocional. Posteriormente pueden intentar entender que están frente a una adicción, puesto que es demasiado fácil que la situación escape a su control y no deberían sentirse culpables.

Luego de este primer paso es nuestro objetivo transmitirles a los familiares que acompañan que lo que más ayuda en la recuperación es la asertividad, el amor con límites, manejarse con firmeza y con claridad: «Yo te quiero, pero no quiero tus conductas». Conseguir un equilibrio entre pensar, sentir y actuar.

En el acompañamiento a quienes acompañan es nuestro objetivo entonces ofrecer la mayor y más clara información acerca de esta patología, brindar las herramientas para poder operar, intentando también en todo momento transmitir que el tratamiento es un proceso en el cual deben implicarse.

Para eso deben entender que
* «Usted no lo causó»
La familia y el adicto se sienten responsables por la adicción, pero tienen que entender que es una enfermedad.

* «Usted no lo puede controlar»
El adicto tiene la fantasía de que lo puede controlar y el familiar siente que puede manejar al otro desde el amor, o desde el control.

* «Usted no lo puede curar»
El enfermo tiene que pedir ayuda y aprender a convivir con esta predisposición. Lo máximo que puede lograr es desactivarla, pero no erradicarla. El familiar tiene que entender que no puede curar al otro, pero que el acompañamiento es fundamental para la recuperación.

Lic. Adriano Vottero.
Centro de Prevencion y Asistencia al Juego Compulsivo. Avellaneda.
Nueva dirección Avda. Mitre 2071. Teléfono: 4265-4415.

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