Los años pasan para todos: ¿qué nos espera al envejecer?

La vida humana transcurre y el tiempo hace su trabajo, generando cambios a nivel físico, mental, emocional y social. Desde la Universidad Maza abordan este tema, inherente a cada uno de nosotros, con dos especialistas.

Desde que nacemos nuestro organismo atraviesa modificaciones constantemente. Cierto es que en una primera etapa estas son para crecimiento y desarrollo. Luego se adquiere cierta estabilización hasta que comienza un proceso de declive y pérdida de funciones. Este último no se realiza de forma uniforme y genera muchas dudas en el ser humano, que suele ver esta etapa de la vida con mucho temor e incertidumbre.

Para obtener más información, analizar en profundidad el tema y derribar algunos mitos dialogamos con la magíster en Geriatría, Gerontología y Envejecimiento, Flavia Peñaloza y la licenciada en Psicología, Silvia Alejandra Gómez.

 

Del disgusto a la aceptación

Vejez y envejecimiento son dos palabras que no nos gustan. Ni ellas ni sus primeros signos, pero sabemos que son una de las tantas cuestiones ineludibles para el humano. Hay que entenderlo como lo que es, una situación biológica normal en la que se irán disminuyendo nuestras distintas funciones, aunque sin reglas específicas y de forma diferente en cada organismo. Considerar esta etapa y saber que nos llegará nos permitirá estar mejor preparados para ella.

Hay muchos factores que inciden en cómo y con qué vértigo se desencadenará este proceso: calidad de vida (alimentación, ejercicio), antecedentes personales y enfermedades, tipo de actividades realizadas, entorno familiar y social.

“Considero que el cambio más grande que se da es la finalización de la actividad laboral, la jubilación. Esto determina una transformación en toda la persona, su estilo de vida, su autoestima y puede ser favorable o no para una vejez saludable”, dice Flavia Peñaloza, quien también es licenciada en Kinesiología y Fisioterapia.

“Es muy importante la preparación previa desde lo económico, social, afectivo, físico, psicológico. Planificar el retiro, qué voy a realizar luego con tanto tiempo, con menos obligaciones y horarios”, agrega la profesional.

Será ideal para la persona continuar integrando grupos en los que realice actividades artísticas, recreativas o físicas. Sobre todo, la gimnasia y los deportes le permitirán contrarrestar o demorar el deterioro que pueden aparecer en las articulaciones y músculos, entre otras partes del cuerpo.
Lo psíquico también es fundamental.

Además de las alteraciones anatómicas y las limitaciones físicas aparecerán otras cognitivas que demandarán una adaptación por parte de cada persona. Asimismo, conforme pase el tiempo, cada ser deberá enfrentar numerosos duelos relacionados a la pérdida de todo aquello que fue valioso para sí, especialmente familiares y amigos.

“Todo esto podría conducir a la aparición o acentuación de depresión, ansiedad y estrés. Se deberá poner atención, al mismo tiempo, a la aparición de patologías tales como Alzheimer, demencia y Parkinson”, explica la Lic. Silvia Gómez.

En estos casos se necesitan buenos cuidadores, que sepan cómo actuar para no complicar el estado del adulto mayor.

 

El trabajo actual de los profesionales de la salud

La gerontología, ciencia abocada al estudio de la vejez, entiende a la persona de forma holística o integral y sus profesionales trabajan interdisciplinariamente para lograr que los adultos se mantengan independientes y funcionales. Cada uno de los integrantes del equipo de salud debe estar capacitado en el abordaje hacia personas mayores ya que se trata de una formación especial que también tiene un carácter solidario ya que busca darles a estos seres la atención que merecen, lejos de considerarlos un descarte de la sociedad.

El trabajo mancomunado permitirá que la persona mejore algunos componentes claves para su vida diaria como sus sistemas corporales (muscular, óseo, cardiovascular, respiratorio, linfático, etc.).

Algunas de las especialidades que pueden formar parte de estos equipos son: medicina clínica, neurología, gerontología, kinesiología, educación física, nutrición, psiquiatría y psicología, entre otras.

Con la atención del equipo de salud y, sobre todo, en unión de su familia y sus seres queridos, el adulto mayor podrá atravesar esta etapa de la mejor forma posible.

Nota del autor: nos hemos enfocado en una perspectiva material, esto es, en lo que sucede en el cuerpo y la mente del ser humano; pero vale destacar que para muchos el sentido de la vida se encuentra en lo espiritual, un aspecto al que también se pueden dedicar mucho más las personas en esta recta final de su vida.

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