La entrevista, como no podía de ser otra manera, se concreta en el mismísimo y adoquinado pasaje Corbatta, ese que la protagonista de la charla utilizaba como campo de juego para dar sus primeros pases y chutazos. Y para darle más identidad y significado a sus palabras, como postal de fondo la acompaña nada menos que el estadio de Racing Club.

Desde que tuvo uso de razón, Luana Florencia Muñoz tenía muy en claro lo que quería ser en la vida: jugadora de fútbol. Y a pesar de cualquier obstáculo que se le interpusiera, ella siempre fue para adelante en busca de sus sueños, hasta que finalmente cumplió el mayor de ellos: La Academia, el club de sus amores, la contrató para ser parte del plantel profesional de fútbol femenino.

Aunque ya fue consultada por varios medios acerca de sus emociones el firmar con Racing, Luana asegura que no puede encontrar palabras para explicarlo: “Todo esto excede a lo que puedo expresar. Es increíble el apoyo y cariño que recibo de la gente e integrantes del club. Lo vivido me superó”, reconoce Luana al diario La Ciudad. “Por ejemplo, hubo muchas personas que no conozco que me escribieron para felicitarme y contarme que se identificaron con mi historia, porque la verdad es que logré el sueño de cualquier hincha”, dice con orgullo la experimentada defensora de apenas 22 años de edad.

Sangre celeste y blanca
Para entender la magnitud del amor que une a Luana con Racing, simplemente hay que señalar que esta talentosa joven se crió, literalmente, en las instalaciones del club. Creció jugando en sus veredas o en el playón del estacionamiento de la cancha y, durante las vacaciones, no podía faltar a la colonia de verano. Como si fuera poco, trae una herencia imposible de dejar afuera de su currículum albiceleste, ya que su abuelo fue jugador profesional, su bisabuelo era el portero del Cilindro, su tío se desempeñó en las inferiores y hasta su tía jugó al básquet. Ah, además, ¡vive frente al estadio!

Sin embargo, a pesar de la ansiedad y felicidad extrema de su llegada al club, esta ex jugadora de UAI Urquiza, River Plate y Texas Tech de Estados Unidos, cuenta que manejó con mucha calma su arribo y que a sus seres queridos les aviso de la contratación “no mucho antes de la firma”.

“Quería que todo fuera una sorpresa y, además, quería respetar las formalidades y profesionalismo del tema. Por ejemplo, que nadie publique nada por redes sociales”, explica. Pero ahí, el principal problema era que su madre, Cintia, una fanática de La Academia y de su hija, guarde el secreto. “Tuve que explicarle todo, pero seguramente igual habrá hecho un laburo de meditación o algo para contener la emoción”. Dice entre risas.

Sobre su arribo a Racing, Luana afirma. “Llego a un club muy ordenado, que está creciendo en muchas áreas, algo que antes no sucedía”, sostiene, a la vez que destaca que encontró un plantel integrado por jugadoras muy talentosas y que entusiasma para lo que se viene.

Su valiosa experiencia en los Estados Unidos
La defensora regresó de jugar tres años y medio en el Texas Tech de Norteamérica, donde asegura que pudo potenciarse en muchos aspectos.

“Hoy puedo asegurar que soy una jugadora mucho más completa, ya que el fútbol femenino de ese país es el mejor del mundo. Pero también siento que esa experiencia me sirvió para mejorar como persona y estudiante.

Estoy muy satisfecha por lo vivido, porque, a raíz de eso, veo las cosas de diferentes maneras y pude lograr ser lo que soy hoy”, explica.

En su rica historia deportiva, hay que destacar que esta dueña de una potente zurda también tuvo un paso por la Selección Nacional, pero por ahora, se ve alejada de ponerse nuevamente la camiseta de Argentina: “Lamentablemente, falló la comunicación entre el cuerpo técnico y yo, como también con otras jugadoras. Hubo cuestiones que no estuvieron bien manejadas, y eso hace que por ahora no vuelva al seleccionado.
Obviamente no quita que en un futuro, cambiando algunas cosas, pueda tener la alegría de regresar”, se ilusiona.

Feliz por los cambios
En relación, a la consolidación del fútbol femenino en nuestro país, Luana sostiene que “actualmente se observan varios avances positivos en la sociedad y eso permite que las generaciones venideras puedan hacer lo que les gusta y sean felices. En mi niñez me costó muchísimo encontrar un lugar donde jugar a la pelota. En cambio ahora, existen muchos más recursos y oportunidades y eso está buenísimo”, cuenta Luana con claro entusiasmo.

Por su parte, también destaca que “existen cambios en la percepción de la sociedad sobre la mujer que practica este deporte, cuando antes era visto sólo para los hombres” y que eso logra “que una chica que quiera jugar al fútbol, no tenga que reprimirlo o no la señalen como machona o incapaz de hacerlo”, remarca.

El ansiado debut
Aunque no se sabe cuándo arrancará el campeonato de fútbol femenino, es imposible no pensar en la primera vez que pisará el césped con la casaca a bastones celestes y blancos: “No sé si lo imagino. En realidad trato de vivir el día a día, enfocarme en los entrenamientos y ponerme a punto para ese momento. Estoy demasiada ilusionada y feliz, pero también muy mentalizada en el equipo y que realicemos un gran papel cuando nos toque jugar”, asegura Luana Muñoz, la nueva joya de Racing, que llegó al club de sus amores con un solo objetivo: triunfar y alegrar a todos los y las hinchas de La Acadé, incluida ella, por supuesto.